Capitulo 32

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Nova

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Nova






Habíamos llegado demasiado temprano, tal y como la estafadora de Nuria nos lo pidió.
Era extraño que nos pidiera venir un día después de la batalla, pero a la insensible ni siquiera le importó que hoy en la tarde tuviéramos que presenciar uno de los momentos más tristes para esta manada.

Bruno estaba completamente destrozado, al igual que Mina. Desde que tuvo que darle la horrible noticia, ninguno de los dos habían vuelto a hablar. Mina se había encerrado a llorar en su habitación, sintiendo que en cualquier momento podrían arrebatarle a su hermano y dejarla sola. Mientras Bruno, no había dejado ese lugar junto a la ventana que tanto me gustaba.
Lo entendía, él vio como su propio padre asesinó sin ningún tipo de culpa a su madre. Y aunque estuvo allí y lo vio, no pudo hacer nada para detenerlo.

Conocía la impotencia, es peor que el arrepentimiento, ya que en ese caso, puedes arrepentirte de algo hecho. En cambio ahora, no había podido hacer nada, su momento de duda, fue todo lo que su padre necesito para llevarse algo que él amaba. 

—¿Qué crees que quiera decirnos? —Preguntó con la tristeza surcando a través de su mirada. Se veía tan indefenso que solo quería envolverlo en mis brazos y consolarlo, pero por culpa de Nuria, no podía hacerlo.

—Tal vez quiera volver a insistir en que debes comenzar a buscar a una luna. —suspiré, sabía que eso era lo que él debía hacer, pero no podía evitar que un nudo enorme se formará en mi garganta. —Bruno, sé que odias esa idea, pero debes hacerlo.

—Ya te dije que no lo haré, para mi tú eres la luna y lo seguirás siendo.

¿Cómo podía hacerlo cambiar de opinión cuando sonaba tan seguro? Lo peor de todo esto, era que no quería que lo hiciera.
Me sentía atrapada entre lo que quería que sucediera y en lo que sabía que sería lo mejor para todos.

—Creo que lo mejor es que entremos y nos enteremos de lo que quiere, el estar aquí sacando conclusiones no sirve de nada. —pestañee con furia, tratando de evitar terminar llorando frente a él y entré en la tienda de Nuria.

Al abrir la puerta, el ya conocido sonido de los llamadores de ángeles nos saludaron. Ellos y el potente olor a sándalo flotando en el aire.
¿En serio no se cansaba de los sahumerios?

—¡Nuria, bruja estafadora, ya estamos aquí! —grité, desahogando un poco mi molestia. Aunque no era con ella, sino con la situación en general.

—Ya los escuché, los estaba esperando. —su voz sonó desde detrás de mi, lo que me hizo saltar y llevar ambas manos a mi cuello.

—No vuelvas a hacer algo como eso nunca jamás.

—¿Por qué no? Estoy en mi tienda y puedo hacerlo si quiero.

—Ya basta Nuria, es muy temprano para que la provoques. Dime para que querías verme a estas horas. —Me paré junto a Bruno y me cruce de brazos. Esperaba que no fuera alguna tontería, él no estaba de ánimos como para soportarlo.

—No se apresuren, aún falta que llegue alguien más. —eso llamó mi atención. ¿Quién más faltaba? Estábamos los tres aquí.

—¿De quién hablas?

—Ya lo veras Bruno. Pero mientras quiero saber que harás con respecto a la luna ahora que tu madre murió, algo que lamento mucho, ya que ella fue una de las pocas personas que me trató con amabilidad desde el primer día que llegué. Pero es imposible no ver que su muerte nos deja sin esa figura materna que todos aquí necesitamos y sé que es pronto, pero debes pensar en que harás.

—No haré nada, no pienso buscar a alguien más.

—¿Y tú que dices Nova? —mordí mi labio, debatiendo entre mis dos opciones, aunque una había ganado.

—Tampoco quiero que busque a alguien más, él es mi compañero.

—¿Estas aceptándome Nova? —Bruno se escuchaba asombrado.

