Final

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Nova

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Nova




Las semanas habían pasado y el momento de que Bruno pudiera tomar el cargo de alfa llegó.
Había pasado días preparándolo todo, al punto de que nos habíamos visto demasiado poco, aunque cuando nos encontrábamos nos costaba poder separarnos.

Al igual que él, me costó volver a mi rutina, las personas seguían mirándome de manera extraña, como si en cualquier momento pudiera salirme una cola y un par de cuernos. Pero aprendí a ignorarlos y centrarme en la escuela.
Por otra parte, hace días volví a la tienda de Nuria, mi enojo seguía y quería soltarlo para poder centrarme solo en cosas buenas.

Nunca podríamos ser amigas, ella me tildaba de terca y yo de falsa y oportunista, pero intentaríamos llevarnos bien, algo así como una pequeña tregua por el bien de nuestros compañeros.
Había costado mucho que Luca y Bruno volvieran a ser los mismos amigos inseparables de siempre y por mi parte no les echaría a perder eso.

—¿Hija estas lista? —Preguntó mi madre entrando a mi habitación.

Me encontró mirándome en el espejo, terminando de ultimar los detalles. Tenía puesto un vestido que Bruno eligió para mi, quizás era un poco  extravagante, pero era sencillamente perfecto.
Un vestido color beige, corte griego con mucha pedrería haciéndole juego. Era largo y con una gran abertura en la pierna derecha. Cuando lo había visto lo consideré un poco atrevido, pero ahora que lo tenía puesto, entendía la razón de su insistencia.

—Ya casi mamá, solo debo ponerme el collar y lo estaré.

Ella se acercó a mi, pasando la cadena por delante de mi cuello y prendiéndola. Quedándose detrás de mi, mirando el resultado completo del trabajo que me había llevado una hora y media.

—Estas hermosa. —la emoción que escuché en su voz, me llevó a comprender que aún no podía creer que estuviera nuevamente con ella.

—Eso espero mamá o Bruno podría cambiar de opinión.

—Podría suceder cualquier cosa, menos que Bruno dejará de verte con el amor con el que lo hace.

Esperaba que tuviera razón, porque cada día mi amor por él crecía más y más.

—¡Nova, Caro, apresúrense o llegaremos tarde! —el grito de mi padre desde abajo nos hizo reír. Si había algo que Mauro Salas odiaba, era llegar tarde a algún lugar.

—Vamos mamá, no hagamos a papá esperar.

—Ni a Bruno. Pobre chico debe estar increíblemente nervioso.

—Él se ha preparado para esto toda la vida, estoy segura de que será el mejor alfa que podamos tener. —Lo sabía, porque lo vigilaría de cerca, ya se lo había dicho en reiteradas ocasiones.

Bajamos las escaleras, encontrando a mi padre demasiado aburrido, elegante, pero aburrido apoyado contra la puerta, controlando su reloj.
Al momento en el que nos vio creí que mencionaría lo bellas que estábamos con mamá, pero sin embargo solo bufó y se enderezó.

—Por fin, llegaremos muy tarde. Seguro que los mejores lugares estarán ocupados y deberemos ver todo desde el fondo.

—Papá…

—Y eso no esta bien, porque no podremos oír casi nada. —seguía quejándose, sin prestarme atención.

—Papá, Bruno nos asignó lugares especiales. Ya deja de preocuparte por tus signos de vejez, la sordera no será inconveniente para pasarla bien hoy.

—¿De que vejez hablas Nova? —alzó una ceja hacía mi y luego abrió grandes los ojos —Cariño estas muy hermosa, con razón tardabas tanto.

Miré a mamá y ambas estallamos en carcajadas, papá estaba tan nervioso que hasta ahora me observaba.

—Gracias papá, pero tienes razón, mejor vayamos antes de que Bruno crea que no iré.

Subimos al auto y comenzamos el camino hacía la plaza principal.
Mientras avanzábamos comprobaba como las calles estaban prácticamente desiertas, al parecer mi padre tenía razón y me había excedido en el tiempo.

Al llegar, Luca estaba esperando junto a Nuria, pero cuando nos vieron, comenzaron a hacernos señas para que los siguiéramos.

—Por fin llegan. Bruno se niega a comenzar, no quería hacerlo hasta que Nova llegará. —nos informó Luca, abriéndose paso entre la multitud.

—Le dije que se tardaba, pero ella simplemente continuó arreglándose y el tiempo pasó. —miré con la boca abierta a mi padre, antes de defenderme.

—Tarde lo que debía tardar, pero ahora estoy aquí. Tampoco es como si me necesitará para tomar el cargo.

—Al parecer sí te necesita. —respondieron Nuria y Luca a la vez, haciéndome rodar los ojos.

Una vez Bruno estuvo en mi campo de visión, sonrió y me miró de la manera en que esperaba que lo hiciera. Se veía hipnotizado, y feliz con lo que veía.
Pero conmigo presente, se acercó al micrófono y enfrento ala multitud.

—Gracias a todos por venir. Sabemos que estos tiempos han sido duros para todos, nos han volteado y a pesar de las dificultades, logramos volver a ponernos de pie mucho más fuertes. Nos vimos con la necesidad de poner todas nuestras fuerzas en aprender a defendernos, algo que hicimos durante la última batalla. —se quedó callado durante un minuto, observando a todos los presentes. —Todos hemos perdido a personas valiosas, personas que nos dolerán por siempre, pero eso no nos volverá a derrumbar, sino que nos ayudará a mantenernos enteros para hacer de esta una manada segura para nuestras familias. 

La multitud estalló en un grito de apoyo. Todos estábamos de acuerdo con lo mismo, no queríamos volver a pasar por algo tan horrible.

—Entiendo que muchos de ustedes desconfían de mi potencial para liderarlos, pero les pediré que me den una oportunidad. En mi corta vida he cometido errores, pero he tenido a mi lado a personas que no dudaron en darme un golpe y ponerme nuevamente en el lugar correcto. Ahora entiendo que de eso se trata la confianza, de saber que el otro podrá equivocarse, pero que juntos, podremos salir adelante trabajando y mejorando a la par. —Sus ojos se detuvieron en mi. — También quiero que conozcan a su nueva luna, la mujer que me ayudó a enfrentar cada problema que se me ha puesto adelante, mi ancla y quien me enseñó a no juzgar a alguien sin darle antes una oportunidad. Ven Nova.

Negué frenéticamente, no estaba acercándome al centro.

—Vamos Nova, ve, ve. —Nuria me empujó, hasta que fue imposible retroceder. Ya me cobraría esta luego.

Llegué a Bruno y tomé su mano, apretándola mucho más fuerte de lo necesario.

—Frente a todos ustedes y en este día tan especial, quiero recordarle que es la mujer que elijo, quien me posee en cuerpo y alma. Te amo Nova. —no creí que fuera posible llorar, pero mientras las lágrimas corrían por mi mejilla, solo me incliné y lo bese.

No tenía dudas, él sería mi alfa, mi compañero y mi amor para siempre. Habíamos pasado cosas terribles, que en vez de separarnos, solo nos acercaron, fortaleciendo la relación.
Él se enamoró de mi siendo un fantasma, no importa que luego nos hubiéramos enterado de que solo era un hechizo. Pero si eso no era amor,  no sabía que lo era.
Es por eso que nunca podría dejar de quererlo y apoyarlo en lo que hiciera, seria su compañera y lo ayudaría a cuidar a todos los presentes.


RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora