20

614 74 0
                                    

El destino es el que barajea las cartas, pero nosotros somos los que jugamos .
William Shakespeare.

Los edificios tenían la pintura quemada y las ventanas ennegrecidas . Los techos estaban hundidos y las paredes derribadas . Un espeso humo salía de las grietas del suelo y las cenizas flotaban convirtiéndolo todo en un paisaje negro. Aquello parecía sacado de mis peores pesadillas . Un calor sofocante nos estaba golpeando y ya me comenzaba a sentir mal.

- ¿ Qué ha pasado aquí ? - dije .

- Este lío es causado por fuego subterráneo - explicó Emma - Puede arder durante años .

De todos los horrores que había visto en el Acre del Diablo, Smoking Street, era lo que más me asustaba . Era la más fiel representación del infierno en la tierra .

- ¿ Hacia dónde vamos ? - preguntó Enoch .

- No tengo idea - respondió Jacob.

En ese momento , un grupo de hombres pasó cantando frente nuestro. Iban vestidos con monos de trabajo y soltaban sus melodías a todo pulmón . De manera inconsciente , esos hombres le daban un toque de alegría a aquel caos de cenizas y fuego.

Continuamos nuestro camino, manchando de negro nuestros zapatos y tobillos con cada paso . Muy pronto, nos vimos acorralados por un montón de personas que mendigaban con desesperación. Iban cubiertos de hollín de la cabeza a los pies y llevaban las ropas rotas y gastadas .

- ¿ Quiénes son ? - pregunté.

- Ni idea - respondió Emma .

- Seguro no los aceptan en ningún otro sitio - dijo Addison - Los que escaparon de la horca se instalaron aquí , en la última frontera de la sociedad peculiar.

- Si esta es la frontera , los wights deben estar cerca - dije .

- Debemos darnos prisa - nos dijo Jacob .

Seguimos caminando , con las cabezas gachas, mientras aquellas personas continuaban asechándonos y suplicando que les diéramos cosas que no teníamos . Los demacrados rostros de aquellos mendigos estaban cubiertos de cicatrices . En sus desfiguradas caras, a penas se podían distinguir rasgos humanos, y aquello causaba escalofríos en mi cuerpo con tan solo mirarlos .

- Sigue caminando y nos los mires - me dijo Enoch .

- Eso intento - respondí .

Apresuramos el paso, dejándo atrás a todos aquellos muertos vivientes.

- ¿ Te puedo preguntar algo ? - me dijo el castaño .

- Claro - respondí .

- Es sobre Olive .

- Entonces nop.

- ¿ Por qué no ? - se quejó .

- Porque no - repliqué - No tengo nada que decir sobre ella .

- ¿ No creés que es bonita ? - dijo - Con sus tiernos ojos verdes y sus hermosos cabellos rojos .

- No lo sé , no veo nada especial en su apariencia - contesté cortante - Creo que es una chica bastante común .

- ¿ Por qué dices eso ? - dijo - Somos peculiares, no hay nada común en nosotros.

- ¡ Bueno, ella es la más común de todas las chicas peculiares ! - chillé.

Enoch me miró sorprendido y sentí mis mejillas arder. Desvíe la vista de su rostro y me apresuré para ir a la para de Jacob y Emma. Había estallado de rabia. Los celos me estaban consumiendo . Realmente las cosas se me habían ido de las manos ; después de todo, Emma tenía razón. Lo quería . Me estaba enamorando de él a toda velocidad y el sentimiento dolía.

1940 [ Enoch O'Connor ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora