18° *E*

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Dante

Llevaba un rato dando vueltas en la cama para intentar dormir, hasta que escucho como empiezan a aporrear la puerta.

Maldita sea, ¿quién es a esta hora?

Me levanté con pereza de la cama y fui a abrir, detrás de la puerta, estaban Nando y Emma, respirando con pesadez y dando pequeños golpes con los pies.

— Dante por favor, necesitamos tu ayuda— habló Nando. Entraron rápidamente a mi casa sin dar explicaciones.

— Pasad eh, es vuestra casa— dije con ironía.

— Disculpanos por venir sin avisar, pero nos están buscando— Habló Emma.

—¿Quien?— la confusión era notable en mi cara.

—Sebastian y Diego, necesitamos tu ayuda.

— Lo siento pero no tengo ni idea de quienes son— dije.

No mentía.

— Seras inbecil, te dije que no era buena idea venir aquí— dijo Emma enfadada.

— Puedes irte, yo no os he invitado— Hablé cansado.

Nando dio un suspiro y prosiguió a agarrar a su novia y apartarla para hablar con ella.

Se fueron debajo de las escaleras y comenzaron a hablar en susurros.

Vienen a mi casa sin avisar, no los echo como si fueran basura y encima viene la otra a insultarme y a decir tonterias.

Emma volvía con el ceño fruncido y de brazos cruzados— Dante, discúlpame por haberte insultado— sus disculpas no me parecían reales y mi cara lo demostraba.

Miré a Nando y el de verdad estaba preocupado, así que hize como el que no pasó nada.

Nando en realidad es un buen chico, Emma sin embargo no me da buena espina y pienso que su carácter no va para nada con el de Nando, pero si ellos se quieren ¿quién soy yo para meterme en su relación?

— Necesito que me expliqueis por qué estais aquí, como sabéis mi dirección y quiénes son esas personas— dije con semblante neutro.

— Esta bien te lo vamos a explicar, pero antes tienes que prometer que nos dejaras quedarnos aquí por un tiempo— Emma volvió a tener su tono borde y superior de siempre.

Que mal me cae esta chica.

— Primero contad y luego me lo pienso— mi tono enfadado no era capaz de esconderse.

— Te vamos a contar todo tranquilo— Nando giro su cara hacia Emma y le susurro un "para ya por favor" entonces asentí y esperé a que me contaran algo.

Ruth

Estaba dando vueltas en la cama sin poder dormir, me empiezó a picar la garganta de la sed que tenía. Muy a mi pesar me levanté de la cama y fui a despertar a Max, ya que estaba media dormida y no me apetecía caerme por las escaleras.

Cuando baje se escuchaban susurros, eran dos hombres y uno de ellos era mi padre.

¿No se supone que estaba en Inglaterra? ¿Que hace aquí?

—¿Papá? ¿Eres tú?

— Hola hija, sí soy yo, ya he vuelto— he inmediatamente el ruido de la puerta se escucha y la voz de el otro chico desaparece.

— ¿No estabas en Inglaterra? ¿Qué haces aquí?

— Ya he vuelto, por suerte el viaje a sido corto. ¿Necesitas algo? — asentí y fui a buscar un vaso de agua.

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