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8° *E*

Dante

Cuando vi a Ruth aquella noche de cerca y tumbada en mi sofá, supe de que la conocía de algo.

No entiendo cómo no la reconocí antes, la única diferencia es que ahora está  ciega, por lo demás sigue igual; terca, impaciente, bruta, torpe y agresiva.

Antes no estaba muy seguro, pero cuando dijeron en las noticias su nombre completo mis sospechas se afirmaron.

Ruth Danel.

Conozco a Ruth desde que era pequeño, es como si nos hubiésemos criado juntos, nos conocimos en el orfanato y pasabamos mucho tiempo juntos, pero desde el día de su adopción no he vuelto a saber de ella, a excepción de ahora que la tengo medio secuestrada en mi casa.

Recuerdo que de pequeño le tuve envidia, yo tambien quería sentir amor. Muchos adultos venían a adoptarla, pero casi siempre la volvían a traer por lo malvada que podía llegar a ser. Ese era nuestro plan malévolo.

Incluso llegé a acostumbrarme, cada vez que se la llevaban, sabía que la volvería a ver de nuevo, sabia a ciencia cierta que Ruth, la niña de mis ojos en ese entonces, volvería junto a mi.

Pero aquello cambió desde que ese señor, que dice ser su padre y la maltrata, la adoptó, entonces Ruth no volvió a aparecer por el orfanato

Aunque me pregunto qué le habrá podido pasar para quedarse ciega, recuerdo que de pequeña no lo era y sin embargo, cada vez que le tiraba de la coleta para molestarla, ella me miraba con los ojos llenos de furia.

Tirarle de la coleta era mi forma de ligar.

También recuerdo lo triste que me puse cuando el 12 de Febrero no volvió, siempre que se iba volvia a la semana, pero aquel día no volvió y mi corazón se rompió.

Yo sin embargo, a mis 25 años de edad no he sido adoptado, no tengo padres, no tengo familia y tampoco un apellido, no pienso buscarlo, ahora mismo estoy bien, no necesito a nadie, me tengo a mi mismo y con eso me basta.

De repente se escuchó un ruido que me sacó de mis pensamientos, era Ruth, se había caído por las escaleras.

Tan torpe como siempre.

(...)

Siempre me decía lo mismo, tampoco tenía ganas de tener a toda una ciudad detrás buscando a Ruth, así que como insiste tanto la dejaré ir.

Muy a mi pesar y con todo el dolor de mi alma, llevé a Ruth al infierno donde vivía. No quería hacerlo.

No entiendo el por qué quiere irse, no le he hecho nada malo, de echo cuando me dijo que era un enfermo y que tenía una vida miserable, solo estaba tumbado a su lado comiendo patatas.

Cuando me di la vuelta para irme escuche algo.

—Preparate jovencita—volvi a girarme y por el hueco de las cortinas podia ver cómo su padre se le acercaba lentamente.

Me gusta ver a la gente sufrir, sí, pero no sé qué pasa que cuando veo a Ruth pasandolo mal, algo se revuelve en mi.

Flashback.

Unos niños del orfanato se le acercaban a Ruth para quitarle el desayuno como siempre.

—Eh tu, tonto del culo, devuelveme mi comida —se levantó bruscamente hacia el chico cruzándose de brazos.

El chico se percató de la presencia de Ruth y río.

—Si no que vas a hacerme, ¿eh tontita?—dijo el chico dándole un golpe con sus dedos en la frente.