- Capítulo 15 -

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Abrí la boca para responder, pero nada salió de esta. Lex esperó, mirándome de hito a hito.

—Lex —dijo Sam—, acá no pueden hablar. Debemos sacarla del colegio. 

Lex se dio la vuelta para mirar a Sam y Alison. Se notaba en su mirada que estaba perdido y no sabía cómo reaccionar ante esta situación.

—¿Cómo? —preguntó Lex. No supe si se refería a cómo saldríamos de ahí o que le repitieran lo que acaban de decir.

Me acordé de Jensen. Debía hablar con él.

—Tengo que hablar con Jensen —dije, y todos voltearon a verme, Lex con el ceño fruncido.

—Eso puedes hacerlo después, Gabby —habló Alison.

Sam cerró el grifo de la ducha y me tomó del brazo antes de que pudiera decir algo.

—Alison, ¿puedes traer nuestras cosas? Los abrigos. —Alison asintió y Sam empezó a caminar, con Lex detrás de nosotras.

Para mi sorpresa, había una puerta escondida en la parte trasera de los vestidores, que daba al exterior, solamente debíamos dar la vuelta a la escuela y podríamos seguir nuestro camino. 

El suelo estaba cubierto por una gruesa capa de nieve y el viento soplaba con fuerza. Me di la vuelta para ver a Lex y Sam, ambos tiritaban de frío… Pero yo no lo sentía tanto, era raro porque estaba mojada. Tal vez la adrenalina que experimenté me ayudaba a luchar contra el frío.

Lex abrió la boca, sorprendido.

—¿No tienes frío? —Miré a Sam para saber qué decir, pero estaba tan sorprendida como él.

—Yo… No lo sé… —dudé—. Hoy a la mañana sí. —Fruncí el ceño y miré al cielo, dándole fin a la conversación.

Me alejé unos pasos para adentrarme un poco más a la nieve, al frente mío, a lo lejos, podía distinguir los árboles del bosque, y tuve una rara sensación, una parte de mí parecía sentirse atraída hacia este, pero otra parecía pensar que con cuanta más gente estuviera y lejos de aquel lugar, mejor sería.

—Gabby, ve al bosque. 

—¿Qué dijeron? —Miré a Lex y Sam, ambos seguían tiritando.

—¿Qué? —preguntó Lex. Negué con la cabeza. ¿Quién me había hablado?

—Gabby, ve al bosque —repitieron, y esta vez, estaba mirando a Sam y Lex, y ninguno de los dos había abierto la boca.

Miré a mí alrededor, pero no había más que nieve.

—¡Gracias a Dios! —dijo Sam.

Alison había llegado con nuestros abrigos. Me alcanzó las camperas y me puse dos de ellas, el jogging no podía ponérmelo en ese momento así que decidí llevármelo en la mano.

—¿A dónde vamos? —preguntó Lex.

—Vamos a llevar a Gabby a su casa —habló Sam. 

—No. —Todos voltearon a verme.

—Tienes que ir —insistió Sam.

—No iré. 

—¿Qué tienes que hacer? —inquirió.

Dudé un momento. El sentido común me decía que la mejor opción era irme a mi casa, donde estaría a salvo y donde mamá me ayudaría a resolver esto. Pero eso implicaría contarle qué era lo que había sucedido, y no quería que se preocupara por mí, además, también ignoraría a la voz que me decía que fuera al bosque. Una parte de mí sentía curiosidad, y si la ignoraba, estaría carcomiéndome la cabeza por el resto de los días.

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora