Hay dolores que matan, pero los hay más crueles, los que nos dejan la vida sin permitirnos jamás gozar de ella...
Antonie L. Apollinarie Fée
Portada hecha por @arealunicorn_ Muchas gracias❤❤
Obra registrada en Safe Creative.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nova
A pesar de que los días pasaban, la relación con Bruno no era sencilla. Trataba de evitar hablar de cosas personales, centrándome solo en lo importante. Tenía que agradecer que Bruno parecía que respetaba mi decisión, ya que no insistía en lo mismo, no había vuelto a mencionar el tema de nosotros en una relación.
Solo nos estábamos centrando en lo importante y eso ahora mismo, era la seguridad de todos en la manada. Habíamos colocado trampas en las fronteras y aunque éramos conscientes de que ello no los detendría por mucho tiempo, al menos nos daría una leve ventaja. Al cruzar, varios intrusos terminarían gravemente heridos.
—¿Estas seguro de querer hacer esto? Porque si me lo preguntas, sigo pensando que es una perdida de tiempo. —eché mi cabello hacia atrás, mientras trataba de pensar en otras posibilidades.
—Necesitamos su ayuda, sé que no confías en ella, pero yo si, así que vamos. —puse mis ojos en blanco y comencé a seguirlo hasta el interior del lugar.
Esto era solo una perdida de tiempo, una cosa es que la bruja pudiera “ver cosas” y otra muy diferente es que en realidad sea capaz de hacer algún hechizo o pócima para ayudarnos a protegernos. En lugar de estar aquí, deberíamos continuar con nuestro plan y seguir poniendo trampas alrededor de la manada.
¿Quién nos aseguraba que por confiarnos de ella y de sus disque poderes, no terminaríamos peor? Al menos las trampas nos darían tiempo y muchas más oportunidades de conseguir salir victoriosos. ¿Por qué él no lo veía así?
Esta vez al entrar, Nuria parecía estar esperándonos, ya que se encontraba sentada con la mirada en la entrada y una sonrisa conocedora.
—Los estaba esperando, sabia que solo era cuestión de tiempo para que volvieran. Díganme, ¿Lograron encontrar a la nueva luna de la manada?
—No es ese el motivo por el que estamos aquí Nuria. — respondió Bruno, con un tono que no daba lugar a insistir.
—¿Entonces por qué están aquí?
—Necesitamos tu ayuda. Te conozco y sé que eres una de las pocas personas que sabe cada secreto en esta manada, por lo que sabrás que hemos estado entrenando para enfrentar el próximo ataque.
—Claro que lo sé, me he enterado que has organizado una especie de grupo de resistencia, pero no será suficiente, el ejercito de Iñaki es muy poderoso.
—Eso es algo que ya sabemos, no estas diciéndonos nada nuevo. —comente, desde mi lugar.
Seguía sin creer en sus habilidades. Solo esperaba que cometiera un error para que todos lo vean.
—Nova, por favor. —Suspiré y me encogí de hombros. —Como dijo Nova, eso lo sabemos y por eso mismo necesitamos tu ayuda.
—Solo para que conste, él necesita tú ayuda, yo creo que esto es solo una perdida de tiempo. —No me perdí la mirada de Bruno— ¿Qué? Yo solo digo, ella sabe que no le creo nada.
—¿Qué necesitan de mi? —preguntó Nuria, ignorando mis palabras.
—No lo sé, pensé que quizás podías preparar alguna pócima o un tipo de hechizo que nos de alguna ventaja en la batalla. Sabemos que tenemos todas las de perder, ya que somos un grupo reducido y nuestro entrenamiento es bastante reciente.
—La verdad es que sí, estoy segura de que no podrán ganar sin ayuda, pero eso no será nada económico.
—¡Que sorpresa! —ironicé con una sonrisa.
Yo lo sabía, ella solo era una aprovechada, solo eso y lo único que haría sería darnos un poco de agua sucia con un poco de colorante y nos cobraría bastante dinero. ¡Estafadora! No cambiaría mi opinión sobre ella ni en un millón de años.
—No importa el precio Nuria, pero necesito que sea algo poderoso y efectivo. No quiero que nadie más muera en esta manada, creo que ya hemos perdido suficientes.
—Tampoco quiero que nadie muera Bruno, aunque no lo creas, tengo mis propios intereses en este lugar.
—Entonces podrías hacerlo gratis, pero no. —resople, acercándome al lugar donde se encontraban los sahumerios.
—Mi negocio depende de mi trabajo Nova, por lo que no lo puedo regalar.
—Lo que digas estafadora. —tome una varita que olía a hierba buena.
Me desentendí unos momentos, prefiriendo ignorar lo que hablaban los dos, solo centrándome en los distintos aromas. Eso era mejor que seguir recordándoles mi poca predisposición a creerle algo a ella.
—Pero hay algo importante que no podemos olvidar. —Eso sin dudas llamo mi atención y me hizo voltear y observarlos.
—¿De que hablas? Ya te he dicho que te pagaré, ¿Qué otra cosa quieres? —Bruno parecía como si en cualquier momento terminaría de perder la paciencia.
—No pueden olvidar que siguen teniendo un problema, ya que lo principal para una manada es su luna.
—Esta manada tiene su luna.
—Claro que la tiene Bruno y tu madre ha hecho un excelente trabajo siéndolo, pero si planeas derrocar a tu padre, ¿Quién gobernará contigo?
—Ahora tenemos otros problemas para solucionar.
—Creo que no entiendes o no quieres entender ¿Cuándo comenzaras a buscar una verdadera luna para la manada y para ti?
—No vine para esto Nuria.
—Sin embargo es algo a lo que debes darle una solución y cuanto antes.
—¡Lo sé! Sé muy bien lo que tengo que hacer. —dijo con los dientes apretados.
—¿Entonces por qué actúas como si no importara? ¿Cuándo le darás una nueva luna a esta manada Bruno? —No entendía el porque de tanta insistencia, quien debería estar más curiosa era yo, ya que gracias a ello podría dejar de ser esto que soy.
—¿Quieres la verdad? Bueno te diré la maldita verdad. Nunca, nunca aceptaré a otra luna, ya tengo una. —y tras decir aquello, simplemente se alejo, cerrando la puerta de un fuerte portazo.
Nuria me miró como si yo pudiera excusar ese comportamiento, pero no, no sabía que decir. Así que simplemente me encogí de hombros, y empecé a caminar, lista para seguirlo.
—¿Tampoco quieres que busque una nueva luna, Nova? —me detuve al escuchar su pregunta.
Tenia tantas posibles respuestas para darle, pero preferí irme a la más sincera.
—No es mi decisión Nuria, no puedo obligarlo a hacer algo que no quiere.
—Eso no es lo que te pregunte.
—Pero es todo lo que obtendrás de mi. Nos vemos Nuria. —terminé de salir, lista para encontrar a mi ex compañero y hacer control de daños.
En el estado en el que Bruno había salido podía ser peligroso, si llegaba así a su casa y se encontraba con su padre, lo más probable es que terminaran discutiendo. Y eso era algo que no podía permitir que suceda. No ahora, no cuando habíamos avanzado tanto.