Capitulo 28

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Bruno





El día había comenzado tranquilo, mi padre no estaba cerca, por lo que escuché decir a mi madre, se encargaría de varios papeles en el despacho. Podría aprovechar eso para reforzar los entrenamientos, pero antes tenía algo mucho más importante que hacer y eso era encontrar a Nova.
No tenía idea de a donde podría encontrarse ahora mismo, pero tenía mis sospechas. Tenía pensado darme una rápida vuelta por casa de sus padres y si allí no la encontraba iría donde Nuria. En cualquier otro momento ese sería el último lugar en el que buscar a Nova, pero luego del llamado de la noche anterior, podía seguir aún allí.

Supongo que el hecho de poder hablar con Nuria, llevaba a Nova a ir y desahogarse con ella, por mucho que odiara hacerlo. Pero teniendo tan pocas opciones, solo vas a quien pueda escucharte y vuelcas todo lo que traes en tu interior.
Me gustaría poder hacer lo mismo, pero cualquiera que supiera que quiero a Nova, luego de casi rechazarla, se burlaría de mi y diría que podía irme a la mierda. Eso sin sospechar la situación en la que estamos. No era normal enamorarte de un fantasma, pero era mi realidad.

Estaba listo para salir en busca de mi compañera, cuando la sirena comenzó a sonar.  Ese maldito sonido cortaba como un jodido cuchillo filoso, la tranquilidad que apenas y estábamos consiguiendo.

—¡Bruno, Bruno! Son ellos, son ellos otra vez. ¿Por qué quieren hacernos daño? —Mina corrió hacia mi, aferrándose a mi pierna. No tenía que ser un maldito adivino para saber el miedo que tenía mi pequeña hermana.

No era la única, lamentablemente. Todo esto me recordaba a aquel caótico día.
Aún podía verme junto a Luca en el despacho, escucharme decir esas palabras que daría lo que fuera por nunca haber dicho y luego encontrar la mirada herida de Nova al escucharnos.

Esta vez sería diferente, esta vez estábamos esperándolos y nos defenderíamos. Estaba listo para luchar por los míos, para vengarme de lo que me arrebataron y no me importaba si tenía que morir para hacerlo.
Levanté en brazos a mi hermana y procedí a dar ordenes, tenía que ponerlas a salvo a ella y a mi madre. Entre en el despacho de mi padre y tal como lo imaginé, el muy bastardo se había resguardado solo, sin importarle lo que le sucedía a su familia.

—¡Bruno, hemos comenzado a poner a salvo a las personas, pero debemos apresurarnos a llegar con los demás! —Luca corrió hacía mi, notando que Mina aún seguía conmigo, no había encontrado a mi madre, pero suponía que buscaba a mi hermana.

—Tengo que encontrar a mi madre.

—La llevamos al búnker, Mina debería ir cuanto antes. —Tenía razón, no podía esperar más.

Empecé a correr, tratando de llegar cuanto antes a refugiar a mi hermana, pasando a varias personas en el camino.
Todos se encontraban desesperados tratando de encontrar un lugar en el que estar a salvos, pero si no luchábamos, ya no existiría tal cosa 

—Tienes que quedarte allí Mina, en cuanto todo terminé volveré por ti.

—No vayas, no quiero perderte a ti también. —Tenía sus puños aferrados a mi camiseta, no sería sencillo poder dejarla, pero era lo que tenía que hacer.

—Nada me sucederá, estaré bien.

—No quiero.

—Mina si no voy nunca podremos vivir tranquilos, te prometo que volveré a buscarte y nunca volverás a pasar por algo como esto.

—¿En verdad lo prometes?

—En verdad.

Al llegar, recorrí el lugar tratando de encontrar a mi madre, pero no estaba aquí, sin embargo vislumbré a una de las cocineras de la casa y le entregué a mi hermana. Por momentos volvió a aferrarse, pero terminó por soltarme, quedándose en el resguardo de los demás.

En el momento que llegué con los demás, encontré a Nova, quien al verme suspiró entre relajada y asustada, y aunque quería ir a ella, con todos aquí observando simplemente asentí.
Sabía que ella querría saber si sus padres estaban seguros y los había visto en el búnker.

—¿Están a salvo Bruno? —preguntó de igual manera al llegar a mi.

La miré y asentí, antes de recorrer a todos con la mirada. Éramos bastante y quizás no ganaríamos, pero si le daríamos una buena batalla.

—La estafadora manda a decirte que supuestamente realizo varios hechizos en las fronteras, que recuerdes sobrevivir para luego pagarle. —Nova rodó sus ojos, ellas seguían sin llevarse bien. —No se como sigues confiando en ella, es extraña y sé que oculta muchas cosas.

—Bruno, ya todo esta listo. ¿Tú lo estas? —me giré hacía Luca y asentí, estaba mucho más que listo.

—Hoy lo daremos todo, vamos a luchar por los nuestros y vamos a ganar. —Levanté la voz, con la clara intención de que todos me escucharan—No quiero que nadie muera hoy ¿Me escucharon? Hemos entrenado, nos hemos preparado y les demostraremos que nadie toca a los nuestros.

Todos apoyaron mis palabras, nos había costado salir adelante, arreglar los destrozos del ultimo ataque, como para quedarnos con los brazos cruzados y verlos pisotear nuestros esfuerzos.
Iñaki fue al primer lobo que vi, llegaba algo atontado, pero eso no lo detuvo de atacar a dos de mis hombres. Estaba harto de él  y esta vez no se escaparía.

—Por favor ten cuidado…—escuché decir a Nova y luego de darle una última mirada, volteé y clave mis ojos en mi adversario.

Iñaki venía hacía mi, pero seguía perdido, parecía drogado, anestesiado, lo que me hizo comprobar que Nuria había cumplido con su tarea, ahora yo debía cumplir la mía.
Sin otro pensamiento deje que mi lobo saliera y comencé a ir a su encuentro.

Esta vez sería el final, él o yo, pero uno no saldría vivo. Solo esperaba que la Diosa no nos abandoné y nos de su apoyo.



RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora