26°

506 38 12
                                    

Dante

— Hola —dije mirando a Ruth.

Ella solo levantó su mano en forma de saludo y sonrió — ¿Que pasa?

— ¿Cómo te encuentras?

— La verdad que bastante mejor, gracias por dejarnos estar aquí — dijo y volvió a sonreír.

— Haría lo que fuera por que estuvieras bien.

— Ven — dijo haciendo una seña con su mano señalando la parte libre de el sofá que estaba a su lado.

No lo dudé ni un segundo y me tumbé a su lado — Dante...

— ¿Si...? — dije cerrando mis ojos y dando un suspiro. Estaba en paz.

— Tengo un poco de miedo, y eso no me gusta.

— ¿El qué no te gusta, sentir miedo por algo? — ella asintió.

— Temerle a algo esta bien.

— Pero entonces no soy valiente.

— ¿Sabes que es lo mejor de temerle a algo? Que después vas a ir y luchar para que ese miedo desaparezca y al afrontarlo te aseguro que te hará una persona más fuerte. No todo el mundo es tan valiente de afrontar lo que más teme — dije mirándola con una sonrisa.

— ¿Tu alguna ves has afrontado tu miedo?

— Sí, y te aseguro que me sentí mejor al contarlo — en ese momento levanté mi mirada hacia el cabecero que estaba arriba de nuestras cabezas y lo vi.

Ahí estaba.

Ruth tenía colgado el dibujo que le regalé de pequeño.

Me levanté rápidamente y fui a ver — Ruth... ¿sabes que es esto? — dije con ilusión.

Ella de la misma forma se levantó de su asiento y palpó con su mano la hoja de papel con el dibujo de una casita, atrás había un sol con una sonrisa y tres personas agarradas de la mano al frente de la casa.

Esas personas eran; Ruth, Margarita y yo.

Aunque en aquel momento no me dió tiempo de ver su reacción.

Flashback

Estaba intentando acabar el dibujo lo antes posible, ya que Margarita vendría con Ruth en pocos instantes, así que con una porción de mi lengua fuera de mi boca y agilidad acabe el dibujo en menos de 1 hora.

Hoy quería expresarle mi amor a Ruth, por eso la hoja la llené de corazones voladores que lanzaban flechas de cupido en el trasero de Ruth y en el mío, para que cupido se diera cuenta lo mucho que la quería y así la hiciera mi novia.

También me dió tiempo de ponerme una pajarita en el cuello, la hice con papel de color rojo.

Era bonita.

Con abundante agua empape mi pelo para hacerlo ver como una especie de engominado.

Agarré el dibujo, el anillo de plástico y el ramito de flores de papel y me posicione tras la puerta esperando su llegada.

Estube toda una semana preparando esto, incluso me corté un par de veces mis deditos intentando hacer las flores.

El anillo fue lo que más costó.

Escucha Mi Voz © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora