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Conciencia y cobardía son en realidad lo mismo.
Oscar Wilde.

No pasó mucho tiempo hasta que sentimos un estruendo al otro lado de la puerta.

- Los wights intentan derribarla - dijo Miss Peregrine.

- Nos ocuparemos de ellos - aseguró Jacob - La batalla va a estallar en cuanto abramos la puerta.

Otro golpe más fuerte hizo temblar la estancia y una leve lluvia de trozos de piedra cayó del techo. Jacob llevó a los huecos a la pequeña estancia, y todos nos apartamos con evidente temor. Cuando la puerta se abriera, utilizaríamos a los huecos para despejar el camino. Sonaba sencillo, pero no lo era.

- Sois los mejores amigos que he tenido - dijo Jacob - Me resulta raro pensar que hace menos de un mes ni siquiera sabía que existiais. Extraño a mucho a mi abuelo, pero todo sucede por una razón. Tuve que perder a una parte de mi familia para encontrar otra.

- Ha sido maravilloso conocerlo - declaró Miss Peregrine - Su abuelo estaría muy orgulloso de usted.

Quise decir algo en aquel momento tan emotivo, quise despedirme de ellos y contarles lo afortunada que me sentía por haberlos conocido a todos, pero en su lugar guardé silencio.

Un ruido acompañado por un estampido sónico nos estremeció y la gran puerta blindada se abrió de golpe.

- ¿ Estáis todos listos ? - dijo Jacob.

Todos contestaron afirmativamente y nos pusimos en guardia.

- ¡ Saldremos cuando lo digas ! - gritó Emma.

Los wights abrieron fuego contra los espíritus huecos, pero las bestias invisibles no tardaron mucho en reponerse y tomar el control de la batalla.

- ¡ Ahora ! - gritó Jacob.

Salimos de la estancia con paso seguro y seguimos a Jacob y a su batallón de monstruos por el pasillo . Pasamos frente a los tenebrosos cadáveres desmembrados de los wights que no habían conseguido huir, y los más pequeños se cubrieron los ojos. Salimos por la trampilla protegidos por el ejército de huecos, y aquellos wights que estaban esperándonos para atacar, fueron asesinados al momento. Estábamos cerca de la salida cuando Jacob nos apartó a Emma, Miss Peregrine, Enoch, Olive y a mi .

- ¿ Corremos hacia la torre o seguimos luchando ? - preguntó Jacob en voz baja.

- No podemos parar ahora - declaró Enoch.

- Si nos detenemos, ellos no lo harán - dije - y estaremos condenados a ser perseguidos para siempre .

- Hay que seguir luchando, niños - dijo Miss Peregrine - Puede que no volvamos a tener otra oportunidad como esta nunca.

- Vamos a arrasar con este sitio - dijo Emma.

- ¡ No es justo que Jacob lo haga todo ! - exclamó Olive.

- Creo que sé cómo puedes ayudar - le dijo el ojiazul.

Ataron a la pelirroja con una cuerda por la cintura y le quitaron los zapatos. Se había convertido en nuestra informante aérea. Empezamos a caminar hacia el borde del patio, siguiendo las indicaciones que nos daba Olive. Llegamos, y más allá se extendía un terreno abierto de unos cincuenta metros de largo. Lo único que había entre nosotros y el muro exterior era un pequeño edificio. Casi todos los wights que se habían dado a la fuga se habían refugiado en su interior.

1940 [ Enoch O'Connor ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora