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29°

*Cuando terminen de leer el cap, lean la notita de el final porfi *

Dante

—¿Y bien? ¿Estas listo? —Sebastián me estaba poniendo a prueba.

Queria que ejecutara a Diego por traidor, una vez que lo hiciera el ya estaría tranquilo conmigo a su lado.

No puedo hacerlo.

Juré no volver a dañar a nadie.

Pero... quizá sea la mejor opción.

—Esta bien, lo haré —dije decidido.

—Muy bien, así me gusta, las personas decididas. Levanta a Emma —ordenó.

Me acerqué a ella y su primer reflejo fue soltarme un puñetazo en la nariz.

—Ey baquera tranquila, el ahora está con nosotros —Emma solo soltó un bufido.

—No le creo nada —dijo ella.

Esta chica no era tonta, se daba cuenta de las cosas con facilidad.

—¿Por qué cambiaria de bando de un momento para el otro?— volvió a decir Emma.

Sebastián se quedó pensativo durante unos segundos, después habló.

—Ya lo hemos hablado Emma, tu solo haz lo que yo te diga y estarás bien, no te entrometas en esto del liderazgo —dijo Sebastián enfureciendose —Ahora sal ahí fuera, busca a quien ya sabes y acaba con el— aclaró.

Emma se movió un poco insegura, tenía  miedo y confusión en sus ojos, no estaba segura de hacer lo que Sebastián le había pedido.

—Esta bien.

Al abrir la puerta de el mirador la figura de Ruth pudo verse, atrapada en los brazos de Nando, mientras el la inmovilizaba para que no entrase.

Estaba llorando, sus ojos ya no tenían las gafas oscuras puestas y podía verse un color rojizo en ellos.

Nando no le ha dañado.

Emma se acercó a Ruth con furia, la agarró de el brazo y la tumbó en el suelo, mientras que Nando las agarraba y las intentaba separar.

—¡Traidor! ¡Eres un maldito traidor Fernando! ¡¿Cómo pudiste hacerme esto?! ¡Me prometiste que estarías conmigo, que me apoyarías y que nunca me dejarías sola! —la voz de Emma sonaba desgarradora, se levantó de arriba de Ruth y comenzó a darle puñetazos en el pecho a Nando.

—¡Esto no está bien! ¡Vas a acabar muerta si sigues ahí! — le gritó Nando — Y eso no lo voy a permitir, sal de ahí y ven conmigo, te prometo cuidarte y darte todo el amor que necesites hasta sanar, pero por favor no sigas cumpliendo sus órdenes, no seas su títere que te utiliza a su antojo y luego te tire a la calle o te mate por que ya no te necesita —dijo Nando devastado, arrodillado frente a Emma y suplicandole que no siguiera con Sebastián.

—Hazlo Emma, —Se escuchó atrás mío, era Sebastián— vete, huye de mi, de la persona que os ayudó a salir de esa cárcel y que os dió todo lo que necesitabais, solo os pedí algo a cambio, pero no habéis sabido llevarlo, es una carga muy grande para unos estupidos como vosotros ¿verdad? Que lo quieren todo echo y sin hacer nada a cambio— la voz de Sebastián sono dura— de todas maneras tengo a Dante de mi lado, un verdadero asesino ¿no es así Dante?

Mierda.

Ruth giró su cabeza hacia donde provenía la voz y se quedó boquiabierta al escuchar esas palabras.

—¿Es eso cierto? —dijo al borde de volver a romperse a llorar.

No puedo mentirle de nuevo, no puedo volver a verla rota, y menos por mi culpa.