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Dante

Estaba dispuesto a contar la verdad, si diego pudo, yo también.

La diferencia es que el no había matado a nadie, y yo sí.

Era consciente de el daño que hiba a ocasionar, pero tenía que hacerlo.

Debo hacerlo, para intentar dejarlo atrás y poder comenzar a ser una buena persona.

Como Margarita me dijo, esto traería consecuencias, de ello estaba seguro.

Las palabras se trababan en mi garganta sin dejar salir una palabra,  solo llegaba a balbucear— Yo... necesito... contar algo— fue lo único que conseguí sacar de mi boca.

— Hoy estamos de confesiones — dijo Ruth.

— Zack... — este solo me miraba atento esperando a que dijese algo— Tus padres...

— No quiero saber nada que tenga que ver con mis padres — respondió sin dejarme acabar.

— Es importante...

— Se breve.

No entiendo que le pasa, estoy a punto de confesar y me suelta que no quiere saber de ellos.

Algo no me cuadra.

— Yo fui... el... culpable— dije por fin.

Pensé que mi cuerpo tras confesar se quitaría un peso de encima. Pero no fue así.

Zack en vez de saltar a mi cuello e intentar hacerme algo, se quedó quieto en su lugar con la mirada fija en el suelo— ¿Como?— dijo sin levantar la mirada.

— No sé como explicarlo  bien. Se que te lo estoy diciendo muy de sopetón y que tu no tenías ni idea pero...

— ¿Mataste a mis padres?— dijo sin dejarme terminar.

No podía decirle que si por palabras así que solo hice un asentimiento.

Ruth y Diego no decían nada, estaban con la mirada fija en el suelo sin expresión alguna en su rostro.

— Zack... — habló Ruth— Díselo— levantó su mirada y solo le hizo un pequeño asentimiento a Zack.

—Mis padres...— logro decir firme.
Aunque esa firmeza no duró mucho, al cabo de unos segundos su voz ya estaba rota— no eran buenas personas.

— ¿Qué?

— Al ser personas con tanto dinero, contrataban a personas para hacer el trabajo sucio por ellos, mandaban a ejecutar a los que no cumplían sus órdenes y si alguno se atrevía a abrir la boca tendrían consecuencias— dijo sin mirarnos a la cara— uno de ellos fue mi hermano. Con quince años vió como mamá amenazaba de muerte a uno de sus "empleados"— dijo haciendo comillas con sus dedos — decidió delatarlos a la policía por que el sabía que eso no estaba bien. Mis padres se enteraron e intentaron matar a mi hermano — finalizó con lágrimas en sus ojos.

— Lo siento tanto — fue lo único que logré decir.

—Nadie se merece la muerte y lo que hiciste no estuvo bien.

Antes de poder contestar el doctor entró en la sala— chicos, las señoras ya están bien— dijo con una sonrisa.

Diego y Zack se marcharon dejándome en la habitación solo junto a Ruth.

— Te juro que hubo un momento en el que confíe en ti— dijo mirándome decepcionada.

— Delatame a la policía, es lo que merezco — pude ver cómo negaba lentamente.

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