Antes de que pudiera tocar las escaleras, Jack apareció frente mío con una sonrisa radiante, y detrás de él, Hannah, Jenny y Noah bajaban a los gritos.
— ¡Así que esta pequeña es tú hermana! — exclamó Jack mirando a Hannah, quien de repente había quedado en silencio, como si el nerviosismo le hubiera vuelto de golpe —. ¿Eres Hannah, verdad? — Mi hermana asintió. — Yo soy Jack, el papá de Noah, Jenny y Lex. — Al escuchar su nombre me di la vuelta instintivamente, buscándolo con la mirada. Para mi mala suerte, estaba justo detrás de mí. Parecía que quería decirme algo, pero en vez de esperar a que hablara, volví a mirar a Jack y mi hermana.
— ¿Quieres pie, Hannah? — preguntó Jack —. El que tu mamá nos envió — agregó.
— Jack, no creo que debamos quedarnos — dije rápidamente, antes de que Hannah pudiera decir algo.
— ¡Pero si acaban de llegar! — exclamó Jack.
— Papá tiene razón. — Esta vez, Lex habló. Lo miré sorprendida —, además, no harás que Hannah se vaya de aquí con una mala impresión.
— Lex tiene razón — dijo Jenny, dirigiéndose a mí hermana —. Vamos, Hannah, quédate un rato.
— ¿Gabby, podemos? — preguntó Hannah mirándome. Todos clavaron sus ojos en mí, como si estuviera a punto de anunciar al ganador de un concurso importante. Suspiré.
— Sí, podemos. — Traté de sonreír.
Todos chillaron de alegría y fueron directo a la cocina, me di la vuelta hasta quedar cara a cara con Lex.
— ¿Sabes? — empezó Lex mirándome de hito a hito, como si estuviera examinándome —. Eres bastante parecida a tu hermana, si no tuvieras flequillo, creo que Hannah sería tú en versión bolsillo. — Abrí la boca para responderle. Pero no supe qué decir, no sabía a qué venía el comentario ni por qué en lugar de pedirme disculpas por lo anteriormente dicho, me comparaba con mi hermana. — ¿Comerás pie? — preguntó.
— No tengo hambre — contesté, el hecho de que aún no haya oído sus disculpas me ponía aún más de los pelos.
Lex se encogió de hombros, y sin decir más se dirigió a la cocina. ¿Cómo era posible que fuera tan descarado?
En lugar de quedarme allí parada como una idiota, lo seguí.
En la cocina, Hannah estaba comiendo felizmente su parte del pie con Jenny y Noah a su lado, Jack estaba en la cabecera de la isla junto a Ashley .
— Gabby, tu madre tiene unas manos mágicas — dijo Jack.
— Sí — coincidió Ashley —, este pie está riquísimo. ¿No comerás? — preguntó mirándome. Negué con la cabeza.
— No tiene hambre — contestó Lex por mí, mientras se sentaba con su parte del pie. Ashley lo miró.
— No interrumpas una conversación — le susurró, pero lo suficientemente alto para que se oyera.
Miré a Hannah quien ya había terminado de comer.
— Hannah, mamá debe de estar preocupada, y no queremos eso, ¿verdad? — pregunté acercándome a ella.
— Nop — contestó —. ¿Pero no podemos quedarnos un ratito más?
— Ya debemos ir a casa, Hannah — insistí.
— Pueden volver mañana, si quieren — dijo Ashley. Hannah sonrió de oreja a oreja. ¿Por qué me estaba sucediendo esto a mí? Lo que menos quería era volver a poner un pie en esa casa —. De paso, Jenny puede copiar los deberes, ¿están en el mismo grado, no? — Dudé un momento antes de asentir. Definitivamente, Hannah ya les había contado a qué escuela íbamos, aunque por la zona no hubiera muchas, creía en la posibilidad de que no fueran a la misma que nosotras.
— ¿Podemos, Gabby? — preguntó Hannah mirándome, suspiré.
— Está bien — dije finalmente.
— Y también puedes prestarme los deberes a mí — sugirió Lex dirigiéndose a mí.
