Capitulo 3

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Bruno

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Bruno

Cuarenta y siete personas. Ese era el número que hasta ahora teníamos de muertos, era obvio que esta vez Iñaki se había ensañado con nosotros. Cuarenta y siete inocentes, cuya única culpa fue salir a trabajar, estudiar o incluso a dar un simple paseo, antes de que la sirena sonará, dándoles muy poco tiempo para ponerse a salvo.
Sabía que mientras más buscáramos, más victimas encontríamos. El número de fallecidos seguiría creciendo, así como el dolor de la perdida.

Tres horas y cuarenta minutos, ese era el tiempo que llevaba recorriendo cada rincón de la manada en busca de Nova. No era tonto, era consciente de que pudo haberle sucedido algo malo, pero mientras más tiempo pasábamos sin encontrarla, seguía conservando una pequeña esperanza de que hubiera encontrado un lugar en el que refugiarse, hasta que todo acabará.
Seguía con dudas, no sabía aún si la aceptaría o eventualmente la rechazaría, pero una cosa tenía clara, no quería que nada malo le suceda.

Sentía aprecio y cariño hacía ella, era agradable. No había nada que la hiciera destacarse, pero tampoco pasaba desapercibida. Siempre tenía alguna loca ocurrencia que decir o alguna maldad, ideada junto a mi pequeña hermana, con la que salían sacarme de mi zona de confort.
Tal vez si no pasará tanto tiempo en casa, comportándose como una niña indefensa, podría considerarla una compañera. Pero la realidad es que quería una igual, alguien fuerte, no otra hermana cuyas travesuras debiera cubrir.

Nova Salas, espero que tu transformación te haga madurar. Pensé, mientras vi un conejo salir de entre las hierbas.
No faltaba tanto para su cumpleaños número dieciocho, solo le faltaban un par de meses. Me era imposible preguntarme, cómo sería su loba, esperaba verlo, pero lo que más esperaba es que no me odiará luego de lo de hoy.

—¡Alfa, por aquí! — corrí, hacía el lugar del que uno de los guardias había gritado.

Cuando llegué, sentí el dolor en el pecho, la tristeza de comprobar que a pesar de lo que esperé, no había encontrado refugio.
Me acerqué a ella, observando sus ojos, aquellos ojos que una vez me miraron con esperanza, ojos que antes en la tarde, me miraron con dolor y decepción, pero que ahora, me miraban sin vida. Todo el brillo, todo el color se había apagado y solo quedaba un fantasma de la chica alegre, ruidosa y risueña que siempre fue.

¿Por qué había corrido? Si tan solo me hubiera dejado explicarle nada de esto hubiera pasado. Yo tenía la culpa, no me desentendía de ello, pero ella también. No solo había escuchado una conversación privada, que tenía con mi mejor amigo, sino que se cerró a recibir una explicación. Ahora su orgullo había sido su sentencia y por mucho que me gustaría cambiar la imagen frente a mi,  no podía hacerlo.

—Bruno…—escuché a Luca hablar tras de mi, pero ahora me encontraba cerrando los ojos de la chica que era mi compañera.

Era triste entender que ya no volvería a verla ni a escuchar su voz por la casa. Escucharla contarle a mi hermana su día, o tenerla obligándome a probar alguna cosa que ella y Mina cocinaban.
¿Cómo iba a decirle esto a mi hermana? Para ella sería un fuerte golpe, era más unida a Nova que a nosotros. Pero lo peor sería explicarle la razón por la que no  estaba en la casa, sino corriendo con el corazón roto.

Mientras alejaba los mechones de cabello que caían por su frente, conté las heridas que le habían causado. No la torturaron y eso me tranquilizaba un poco, pero tenía varios rasguños y uno mortal, la habían tratado de decapitar, sin éxito.

Me levanté y llamé a un par de guardias. —Devuélvanla con cuidado, ya demasiado daño le han hecho a su cuerpo.

