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Ruth

*perdon si salen los diálogos con el guión pequeño, se estropeo mi celular y estoy actualizando desde la tablet y no sé por qué se cambia*

—Deberíamos irnos —murmuró Dante.

—Hay que esperar a que te den el alta, no podemos irnos estando en ese estado.

—Estoy perfectamente —hizo un movimiento queriendo levantarse.

—Dante, no nos vamos a ir ahora ¿de acuerdo? —dije frenandolo.

—Pues entonces ven aquí —hizo un ademán con su mano, invitándome a tumbarme a su lado de nuevo.

Lo hice, me senté junto a el. Con mi mano fui acariciando cada parte de su rostro, disfrutando de la tranquilidad que brindaba. Él estaba tranquilo disfrutando de mi tacto. Tenia sus ojos cerrados, cada caricia que le hacia más se acercaba y se acurrucaba junto a mi.

—Voy a llamar al doctor —dije.

—No, no, no, quedate aquí conmigo —agarró mi mano evitando así algun movimiento que pudiera hacer.

—Pero has despertado, te deben de revisar.

—Me van a alejar de ti si vienen.

—No lo harán.

—Dirán "señorita necesitamos revisarlo, espere fuera" —dijo en tono burlon.

—¿Y qué pretendes hacer?

—Escaparnos. Ya estoy bien.

—¿Donde?

Sus ojos se achinaron de una manera picara y burlona. Me hizo bastante gracia ese gesto, tenia una cara de dormido que no podía con ella. Por un momento me plantee salir de aquí sin que nadie se diera cuenta, pero luego pensé que la decisión más sensata seria esperar a que los médicos le dieran la autorización de salir de aquí.

—A un lugar... que te va a encantar —murmuró.

—Debemos esperar —repetí.

—Eres demasiado cabezona eh.

—Suelen decírmelo —el solto una pequeña risa.

—Bésame.

No me lo pensé dos veces, me acerqué a el con ansias de volver a besar sus labios. Me agarró del cuello de forma desesperada y junto sus labios con los míos. Tenía la sensación de que en algún momento me quedaría sin aire, así que solo me separe por unos segundos y volví a besarlo.

—Te amo tanto Ruth —dijo aún teniendome agradada, pero ahora su nariz chocaba con la mia, la acariciaba con pequeños toques.

—Yo también te amo, siento haberme dado cuenta tarde de lo que siento por ti.

—Mejor tarde que nunca. No sabes lo feliz que me hizo escucharte decir que me perdonabas, que no te importaba lo que algún día hice, que me amas igual que yo te amo a ti.

No dije nada, solo me acurruqué un poquito más en el, sintiendo sus brazos rodeandome y sintiendo un cálido abrazo, que le demostraba a su vez cuanto lo necesitaba.

El enfermero llegó a la sala, se quedó un poco sorprendido al ver a Dante con sus ojos abiertos.

—Debieron avisarme —fue lo único que dijo.

—Déjeme ir, estoy bien doctor.

—Primero necesito revisarte.

El doctor me mandó fuera de la sala tal y como me habia dicho Dante, espere un rato bastante largo ahí fuera, mientras que los únicos pensamientos que tenia eran lo qué estaba pasando con mi padre, fue inevitable.

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