Capitulo 24

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Nova




Masoquismo. No había una palabra mejor para esto, no solo estaba preguntándole a Bruno si nos había imaginado juntos, sino que también me exponía. Si su respuesta era no, quedaría como una tonta, pero si su respuesta era que sí, también lo haría. Porque en ambos casos se vería que le he estado dando vueltas al asunto.
No lograba comprender que me había llevado a preguntar tal locura, pero ya no había manera de volver a meter las palabras en mi grandísima boca.

—Sí —respondió y pareció ser sincero.

—¿En serio?

No podía dejar de recriminarme lo que decía. ¿Por qué diablos no podía mantener mi boca cerrada y dejar de decir tantas tonterías?
De nada me serviría conocer la respuesta, ya no había oportunidad para nosotros, ahora debía esperar a que este listo para conseguir a alguien a quien en verdad pueda querer.

—Nova, mírame. —con bastante reticencia levante mi mirada y lo mire. Él ya lo estaba haciendo. — Sé que fui un verdadero idiota y que en verdad te lastime, debí ver la chica impresionante que eres y no lo hice. Pero eso no significa que no pueda ver cuan equivocado estaba, porque ahora lo veo y me arrepiento. Cuando me preguntaste si nos imaginé juntos, la verdad es que lo hice, aún lo hago. No puedo pensar correctamente cuando desapareces, porque no puedo evitar el miedo de no volver a verte.

¿Qué se supone que debería decirle? No quería volver a señalar lo obvio, ambos conocíamos el porque no podríamos estar juntos, muy bien. Tampoco quería ser grosera, no podría serlo, ya que lamentablemente, durante estos días el pensamiento de nosotros juntos cruzo mi cabeza una o dos veces.
Tenía que pensar en otra cosa, ambos deberíamos pensar en algo más. La película había sido brutalmente pasada a un segundo puesto y no encontraba nada sobre ella para comentar.

Era tonto que me pusiera de esta manera, por la Diosa, solo era Bruno. Había pasado mucho tiempo en esta casa, sobre todo este último mes, solo estaba confundiéndome.
Confundía el cariño que estoy sintiendo hacía él con algo más, pero no por eso, tenía que empezar a actuar diferente. Éramos amigos y seguiríamos así.

Cuando una nueva oleada de aullidos comenzó a escucharse fuera, lo tomé como un regalo del cielo. Si esta no era la Diosa ayudándome a salir del agujero en el que yo misma me había metido, no sé que era.

—Tu padre puede ser un idiota, egoísta y ambicioso, pero no podemos negar que hace buenas fiestas. —moví mi cabeza hacia la ventana. — Por lo que parece todos están divirtiéndose.

—Eso parece, solo busca mostrarse, creer que puede ser superior. Pero me gusta que puedan divertirse, pasaremos por algo complicado en la batalla y muchos de ellos podrían caer. —Lo sabía y me preocupaba, pero ahora solo nos quedaba ser fuertes y plantarle cara a lo que se nos presentara.

Me gustaría poder hacer más por ellos, luchar a la par, pero no podía. Lo único que haría sería plantarme allí y ver como uno a uno caerían, incluso Bruno podría morir y yo no podría hacer nada al respecto.
Me sentía inútil cada vez que pensaba en ello.

—Ojala la Diosa este de nuestro lado y nos ayude, no quiero pensar en todas las vidas que pueden perderse, quiero ser positiva y mantener la fe.

—Tampoco quiero pensar en ello, ni arrepentirme de no hacer o decir las cosas que quiero ahora que aún puedo.

—Creo que no debemos seguir hablando de esto Bruno. —sabía a donde estaba llevando la conversación y no quería seguir yendo ahí. —Solo nos lastimará a ambos, si no se pudo antes, menos ahora. Déjalo estar.

—No lo haré. No me importa si no se pudo antes, porque fue mi culpa, me deje llevar por las apariencias y creí que debía protegerte de mi padre y de la vida de mierda que podrías tener como mi compañera. Pero debí ver que dentro de ti se esconde un gran potencial, eres fuerte, mucho más que yo.

Cuando la mano de Bruno rozó la mía, enviando millones de chispas allí, cada pensamiento en mi cabeza se esfumó.
No quería sentir, eso solo haría todo más difícil, pero el lazo entre ambos aún estaba ahí. No podía tenerlo, no podía siquiera pensar en él como mío, pero por muchas veces que me lo repetía no se quedaba en mi cabeza.

Traté de arrancar mi mano de la suya, pero fue inútil, ya que al levantar la cabeza lo tenía tan cerca de mi rostro que parecía que podría contar cada una de las pestañas en sus ojos.
No me di cuenta que se había acercado tanto a mi, pero ahora con él así, solo me bastaba levantar un poco la cabeza para poder besarlo.

—¡No! —dije y me levante, poniendo distancia entre los dos. — Esto no puede ser Bruno, no esta bien.

—¿Por qué no puedes dejar de pensar Nova? Sé que quieres esto tanto como lo quiero yo. —podía ser, pero no era correcto.

—¿Qué sabes? No sabes nada Bruno, este no es momento para pensar en estas cosas. El momento era antes, nuestra oportunidad se esfumó.

—No estoy de acuerdo con eso.

—¡No me importa!

—¿No puedes entender que te quiero Nova? Ya no soy capaz de fingir que soy solo tu amigo, eres mi compañera, siempre lo serás tú y no pienso buscar a alguien más.

—¿Por qué siempre tienes que ser tan egoísta? ¿Por qué siempre se tiene que tratar de lo que tú quieres?

—No se trata solo de mi, te veo Nova, veo como me miras o como te pones nerviosa a mi alrededor. Pude ser un cobarde antes, pero ahora la que esta tan asustada como para aceptar lo que quiere, eres tú. —Podía ser, pero no quería seguir escuchando esto.

Lo mire y me debatí si seguir discutiendo, dándole vueltas en circulo a un tema que claramente no tenía solución o salir de aquí.
No quería que creyera que era una cobarde, pero no podía seguir con esto, por lo que no tarde en darme la vuelta y correr fuera de su habitación.

Baje las escaleras, y corrí hacía afuera, como el alma en pena que era. No me detendría, no cuando Bruno podría tratar de detenerme.
Llegue a la fiesta y me acerque al lugar donde estaba sentado el alfa, sabiendo que este era último lugar en el que Bruno quería estar. Por lo que suspiré, sintiéndome un poco más calmada.

Pero lo malo es que no podía huir por siempre y tarde o temprano tendría que dar la cara.


RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora