Epílogo

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Solía soñar con escapar de mi

vida ordinaria, pero mi vida nunca fue ordinaria, simplemente no me había dado cuenta de lo extraordinaria que era.
Ransom Riggs.


- Te ves ridícula - dice una voz detrás de mi .

- ¿ Enoch ? - digo al ver al caminando hacia mi.

- Pareces sorprendida - dijo - ¿ Esperabas a alguien más ?

- Supongo que no.

Estábamos en una habitación completamente blanca, sin ventanas ni puertas visibles.

- ¿ Qué esperas para despertar ? - dijo con una sonrisa - Todos están preocupados por ti .

- ¿ No estoy despierta ? - dije confundida .

- No, no lo estás - respondió - Esto es un sueño y, por cierto, me parece muy morboso que sueñes conmigo.

- Eres un idiota - le espeté .

- Lo sé, - dijo limpiándose las uñas - pero aún así me amas .

- Eres un creído .

- Solo despierta.

Abrí los ojos con lentitud , sintiendo la luz del sol demasiado molesta. Estaba en una pequeña habitación de grandes ventanas. A mi lado, sentado en una silla, se encontraba Victor. A penas me vio abrir los ojos sonrió y se acercó más a mi.

- Vaya susto nos hemos dado - dijo acariciando mi mejilla.

- ¿ Qué sucedió ? - quise saber .

- Uno de los wights que se dieron a la fuga te disparó - explicó - Pero no te preocupes , Emma se encargó de fundirle la cara.

- ¿ Cómo es que estoy viva ?

- Miss Peregrine había pedido la ayuda de la Madre Arena para curar a los peculiares heridos - respondió - Cuando te dispararon ella estaba cerca.

- ¿ Dónde estamos ? - pregunté .

- Estamos en casa de Bentham.

- Lo supuse - dije - Esta habitación me trae recuerdos. Esta es la segunda vez que la Madre Arena me salva la vida . Ni siquiera sé cómo agradecerle .

Se hizo un cómodo silencio y solo podíamos escuchar nuestras torpes respiraciones aún agitadas por la adrenalina .

- Melina, - dijo Victor - sé que no es el mejor de los momentos, pero lo necesito. Hoy quiero decirte todo lo que no te dije la primera vez.

- ¿ A qué te refieres ?

- No me importa lo que pienses a menos que sea algo imposible - me dijo - Nuestro amor cruzó la muerte y todos los límites , entonces no me pidas que te abandone cuando más te quiero, porque seremos capaces de encontrar la felicidad más allá de la miseria. No me alejes de ti, Melina, te necesito hoy más que nunca.

- No lo haré , Victor - respondí - Yo también te necesito.

Cuando nuestros labios se unieron, fue algo especial, lleno de hermosos recuerdos. Lo quería demasiado y lo necesitaba de vuelta en mi vida. Pero no lo amaba. Mi amor estaba destinado a otra persona, alguien a quien debía olvidar : Enoch O'Connor.

Fin...

1940 [ Enoch O'Connor ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora