Capítulo #38

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Pov, Hebron:

No puede evitar llorar junto a Lena, esto me duele tanto a mí como a ella. Nuestras madres fueron amigas y ni siquiera lo sabíamos. Esta era la última esperanza que le quedaba para poder recuperar aunque sea una parte de su mamá a su madre, ya que el doctor no le garantizo que esto funcionara.

Llevamos varios minutos en silencio, las palabras se quedan atoradas en el nudo que tengo en mi garganta. Luego de unos minutos mis lágrimas cesan y observo a Lena que se encuentra en otro mundo, nos quedamos en silencio, un silencio que nos ni cómodo ni incómodo es solo ese silencio que surge en los peores momentos. Con este silencio me permito recordar a mamá hablando sobre sus amigas y sus aventuras, es algo que nunca olvide de ella, siempre que podía me contaba sobre ellas y de sus tiempos en el instituto y lo doloroso que fue separarse.

-Ahora te recuerdo, tu mamá venía contigo para que tú y yo pudiéramos jugar, yo tenía 5 años y tu 2.- Dice Lena rompiendo el silencio, volteando a verme con sus ojos un poco rojos.

-Es bastante imposible que yo recuerde algo como eso, ya que estaba bastante pequeño y para ser sincero no recuerdo a mi madre antes de que tuviera cáncer.

-Lo sé, eras muy pequeño para recordar, pero yo si lo hago aunque sea un poco. Recuerdo que traías siempre contigo un camión de bomberos, y que nunca me lo prestaste.

-Todavía lo tengo es lo único que me quedó de ella. Ese camión me lo dio mamá para navidad, no quería soltarlo nunca porque algo que ella odiaba era que perdiera las cosas.-Me detengo para ver su reacción.- Sabes ahora que lo pienso por eso que el día que te vi por primera vez te me hiciste muy conocida, sentía que ya te conocía.

Unos recuerdos de una niña de trenzas vienen a mí. Recuerdo que jugábamos en el jardín de su casa, ella estaba jugando a la hora del té y yo era uno de sus invitados, no es un recuerdo completo, ya que son pequeños fragmentos de ese día, por lo menos ahora sé que esa niña de trenzas es: Lena.

-Ahora todo tiene sentido.- Dice Lena sacándome de mis pensamientos y recuerdos vagos, ella sale de la habitación, no dudó en seguirla. Ella entra a la habitación de su madre nuevamente, camina hasta un mueble en donde abre el último cajón el que se encuentra totalmente vacío. Lena se quita el prendedor de cabello que sostiene una de sus trenzas y quita el fondo falso con ayuda de este.

-No todo está perdido.- Murmura para ella misma. Lena busca entre las cartas y papeles, entonces parece haber encontrado lo que busca es un sobre azul, ella lee la dirección y me la pasa la carta.

-Vez, no todo estaba perdido. Si encontramos a esta otra mujer puede que logremos algo, vamos a mi habitación para poner la dirección en mi laptop y buscarla.- Cuando veo la dirección mis ojos se abren en forma de sorpresa.

-Lena, yo conozco ese lugar muy bien.- Ella me observa con preocupación, pero mi rostro no refleja tristeza, de lo contrario refleja alegría y alivio, ya que sé muy bien de dónde salió esa carta.

-Dime ¿quién vive en esa dirección?

-La dirección es de la casa de Skye...

Pov, Skye:

Después de haber pasado los mejores dos días de mi vida, me topo con la realidad, que tengo tareas y cosas pendientes que hacer. Pasar el día con Hebron fue increíble, pero me entristece que se acabara tan rápido, pero no puedo hacer nada más que esperar con anhelo el lunes para poder verlo de nuevo.

-Dios suenas como una tonta enamorada.- Me digo a mi misma, y me río un poco, porque si quiero volver a verlo ya, pasar con él me hace olvidar la realidad y lo sola que a veces me siento en esta gran casa.

HEBRONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora