Afuera el sol estaba cada vez más cerca de ocultarse, pintando el cielo de cálidos colores rojizos y anaranjados, al mismo tiempo que pequeños y casi invisibles luceros salpicaban el extenso espacio. El sonido del agua golpeando contra las rocas era aún audible, brindándole al ambiente un extraño sentimiento de tranquilidad y comodidad que desde hace tiempo era tan necesario.
Ambos permanecían en la misma cama. Shoto se había recorrido hasta la parte superior, recargando su espalda en la cabecera y con algunas almohadas de soporte. Cierto chico de ojos rubís estaba acostado a su lado, pero con la cabeza cómodamente recargada en el pecho del menor, quien permanecía dándole agradables caricias a su cabello, peinándolo con los dedos y deshaciendo los pocos nudos que se formaban en él.
Ambos estaban en silencio, el ambiente tan tranquilo y lindo que temían abrir la boca y arruinarlo con algún comentario estúpido.
Estaban tan embelesados con la calidez del cuerpo contrario, que ni siquiera eran conscientes de la hora que era ni todo el tiempo que habían estado de esa manera. Pero siendo sinceros, tampoco era como si eso les importada mucho de todas formas.
Pero aun así, Shoto todavía trabajaba en asimilar todo lo que había ocurrido hace un momento. Bakugo le había contado todo lo que tuvo que pasar por sí solo cuando se enamoró por primera vez. Cómo la primera chica que realmente despertó interés en él se había encargado de romperle el corazón de la manera más cruel que alguna vez pudo imaginarse.
Y no, no está justificando las actitudes actuales de Katsuki, tan sólo está comprobando que efectivamente había un trasfondo en toda esta historia. Había algo que fue la raíz de todo esto, algo que fue lo que causó que Bakugo actuara de esa manera tan descarada y odiosa hace algunas semanas.
Pero...
- Lamento realmente que hayas pasado por todo eso – dijo, deteniendo las caricias y logrando que Bakugo finalmente se levantara de la comodidad de su pecho. Sentándose en la cama y mirándole directamente – No es tu culpa, Bakugo. Nunca lo fue.
Katsuki asintió mientras soltaba un suspiro. Sus ojos aún algo irritados e hinchados por el llanto que había soltado hace unos momentos.
Agradecía enormemente que Shoto le hubiera permitido contarle todo, que le haya escuchado y, de cierta manera, ayudado a liberarse de todo ese dolor y tormento que le había estado molestado desde hace tanto. Pero ahora, había otra cosa. Ahora quería escucharlo a él, saber lo que diría acerca de ellos. De ambos.
Realmente lo necesitaba.
- Shoto...yo, ehh... - se pasó una mano por el cabello, desviando la mirada hacia un costado y finalmente soltando un suspiro – Realmente, bueno yo...quisiera saber lo que pensaste ahora, ahora que sabes todo esto. Yo...no pienso presionarte, pero...bueno – volteó a verlo nuevamente, un brillo de esperanza y anhelo posicionándose en su mirada – Quisiera, de verdad, necesito escucharlo.
Todoroki le miró, el silencio siendo lo único que llena el ambiente del lugar. Toda la tranquilidad y comodidad que antes los mantenía unidos, ahora se ve reemplazado por una esfera de nerviosismo, miedo, preocupación y angustia.
Ve al bicolor doblar las rodillas hasta pegarlas a su pecho, para después abrazarlas con ambos brazos y meter su cabeza entre ellos. Sabe que esa es su manera de protegerse, de asegurarse que nada pasará y mantenerse tranquilo. Probablemente viéndolo como un refugio del mundo exterior. Permaneció en silencio por los próximos minutos, esperando pacientemente la respuesta del medio albino, y esperanzado a que esta sea totalmente positiva.
Después de lo que parecieron ser los cinco jodidos minutos más largos de su vida, escuchó al menor soltar un suspiro y levantar la cabeza, haciendo que ambas miradas chocaran al instante.
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💕TE NECESITO (Bakutodo)💕
FanfictionDespués de recibir la increíble noticia de que es un doncel, Todoroki Shoto, un chico de tan sólo 16 años, tendrá que enfrentarse a los nuevos obstáculos que le tiene preparada la vida, sacándolo de su zona de confort. Enfrentando críticas e intento...