—¿Ahora te importa que ella te acepte amigo? —giré tan rápido al escuchar la voz de Luca que sentí que podía marearme. ¿Qué hacía él aquí?

Bruno y yo nos miramos, ambos estábamos tan sorprendidos, de todas las personas, él era el último que imaginé que vendría.

—¿Sorprendidos?

—¿Qué haces aquí Luca?

—Tenía que comprobar con mis propios ojos que por fin aceptaste a Nova. —Él clavó su mirada en el lugar en el que me encontraba parada. Él no podía verme, ¿O sí? —Hola Nova.

—¿Tú… tú puedes verme? —Pregunté y en su rostro se formo una sonrisa torcida que decía “¿tú qué crees? —¿Cómo puede ser?

—Te veo Nova, siempre lo hice. Lo siento si fingí no hacerlo, pero todo tiene una razón y por ello están aquí.

—¿Qué mierda esta pasando aquí Luca? ¿Cómo es que siempre pudiste ver a Nova y no me lo dijiste?

—Tú tampoco lo hiciste Bruno.

—¡Creí que pensarías que estaba loco! Ella era mi compañera y fui quien encontró su cuerpo en el bosque, lo más normal es que pienses que había perdido la razón.

—Hablando de compañeras, es hora de que conozcas a la mía. —Mi nivel de asombro creció de manera desmesurada cuando Luca tomó a Nuria y la beso, pero esta parecía satisfecha con dicho acto.

—Como Luca lo dijo, ambos somos compañeros, justo como ustedes. —mi mirada pasaba de Luca a Nuria y viceversa sin comprender. ¿Por qué no lo habían dicho antes?

—¿Desde cuando lo saben? —lejos de mostrarse sorprendido, Bruno se veía algo molesto. Quizás era el hecho de que su beta le ocultará tantos secretos.

—Desde antes del ataque.

—¿Y por qué no me lo contaste? Demonios Luca, somos como hermanos.

—Antes había cosas por hacer. Nuestros padres estaban planeando destruir la manada y ambos lo sabíamos, compartíamos la vergüenza de ser hijos de personas detestables. En mi caso encontrar a Nuria fue mi salvavidas, pero te veía luchar contra tu lazo con Nova y sabía que debía hacer algo.

—¿A qué te refieres? —Pregunté, de repente poniéndome a la defensiva. No sabía la razón, pero no me estaba gustando hacia donde estaba dirigiéndose la conversación.

—Días antes del primer ataque tuve una visión y sabía que sucedería, así que junto a Luca lo planeamos todo. —miré a Nuria con horror, sospechando hacia donde se dirigía esto. —Él lograría que Bruno volviera a confesar su reticencia a aceptarte, sus miedos eran reales, pero esa conversación fue forzada. Sabía que tu orgullo te llevaría a huir Nova y tomé esa oportunidad.

—Necesito que me aclaren esto, ¿Me estas diciendo que ustedes planearon mi muerte? —no podía ser verdad, esto tenía que ser una broma de muy mal gusto.

Miré a Bruno, quien se encontraba concentrado en las dos personas frente a nosotros. Eran personas en quienes confiaba y ahora descubría que lo habían utilizado como un peón en un juego horrible.
Por mi parte rogaba que me dijeran que había entendido mal, que las cosas no eran así y me explicaran que todo había sido culpa de Iñaki.

—Lo hicimos. —afirmó Nuria sin ningún remordimiento. — Pero solo queríamos que comprendieran la importancia de los compañeros.

En varias ocasiones vinimos en busca de ayuda, creyendo que podría tener alguna solución para nuestro problema y ahora descubríamos que solo se divertían a nuestra costa.

—¿Morí para que demostraran su maldito punto?

—No Nova. —Luca sonrió y rascó la parte trasera de su cabeza, dejando su mano en su nuca. —La verdad es que sí planeamos que esto suceda, pero no somos asesinos. Como Nuria te dijo lo planeamos todo, sobretodo el como fingir tu muerte.




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