Capítulo 32: KiriKami.

1K 69 142
                                    

Kirishima Eijiro

La mañana del viernes estuvo bastante tranquila. Desde muy temprano había ido a la casa de Bakugo ya que tenía el día libre en mi trabajo, y como era costumbre él también.

Mina y Sero llegarían hasta la tarde, así que me aseguré de mandarles mensaje para que se encontraran con nosotros en donde Katsuki. Por el momento ambos nos manteníamos tirados en los sillones de la sala, cada uno en su propio celular.

El mes de Abril suele ser el mes más caluroso del año, así que en estos momentos sentía claramente cómo mi ropa se adhería a mi cuerpo y el sudor dejaba pegajosa mi piel por todas partes. Había logrado deshacerme de mi camisa, pero eso no ayudaba en nada más que sentirme aún más sofocado.

Bakugo parecía no estar sufriendo demasiado, pues el muy tacaño tenía un paquete de carne congelada colocada muy cerca de su rostro, disfrutando mientras yo estoy aquí sufriendo por no poder quitarme los pantalones y la ropa interior.

Solté un bufido antes de centrar mi mirada en el techo, pensando en alguna alternativa no tan peligrosa para refrescarme, pues hace unos minutos atrás intenté meter mi cabeza de lleno en el congelador y lo único que obtuve fue que mi bro me agarrara a patadas y me reclamara por estar metiéndole los cabellos a su comida.

Repentinamente vi a Katsuki sonreír como estúpido a su celular, mientras movía sus labios como si estuviera leyendo algo y después chasqueó la lengua con diversión. Al principio me confundí ya que normalmente no hace ese tipo de cosas, tratando de adivinar qué estaría viendo como para que actuara de esa manera, pero después sonreí de igual manera al entender lo que pasaba. Sólo existía una persona en el mundo capaz de hacer a mi bro sonreír de esa manera.

- ¿Shoto te mandó mensaje? – pregunté como si nada, sabiendo perfectamente cómo reaccionaría – Mándale un saludo de mi parte.

- Tch, ¿Qué te hace pensar que fue el helado de fresa? Además ¿A ti que jodidos te importa cabello de mierda? Métete en tus propios asuntos – auch, eso dolió.

- Vamos hermano, sólo fue una suposición. No es como si llevaras varios minutos sonriéndole a la pantalla de su celular como si intentaras seducirla. Digo, porque si es así, déjame decirte que vas a hacer que explote de tanta intensidad – respondí sonriendo, tratando de evitar la mirada asesina que me estaba lanzando en este momento.

- El único que explotará aquí serás tú, pero será en el momento en el que le prenda fuego a ese ridículo cabello tuyo, que con todo el maldito fijador que usas, seguramente se prende más rápido que Mina cuando ve televisión a las tres de la madrugada.

- Uy sí, los programas prohibidos. Muy cierto – y no era mentira, una vez vimos a Ashido viendo pornografía en plena madrugada mientras nosotros dormíamos. Quién sabe cuántas veces lo había hecho antes, pero eso explicaba el por qué todas las mañanas despertaba toda ojerosa y parecía cansada. Fue un despertar bastante turbio – Pero... ¡Oye! ¡Mi cabello no es tan inflamable como para incendiarse tan rápido! ¡Él no tiene nada que ver con la calentura de Mina!

- ¡¿Mi qué?!

Pegue un chillido y di un brinquito en mi lugar cuando la puerta se abrió, mostrando a una molesta Ashido con los brazos sobre su cintura mientras me miraba de forma inquisitiva. Hanta estaba detrás de ella sonriendo con diversión.

- ¿Podrías repetir eso de nuevo Eiji? Creo que no te escuché – rayos...

- No-no fue nada mina. Ya sabes cómo es Blasty...de repente suelta comentarios innecesarios.

- ¡¿Ah?! ¡¿Y YO QUE JODIDOS TENGO QUE VER EN TUS MALDITOS PROBLEMAS PELOPINCHO?! ¡MUEREE!

- Ya basta chicos, tengo calor y sus gritos sólo empeoran todo – dijo Sero mientras iba a la cocina por una lata de refresco.

💕TE NECESITO (Bakutodo)💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora