Después de recibir la increíble noticia de que es un doncel, Todoroki Shoto, un chico de tan sólo 16 años, tendrá que enfrentarse a los nuevos obstáculos que le tiene preparada la vida, sacándolo de su zona de confort. Enfrentando críticas e intento...
Un nuevo día se hacía presente. El cenizo se despertó después de que la alarma de su celular sonara insistentemente obligándolo a despertar. La noche anterior, había dormido un poco más tarde de lo normal, y es que la alegría que sentía en su pecho era enorme.
¡Estaba nuevamente con su familia!
Eso lo había hecho llorar tanto, la felicidad de poder ver nuevamente esa sonrisa burlona y egocéntrica de su madre, al igual que esa expresión algo idiota y aburrida de su padre, fue realmente grande. Abrazarlos aquella noche en la que fue a hablar con ellos, era tan cálido como lo recordaba.
Se levantó de la cama y se dirigió al baño para ducharse. No faltaba mucho para que el pelirrojo pasara por él para ir a correr. Era una costumbre que ambos tenían.
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Bakugo Katsuki
Estaba poniéndome los tenis deportivos cuando alguien tocó la puerta. Caminé hasta la entrada para encontrarme con aquella molesta sonrisa de siempre.
- ¡Hola bro!
- ¿Qué mierda pelos de incendio? Aún es algo temprano imbécil – me hice a un lado, dejando que Eijiro entrara.
- ¡Lo sé! Pero realmente estaba ansioso porque me contaras todo lo que pasó ayer ¡¿Cómo te fue?!
- ¡Ya deja de gritar maldita sea! – me estaba hartando ¿Es que nunca se cansaba de joderme la puta existencia? – Deja de meterte Kirishima, siempre entrometiéndote donde no te llaman.
- Bro, siempre que tenga que ver contigo, me entrometeré sin invitación – el muy imbécil sonrió con orgullo, ¿de verdad creía que eso era bueno?
- De verdad que no se puede ser tan idiota – solté un suspiro con molestia – Vamos a correr y allá te cuento todo.
- ¡SI!
Los dos salimos del departamento y nos dirigimos a paso ligero hacia el parque más cercano a mi casa. Nos tomó alrededor de quince minutos llegar, afortunadamente era demasiado temprano y no había nadie en las calles aún. Dejamos nuestros bolsos en una banca y comenzamos a hacer estiramientos.
- ¿Y bien? – el pelos de mierda me miraba con una enrome sonrisa y ese molesto brillo en los ojos que tanto me irrita.
- ¿Qué mierda quieres saber?
- ¡Todo! Quiero que me digas cómo te fue, todo lo que hicieron, de lo que hablaron y si a tus papás les agradó Shoto.
- Bien, platicar, trivialidades y sí ¿Contento? – después de eso comencé a correr. No quería tener que contarle todo con detalle.
- ¡Bro! ¡Sabes que no me refería a eso! ¡Bakugo!
Traté de tomar la delantera durante todo el rato que estuvimos corriendo. Sabía que el molesto de Kirishima iba a comenzar a hacerme preguntas que claramente no voy a querer responder.
