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Desperté con un dolor en el cuerpo impresionante, apuesto lo que sea que tengo todo mi cuerpo amoratado y lleno de marcas.

Cuando empecé a tener un poco más de conocimiento, un olor extraño entre chamusquina y podrido se adentró en mis fosas nasales, no sé donde me encuentro es estos momentos, mi casa no huele así.

Comencé a palpar con mis manos el sitio donde estaba acostada, parecía un sofá, la tela era rugosa, como si estuviese vieja y desgastada. Me percaté de un brazo venoso a mi lado, lo toqué con curiosidad intentando averiguar de quien se trataba.

—Papá— dije en un suspiro— por favor te suplico que no me hagas nada, vas a terminar matándome.

Nadie respondió, solo se escuchaba una respiración agitada y entrecortada.

—Papá, ¿eres tú verdad?—nadie respondía.

Por un segundo pensé que podría ser Zack, pero el ya estaría consolandome y abrazándome.

Cuando en la habitación sólo se escuchaba una respiración comencé a ponerme nerviosa.

¿Y si es mi padre que me está intentando matar sigilosamente?

¿Y si es Zack que está muy enfadado conmigo?

—Zack, ¿eres tú?—todo seguía en silencio.

—Por favor, seas quien seas déjame volver a mi casa—dije con un tono de súplica.

—¿Como sabes que no es tu casa?— habló por fin alguien.

Era una voz un poco grave, sería y seca.

No se trataba de mi padre, él ya se hubiese puesto a gritar.

La idea de que Zack fuese el que estaba frente a mi, quedaba descartada por completo, su voz era más suave y dulce.

—¿Quién eres?— le pregunté al sujeto.

— Yo te he preguntado primero— volvió a hablar.

—Tengo el olfato bastante desarrollado, entonces el olor de mi casa lo capto al instante, ahora respondeme tú— dije.

El silencio volvió a reinar en la sala.

—Responde— dije cortante.

—Soy un humano.

—Dejame salir de aquí—mi voz salió con miedo.

—¿Me tienes miedo Ruth?— su tono se volvió burlón.

—No, solo déjame salir de aquí— mi voz salió firme y parecía que de verdad no le temía, pero por dentro estaba cagada de miedo.

—Entonces, ¿por qué tu voz parece la de un perrito cuando esta solo en la calle? Explicame entonces ¿Por qué tendría que hacerlo?— su voz volvió a ser cortante.

—Pues porque no te conozco— le dije con obviedad.

—¿Y como sabes que tú y yo no nos conocemos?—eso me desconcertó un poco.

—No te conozco, estoy segura. Y deja de hacer tantas preguntas, me pones incómoda.

—No estés tan segura Ruth, y no, no dejaré de hacerte preguntas, tu miedo me entretiene— dijo soltando una pequeña carcajada.

El ambiente se tornó más incómodo de lo que ya era, y sin decir nada más, el sujeto que estaba a mi lado comenzó a dar pasos alejándose.

Me levanté de el sitio donde estaba acostada e intenté irme, había una especie de escaleras caracol hacia arriba.

— ¿Donde te crees que vas Ruth?— dijo la misma voz agarrándome fuerte por las muñecas.

—Dejame salir— intenté zafarme de su agarre.

—No.

—¡Quiero salir de aquí!

—¡No!— gritó.

—Esto es secuestro puedo llamar a la policía.

—Intentalo— me agarró por los muslos y me alzó en su hombro, llevándome rápido hacia el sillón donde estaba antes.

—¿¡Qué vas a hacer?! ¿¡Me vas a matar!?— mi voz salía desesperada.

—Puede— dijo con total tranquilidad.

—¿¡Qué?! No, no, no, sueltame te lo pido por favor— comencé a dar patada. Una de ellas parece que llegó a dar en sus partes bajas, ya que me soltó de manera inmediata.

Como pude me dirigí hacia las escaleras y con cuidado y rapidez comenze a subir.

Al parecer logré llegar arriba, había una puerta y gire el pomo para abrirla.

—Mierda— dije en un susurro.

La puerta estaba cerrada con llaves y no tengo ni idea de donde pueden estar.

—¿Buscas esto Ruth?— volvió a aparecer la voz y con él, el ruido de las llaves meneandose.

No dije nada, quedé totalmente bloqueada, no sabía que hacer.

Si me muevo probablemente me caiga por las escaleras.

Si intento pegarle, se enfadará aún más y querrá matarme.

No se me ocurrió otra cosa mejor y me quedé parada en mi sitio sin hacer nada.

Se escuchaban pasos cerca, note que estaba cerca mío parado.

Su olor era bastante fuerte, pero no llegaba a desagradarme, su pecho tocó el mío, quedando así muy cerca.

— ¿Que vas a hacer?— mi voz salió tan vulnerable que yo misma me sorprendí.

— Si te quedas así quieta nada, pero si vuelves a patalear tendrás que atenerte a las consecuencias— dicho esto, me agarro con fuerza y volvió a bajar las escaleras tumbandome en el sofá.

Esta vez no hize nada. Era un desconocido y no tenía ni idea de lo que podría llegar a hacerme, así que confíe en su palabra de que no me haría nada y me quede parada en mi sitio.

— ¿Me tienes miedo Ruth?— volvió a preguntarme con el mismo tono burlón que antes.

— Ya te dije antes que no — respondí cortante.

— Tu cara no dice lo mismo— dijo y soltó una carcajada.

—¿Quién eres?

—Ya te respondí esa pregunta Ruth— dijo y comenzó a alejarse.

—¿Cómo sabes mi nombre?

—Durante estos días he estado investigando sobre ti— respondió como si fuera la cosa más normal del mundo.

Esto ya me estaba empezando a dar miedo, no conozco a este chico en lo absoluto pero al perecer el si me conoce a mi y eso no es justo.

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¡Hola!

Disculpen por la ausencia estos días.

Espero que se encuentren bien.

Muchas gracias por leer att:Paola 🤍

Muchas gracias por leer att:Paola 🤍

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