Dante
—¿Qué haceis aquí?— me gire y mire directamente a los ojos de Nando.
—¿Sorprendido?— respondió Emma.
Los miré haciendo una mueca con mis labios— La última vez que os vi me reclamasteis la salida de la cárcel y ahora estáis aquí. No tiene sentido— negué con la cabeza.
—Bueno puede ser que tengamos los mismos contactos—dijo Nando y se encogió de hombros.
—¿Y que hacéis aquí?
—Venimos a darte una visita, ¿no te alegras por nosotros Dante?— respondió Emma, haciendo un puchero burlón.
—Sí, claro que si— les dije con sinceridad.
Me di la vuelta para poder entrar a mi casa, al girarme, los veo entrando minuciosamente inspeccionando cada detalle.
¿Quienes se creen que son para entrar sin mi permiso?
En ese momento me llaman al teléfono.
—¿Si?— se escuchaba entrecortado.
—¿Dante? ¿Dónde estás? no se escucha bien— era Ruth.
—Estoy en mi casa, solo que no me va bien el internet— mentí, no sabía el por qué no se escuchaba bien la llamada.
—¿Necesitais algo? ¿Estas bien?
—Sí, si, no te preocupes — soltó una risilla— solo que mi madre dice que si querrías venir a cenar dentro de un rato— dijo con timidez.
En un momento pensé en decirle que no ya que no queria incomodar a Ruth. Pero por otro lado, pensándolo mejor, si no iba no sé hasta que hora se quedarán la parejita aquí, así que acepte.
—Lo siento chicos, me tengo que ir— dije con prisa colgando la llamada.
—¿Ya, tan pronto? Si acabamos de llegar. Invitanos a algo o no se— dijo Emma molesta.
—Vengan otro día, me surgió algo importante— le sonreí.
—¿Más importante que estar con tus amigos que acaban de salir de prisión?— las cejas de Emma estaban fruncidas, esperaba con los brazos cruzados una respuesta.
Y yo sin saber que contestar solo asentí con mi cabeza.
Nando dio un chasquido con su lengua—Déjalo amor, no merece la pena —agarró a su novia de la mano y se fueron dando un portazo en la puerta.
Mi cara quedó perpleja, no sabía que hacer, solo agarré mis cosas y espere que se fueran del todo, para dirigirme a mi destino.
Al llegar, toqué la puerta y abrió Ruth, al verla sonreí por inercia.
Llevaba un vestido azul cielo con margaritas bordadas por toda la tela, era un poco ajustado, por lo que le hacía realzar sus curvas.
Me recordó a cuando era pequeña, pero en vez de ser un vestido ajustado era uno suelto, recordé la escena donde Margarita le entregó su regalo y se puso súper feliz.
—Hoy es mi cumple, hoy es mi cumple...— decía saltando en la cama y en el suelo dándome manotazos para que le hiciera caso.
—¡Para!— agarré mi almohada y la puse entre mis oídos para dejar de escuchar su irritante voz.
—¿Que me vas a regalar? — dejo de saltar pero los pequeños manotazos seguían.
—¿Qué me vas a regalar?
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Escucha Mi Voz © ✔
Mistero / ThrillerPortada hecha por la magnifica @LeyMaxwell Dante, un asesino de primera, le encanta ver sufrir y agonizar a las personas, sobre todo si él es el causante de ese dolor. ¿Qué hará cuando se tope con una víctima totalmente diferente a las que tiene ha...