— Eso sería una idea perfecta — agregó Ashley. Aquel día iba de mal en peor, no pensaba que lo hicieran con alguna maldad, tal vez creían que la estaba pasando bien y que en verdad mamá quería que estuviéramos en casa. Claramente, esto no era aplicable con Lex. Aunque aún no lograba descifrar su personalidad del todo, había algo en él que me emanaba desconfianza, capaz era por haber empezado con el pie izquierdo, y a decir verdad, no tenía ninguna intención de cambiarlo por el derecho.
— Está bien — respondí cortésmente —, mañana te traeré los deberes. — En realidad, haría que mi madre venga hasta aquí con Hannah y le mandaría las hojas con ella. — Vamos, Hannah. — Se despidió de todos con un beso en la mejilla, yo saludé a todos en forma general y agradecí por habernos dejado entrar en su nuevo hogar.
— Lex, acompáñalas a la puerta, no seas maleducado — dijo Ashley. ¿Por qué, Ashley, por qué?
Lex suspiró y nos acompañó, abrió la puerta y Hannah salió corriendo hasta nuestra casa.
— ¿Vendrás mañana? — preguntó Lex cuando ya estaba a punto de bajar las escaleras del porche. Lo miré sorprendida, ¿a qué estaba jugando? —. Digo, necesito los deberes, no quiero estar atrasado en el colegio, ¿sabes? — Suspiré, una sonrisa burlona se dibujó en el rostro de Lex.
— Adiós — dije con un tono más brusco de lo normal.
Bajé rápidamente las escaleras y me dirigí a mi casa.
— ¿Ya volvieron? — preguntó mamá al vernos entrar, al parecer no nos esperaban, ambos estaban sentados en el sillón viendo televisión, las piernas de mamá estaban apoyadas sobre las de papá, parecían una pareja normal.
Antes de que pudiera contestar, Hannah se sentó al lado de papá y comenzó a contarles todo lo que había hecho en la casa de los Graham, desde el primer momento en que entró (ahorrando la parte del nerviosismo), qué habían hecho con Jenny y Noah, al parecer habían logrado conectar la Play Station y jugaron en turnos, hasta cuando comió pie y se tuvo que ir.
No dudaba que lo había pasado genial, y tarde o temprano, se haría tan amiga de los pequeños Graham que se la pasarían de casa en casa. Me gustaba el vínculo que se estaba formando entre ellos, Hannah necesitaba amistades por el barrio, debía de dejar de lado a su hermana que desaparecía una noche al mes y empezar a relacionarse con otras personas, como una niña de siete años normal.
Hannah, cansada, decidió ir a su habitación y ver un poco de televisión. Papá, también, así que subió a su habitación y se encerró ahí.
Quedamos mamá y yo.
— Oye, mamá — hablé, sentándome a su lado.
— ¿Qué sucede? — preguntó, preocupada, se acercó un poco más a mí.
— Me está… está sucediendo algo raro… — comencé.
— ¿Qué?
— Las lastimaduras de las muñecas aún no se desvanecieron — dije mostrándoselas. Desde el momento en que Lex señaló lo que antes había visto, y tuve la oportunidad de ver si tenía aún las marcas, no me había quitado de la cabeza que tenía que hablarlo con mamá.
— ¿Te duelen? — preguntó tocándolas con cuidado.
— No… No siento nada, pero es demasiado raro que no se hayan ido, ¿verdad?
— Sí… Pero… — Mamá suspiro y se tocó la sien, como si estuviera pensando en tantas cosas que le hacían doler la cabeza —, tal vez ayer te lastimaron más de lo normal. — Negué con la cabeza.
— Si así fuera, también sería malo, ¿verdad? — Mamá quedó en silencio, pero luego de unos segundos volvió a hablar, con voz neutral:
— Gabby, no podemos tomar cualquier cosa que suceda como algo malo, esperemos y veamos qué pasa, ¿sí? — Asentí —. Bien, ahora ve a descansar.
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Moonlight
WerewolfGabby es una adolescente común y corriente. Hasta que una noche es mordida y convertida en mitad lobo; ella piensa que tiene todo bajo control pero cuando comienza a sentir que la siguen y su cuerpo lucha para convertirse en lobo cada vez que se enf...