¿𝐚𝐦𝐨𝐫? | son goku | ✔️

𝔈𝔭í𝔩𝔬𝔤𝔬

—Kakarotto.

Dicho hombre estaba sentado delante de la lápida de su amada, donde descansaba pacíficamente.

—Es hora de irnos.

—Déjame un rato más.

—Eso lo dijiste hace cinco minutos.

—Entonces vete sin mi.— le insistió pero un rugido de León, que seguramente proviene de las tripas del Guerrero con los pelos revoltosos.
—Sabes perfectamente que no te puedo dejar solo, amigo.— Vegeta tenía las manos dentro del traje de luto comprada por su mujer, evidentemente. —y tienes hambre.

Goku no dijo nada más. El estaba con el mismo atuendo, todo negro. Esta era la única ocasión que no se quitó la ropa formal, ni se la acomodó a su gusto ni reaccionó ante el "picor" que le provocaba.

—Quisiera haber vestido de blanco.

Vegeta se sorprendió a tal estamento. Ahora su eterno rival era otra persona. Un hombre calmado, serio, maduro siquiera; una descripción que no le encajaba para nada al hombre risueño y gracioso de antes.

Por el sendero que les llevaba hasta la cima de la colina, donde yacía la dulce dama, subía con calma un pariente idéntico a él y con las mismas pintas, negro, inclusive la cinta que lleva en frente es de tono obscuro.

Se paró detrás de su hijo, que estaba sentado con las piernas cruzadas y los brazos apoyados en ellos, observando el blanco mármol con el nombre de la fallecida en él y con mucha flora alrededor.

—No hay cuerpo que se pueda custodiar— el padre apoyo su mano sobre la cabeza de su fornido hijo, desordenando su cuero cabelludo. —pero hay un alma por el que podemos velar.

Goku lloró en silencio mientras ocurría el diálogo de su padre. Se tapó la boca con esperanzas de ahogar el llanto que estuvo guardando en toda la ceremonia pero, evidentemente, era esfuerzo inútil.

—Se esfumó... No hay nada, más que su ropa, que haya dejado para nosotros... Se fue como si de luciérnagas en el vuelo se tratara...

—No me dejó nada más que el corazón entristecido y con el alma en dos, arrancado de su mitad...

—No me dejó nada más que un Amor vacío...

Fin

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