—Como diga alfa.

Caminé un par de pasos, antes de inclinarme contra un árbol, debía calmar mi respiración, tenía que ser fuerte y más ahora.
Solía controlar mis emociones, tenía que seguir haciéndolo, ahora más que nunca. Me encargaría de devolver cada golpe a Iñaki, este ataque no se iba a quedar así.

Estaba claro que alguien había informado los últimos movimientos. Con el viaje de mi padre, quedábamos bastante expuestos, ya que él se había llevado varios hombres para su seguridad.
Tenía un soplón, uno al que encontraría y haría pagar.

—¿Cómo te sientes? No me trates de engañar Bruno, para no sentir nada su muerte te ha golpeado demasiado. —tenía que fortalecer la fachada, no debía dejar que nada se filtre.

—Era mi compañera después de todo. Nova no merecía morir, ella era alguien demasiado buena. —no diría más, no debía mostrarme vulnerable, ni dolido con nadie.

—Eres mi mejor amigo, casi un hermano, pero te comportas como un desgraciado. Acabas de ver a tu compañera en el maldito suelo sin vida y lo único que dices es que era demasiado buena. ¿Qué mierda esta mal contigo? ¿Acaso no tienes corazón? —él no lo entendía…

—Lo tengo, pero de nada sirve llorar. ¿Qué ganaría? Debemos afrontarlo y no puedo mostrarme mal frente a Mina, ella debe vernos fuertes.  —era bajo utilizar a mi hermana, pero ya no soportaba los cuestionamientos de Luca, no ahora.

Acababa de encontrar el cuerpo sin vida de Nova y en lo único que él pensaba era en el porqué no la lloraba. ¿Quién estaba mal aquí?
Ahora tenía muchas cosas que solucionar, luego podría tener mi duelo en paz.

—Nova merecía algo mejor que tú. —escupió hacía mi, sin darse cuenta que esa era la verdad.

Ella merecía alguien mucho mejor que yo, esa era la razón del porque mis sentimientos hacia ella no estaban permitidos. La conocía, conocía todo de ella y nunca la pondría a compartir mi vida.
Luca podría haber intentado lastimarme con esas palabras, pero solo confirmó algo que ya sabía.

Me quedé hasta que los guardias cargaron el cuerpo de Nova y caminé con ellos, tratando de retrasar el mayor tiempo posible, mi llegada. No sabía como diablos les daría a todos la noticia, iban a estar destrozados.
Con cada paso un nuevo peso se instalaba en mi espalda, era consciente que cuando todos se enteraran de mi vinculo con Nova y la razón del porqué estaba tan alejada, me culparían de lo sucedido. ¡Que diablos, yo mismo lo hacía!

Pero estaba convencido de que este fin era mejor que lo que sufriría siendo mi compañera. Nadie más debería pasar por esto.

Cuando llegamos, llevaron el cuerpo directamente al hospital, mientras yo me dirigí a mi casa. Allí estarían mi madre y mi hermana, junto a sus padres esperando recibir noticias.

—¿Dónde esta Nova? Dime que la encontraste. —no alcancé a abrir la puerta, cuando mi hermana comenzó a bombardearme de preguntas.

Cambié mi mirada para mirar a mi madre y negar, ella lo comprendió solo con eso, al igual que Carolina y Marcos Salas, quienes no tardaron en romper en llanto. Era algo inevitable, Nova era su única hija y nos la habían confiado, después de todo, todos creerían que la casa del alfa sería la más segura.
Algún día comprenderían el error que era creer eso…

—¡Dime donde esta Nova! —volvió a exigir Mina, golpeando con sus pequeños puños mi abdomen.

—Mina, ella ahora esta junto a la Diosa Luna. — al escuchar las palabras de mi madre, mi hermana no tardo en comenzar a llorar.

Me dolía verla así, me sentía impotente al no poder cambiar nada de esto, pero tenemos un destino escrito y no podemos luchar con él…




RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora