Después de recibir la increíble noticia de que es un doncel, Todoroki Shoto, un chico de tan sólo 16 años, tendrá que enfrentarse a los nuevos obstáculos que le tiene preparada la vida, sacándolo de su zona de confort. Enfrentando críticas e intento...
El rubio aún se encontraba en la sala con sus amigos. Acababa de contarles todo lo sucedido sobre el bicolor. Desde que lo ayudó, hasta lo del acoso que está sufriendo y el asunto del doncel. Ahora mismo, sus amigos se encontraban pensativos por lo que acababan de escuchar.
- Pobre Sho, jamás me imaginé que él pudiera estar pasando por algo así, qué triste – se lamentaba la chica con los ojos húmedos.
- Lamento mucho que Shoto haya pasado por eso. Debe ser muy difícil para él y su familia – decía Eijiro con semblante triste.
- Lo bueno es que lograste ayudarlo a tiempo Bakugo, ya veo por qué ese chico se ha vuelto así contigo – habló Sero.
El rubio solamente los escuchaba y permanecía callado. Él sabía lo difícil que era para el bicolor y su familia, pero él necesitaba apoyo, lo necesitaba más que nunca.
- ¿Bro?
- Levántense, vamos a salir.
- ¿Qué? ¿A dónde?
- Cierren la maldita boca y síganme. No quiero que hagan preguntas.
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Bakugo Katsuki
Ahora íbamos en dirección al parque. Después de contarles a los chicos sobre el bastardo, me puse a pensar más en la situación. Estoy consciente de que su familia en este momento está muy adentrada en el asunto y todavía pueden estar asimilando las cosas.
Pero mientras ellos hacen eso, Fresita va a necesitar apoyo y ayuda. Y si su familia no se la puede dar, tendrá que apoyarse en otro lado.
- ¿Qué carajos quieres? ¿Por qué nos llamaste?
- Cállate maldito brócoli, necesito que hablemos.
- ¿Hablar? – preguntó el pikachú - ¿De qué quieres hablar tú con nosotros? Además, ¿Por qué vienes con todos tus amigos? ¿De qué se trata esto?
- Si no cierran el hocico no voy a poder explicarles nada, así que siéntense y escuchen.
Estábamos sentados en el parque, sobre unas jardineras donde no había tanta gente. Necesitaba que hubiera privacidad para poder hablar del tema, tranquilos.
- Escúchenme muy bien idiotas – comencé – Estoy completamente al tanto del asunto del bastardo, de lo del doncel y el acoso que sufre – ambos me vieron con sorpresa y palidecieron.
- Ni se te ocurra...
- No pienso decir nada – interrumpí al cargador – él mismo me lo confesó, confía en mí. Y yo se los platiqué a ellos por petición suya.
- Ya veo – dijo el arbusto - ¿Y se puede saber para qué nos llamaste?
- Escucha maldito Deku.
- ¿Deku?
- Los hermanos del helado de fresa hablaron conmigo – me miraron con atención – me pidieron que me alejara de él, pero no pienso hacerlo.
