Ruth
Mis padres ya estaban en casa, la verdad es que no a sido tan malo como me esperaba, mi padre no volvió a pegarme ni hacerme nada, incluso me deja tener a Max en casa.
Ahora pareciamos una familia normal, incluso mi padre me decía lo mucho que me quería y eso era algo bastante extraño, ya que nunca me lo había dicho.
Llevábamos como 2 semanas felices, mi madre está bastante bien, ya no dormía tanto y ahora reía y hablaba alegre. Y eso me hacía muy feliz.
No pude olver ir a ver a Dnate, ya llevaba casi un mes en la cárcel y creo que ya es hora de ayudarle.
Me prometió que si lo ayudaba me contaría todo y me dejaría en paz.
Así que con Zack busquemos a alguien que nos pudiera ayudar y sacar a Dante de ahí adentro.
(...)
-Hola ¿podemos hablar con Dante?-Zack le habló al agente.
-¿Otra vez ustedes aquí? Les dije que para contactar con alguien de este lugar al menos deberían tener un apellido para identificarlo.
-Es que no lo sabemos agente, es el mismo chico que vino el otro día- le expliqué.
-¿Dante Brunnel?
-Supongo- dije.
El apellido me sonaba de algo, no estaba muy segura pero lo había escuchado en algún otro sitio.
-Hola, ¿cómo estás?- dijo Zack.
-Creo que bien, aunque me prometisteis que me ibais a ayudar y aún sigo aquí- su voz era áspera.
-Y lo estamos haciendo, deberías de ser más paciente -suspire-, no es fácil encontrar a un buen abogado que lleve tu caso.
-Pues daos prisa- carraspeo- por favor.
-¿Para qué habeis venido? -preguntó.
-Yo voy afuera- dijo Zack levantándose.
-¿De que quieres hablar, Ruth?-dijo en un susurro.
-En realidad era Zack el que quiso venir, pero ya que estoy aquí aprovecho.
-Pues entonces, dime lo que quieras- dijo y dio un suspiro.
-Antes he escuchado tu apellido, y me suena mucho, ¿te conozco de algún sitio?
Volvio a suspirar y esta vez me agarró la mano- Te dije que si salía de aquí te explicaba todo.
-Lo sé -hize el amago de quitar mis manos, pero no fue posible-, y te juro que lo estoy intentando, por que me gustaría agradecerte de alguna manera que me ayudaras con mi padre- el no respondió- ¿sabes que ya está en casa? Pero estamos bien, ya no me hace daño- le dije con ilusión, pero el seguía callado- mi madre también está bien, hace unos días despertó y esta muy feliz. La quiero mucho- sonreí inconscientemente.
-Me alegro mucho- empezó a hacer caricias en mi mano- es lo mínimo que te mereces, Ruth, es lo que debe hacer, amarte.
Aparté la mano y no volvió a agarrarla- Gracias- le di una sonrisa sincera.
-Lo siento señorita, se acabó el tiempo de visitas- dijo el agente agarrándome con cuidado y llevándome con Zack.
Dante
Me hacía feliz ver a Ruth feliz, cada vez siento la necesidad de salir de aquí y contarle todo.
Espero que no se lo tome a mal y no quiera volver a verme.
Estoy empezando a sospechar que ya sabe quién soy, solo por el apellido.
Al no tener padres y no ser adoptado en todos estos años, las monjas del orfanato decidieron ponerme el apellido de una de ellas.
Margarita Brunnel, esa es la mujer que me dio su apellido, miento si digo que me gusta, para mi es como no tenerlo.
Que nadie me haya querido en toda mi miserable vida no es mi culpa, o si, quizá hice algo mal. Además, que una monja cualquiera me haya dado su nombre es algo de lo que no me siento muy orgulloso.
Aunque Margarita siempre fue una buena mujer, nos quería mucho a mi y a Ruth y por eso ella sin pensarlo dos veces me dejo llevar su apellido.
Yo le cogí cariño de pequeño, pero ahora de mayor, ya no sé lo que es eso.
Me hubiese gustado tener una familia, alguien que me protegiera cada vez que me sentía solo, no pedía mucho.
Solo quería que cuando a la noche sintiera que los monstruos me atacarian, saber que ahí estaría mi mamá para protegerme y decirme que todo estaría bien. En su lugar, ahí estaba Margarita.
Sin embargo, Ruth sí tuvo esa suerte, ella sí pudo ser adoptada, no sólo una, sino muchas veces, solo que a las dos semanas volvían a traerla, y aunque estoy seguro que no tuvo la infancia más buena, ahora tiene la oportunidad de ser feliz.
Me alegra que ese desgraciado la esté dejando en paz. Cuando escuché su voz con ilusión y la melodía de su risa, pude sentir mariposas revoloteando por mi estómago. Se merece toda la felicidad del mundo, la misma que ella me hizo sentir a mi.
Ahora mismo puedo decir a ciencia cierta que Ruth me hizo el niño más feliz del planeta tierra, siempre estaré agradecido por eso.
Cuando el policía me llevó devuelta a la celda escuché algo -Probablemente Dante salga de aquí rápido, y nosotros nos quedaremos aquí como unos supuestos asesinos que no somos- Emma le hablaba a Nando en susurro.
-¿Crees que deberíamos hacer algo para salir de aquí? -le respondió Nando.
-No vamos a poder salir de aquí, nos quedan unos cuantos años, creo que lo mejor sería hablar con Dante y que nos ayude a nosotros también.
Entré en la celda lo más tranquilo que pude. No podía pedirle a Ruth que ayudaran a mis compañeros de celda a salir, si han echo algo malo deberían de pagar por ello.
Estoy convencido que no le pediría eso a Ruth, no quiero ni pensar en la incomodidad que tendría y sabiendo como es ella, lo más seguro que si se lo digo se agobiaria, estresaría y acabaría por dejarme aquí dentro.
Y ese no era mi plan.
Cuando me acosté en la cama, gracias al cielo no me hablaron, ni sacaron el tema, se acurrucaron en otra cama y me dejaron tranquilo.
__________
¡Hola! ¿Qué tal estás?
Espero que os guste.
Estoy intentando traer capítulos lo antes que puedo.
No os preocupéis que cuando suba capítulo avisare.
Podeis dejarme vuestra opinión sobre la novela en un comentario.
Si os ha gustado dejad una estrellita.
Gracias por leer att:Paola 🤍
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Escucha Mi Voz © ✔
Mistério / SuspensePortada hecha por la magnifica @LeyMaxwell Dante, un asesino de primera, le encanta ver sufrir y agonizar a las personas, sobre todo si él es el causante de ese dolor. ¿Qué hará cuando se tope con una víctima totalmente diferente a las que tiene ha...