Después de recibir la increíble noticia de que es un doncel, Todoroki Shoto, un chico de tan sólo 16 años, tendrá que enfrentarse a los nuevos obstáculos que le tiene preparada la vida, sacándolo de su zona de confort. Enfrentando críticas e intento...
Después de aquel extraño domingo, el resto de la semana se mantuvo tranquila.
El cenizo y el bicolor no se volvieron a ver. Dejaron todo como un encuentro ocasional al que no le tomaron gran importancia. Continuaban con su rutina sin siquiera recordar al otro...o al menos eso trataba uno de ellos.
Bakugo aún mantenía al heterocromático en su mente. Las dudas sobre ese niño crecían cada vez más. Aún sentía un poco de culpa por lo que le dijo, estaba consciente de que no estuvo bien atacarlo con sus opiniones. Sin embargo, su orgullo le impedía tan siquiera demostrar esa diminuta culpa que sentía.
Además, era más que seguro que no volvería a ver ese chico. De nada servía mortificarse con ese tema. De seguro hasta ese mocoso lo había olvidado. Sí, eso era lo más seguro.
Lo que el cenizo no sabía, era que sus amigos no iban a dejar así las cosas. Shoto les agradaba mucho, así que no permitirían que se llevara una mala impresión suya. Harían que el cenizo se disculpara, sí o sí.
Ese viernes llegaron al departamento del de ojos rubí sin avisar. Se sentaron en la sala y le platicaron su muy elaborado plan.
- ¡¿Están locos o qué demonios les pasa malditos imbéciles?! – gritaba Katsuki mientras les lanzaba cojines a sus amigos.
- ¡No es eso bro! – gritaba Kirishima a la vez que se cubría el rostro - ¡Sólo será una salida!
- ¡Yo no iré a pasar toda mi tarde en un puto centro comercial con ustedes y esa bola de mocosos!
- ¡Claro que lo harás! – gritó Mina. La lluvia de cojines se detuvo – Tienes que disculparte por lo que hiciste Bakugo.
- ¡Yo no tengo por qué disculparme! ¡Ni siquiera hice nada!
- ¡Claro que lo hiciste! Ese niño se portó muy bien con nosotros y tú fuiste un completo idiota con él – el cenizo estaba a punto de reclamar, pero el rostro serio de su amiga lo hizo quedarse callado – Así que lo mínimo que puedes hacer, es disculparte por tu asquerosa actitud.
- Sí bro, Shoto no te hizo nada malo. Disculparte es lo correcto – sonrió el pelirrojo.
- Yo no voy a ir a ninguna parte – dijo el ojirubí cruzándose de brazos con rostro molesto – así que hagan lo que quieran. Pero no cuenten conmigo.
Los tres amigos se lanzaron una mirada de complicidad y asintieron entre ellos.
- Sabía que sería complicado. Esto pudo haber sido por las buenas Blasty – dijo Mina para después soltar un suspiro cansado – Ni modo, chicos – sus ojos se volvieron oscuros – ya saben qué hacer.
- ¡¿Eh?!
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Todoroki Shoto
Era viernes, bendito fin de semana. Suspendieron las clases por una reunión muy importante que tendrían los profesores, así que decidí pasar el día en mi casa. La verdad no tenía muchas ganas de salir, prefería quedarme a ver películas y comer palomitas. No existía nada mejor para mí en esos momentos ¡Qué divertido! (Nótese el sarcasmo).
