Capitulo 30

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Bruno





Me sentía físicamente herido, pero me tranquilizaba sentir a Nova junto a mi. No se apartó, ni apartó su toque desde que llegue y caí frente a ella. La necesitaba tanto, necesitaba esta cercanía entre ambos mucho más de lo que ella podía siquiera imaginar.
Pero como siempre, cada cosa buena que me sucede, debe ser arruinada por mi padre y esta no era la excepción.

Hambriento de ser el centro de atención se acercó cual carroñero, a hacerse con los méritos del esfuerzo ajeno. Éramos nosotros quienes luchábamos, quienes exponíamos nuestras vidas, quienes buscábamos defender lo nuestro, mientras él como el cobarde que era se escondía.

—¡Hemos vencido! —gritó, burlándose de todos, él no había hecho naday todos lo sabíamos. —Ya nadie volverá a subestimarnos o intentará amenazarnos, lo han hecho muy bien.

En eso sí tenía razón, ya nadie, ni siquiera él, volvería a subestimarnos o a ponernos en peligro. Él era la única amenaza que teníamos y no sería así por mucho tiempo.
No me importaba morir, no si con eso lograba despertar a la manada, si con mi sacrificio veían al verdadero ser que mi padre escondía detrás de esa mascara de amabilidad.

Aún no estaba del todo recuperado, mi cuerpo aún dolía y varias partes sangraban, pero estaba listo.
Me puse de pie y gruñí hacia él, era una invitación, un desafío al que no podía negarse. En su mirada pude ver el odio extendiéndose, no espero que lo desafiará, pero así estaban las cosas, las fichas estaban puestas y el debía aceptar el reto.

—¿Quieres desafiarme hijo? Que impertinente, al parecer el poder se te subió a la cabeza y ya no conoces ni siquiera el respeto. —quería burlarme de él, no entendía de que respeto hablaba, cuando él no nos respetaba como sus iguales. —Tanto tiempo viviendo bajo el mismo techo que un traidor.

Sentí como Nova se paró a mi lado y al girar mi cabeza y verla, pude ver la expresión de asco con la que miraba a mi padre.
En este momento desee tanto que él pudiera verla, ver como al menos alguien veía lo mismo que veía yo en él.

Pero mientras pasee la mirada en todos los presentes, sentí como algo dentro de mi cambiaba. Era la convicción de que tenía que luchar, por ellos y por mi, tenía que cortar esto y debía hacerlo de raíz.
Mi padre nos había expuesto, nos había entregado para que nos masacren y conservar su poder. Todo esto fue solo por su asquerosa ambición.

—Si eso es lo que quieres querido hijo, eso es lo que obtendrás. No solo estas desafiando a tu padre, lo cual esta muy mal de tu parte y me lleva a preguntarme, ¿qué fue lo que pudimos hacer mal con tu madre al criarte? Tal vez fue el darte todo, te volvimos un chico ambicioso, egocéntrico y capaz de pisotear a quien sea sin ningún escrúpulo. —No sabía si estaba describiéndome a mi, o estaba hablando de él mismo. —¿Quieres luchar con tu padre? Pues eso sucederá, no puedo seguir permitiéndote que me desafíes, no debes olvidar que aquí solo hay un alfa y ese soy yo. 

—No puedo creer que él diga eso, no  justo él. Ten cuidado Bruno, no dejes que te engañe, por favor no lo dejes llegar a ti. —Nova me miró y volvió a acariciar mi cabeza. —Yo confió en ti, sé de lo que eres capaz, serás el mejor alfa, ahora demuéstraselo.

Mi padre aprovechó mi momento de distracción para intentar atacarme, pero varios miembros de la manada se pararon delante. Eso sin dudas lo sorprendió, ellos me estaban protegiendo, porque ellos me veían a mi como su alfa y no a él.

—¿Así que ahora están con el enemigo? Ya me encargaré de ustedes luego malditos traidores. Parece que aquí todos se olvidan de quien es el que en verdad esta al mando. —gruñó y se convirtió en lobo.

—Espero que esta vez te enseñen lo que mereces maldito hipócrita. — Nova se veía furiosa y no era para menos, pero ahora debía dejarme luchar.

Esta pelea solo nos pertenecía a los dos. Desde hace años sabíamos que tarde o temprano terminaría sucediendo y aquí estábamos.
Si moría sería con honor, hoy lo di todo por los míos, pero si llegaba a sobrevivir, muchas cosas aquí cambiarían.

Por empezar, los entrenamientos serían públicos. Ahora todos conocían la importancia que tenía el saber defenderse y no dudaba que querrían estar preparados por cualquier cosa en el futuro.
Lo segundo, ya no deberían temer a que su alfa los venda y los entregue, porque el poder era lo que menos me interesaba.

Y lo último, movería cielo y tierra para tener a Nova conmigo. En estos momentos en los que mi vida pendía de un maldito hilo, era ella quien estaba aquí dándome su fuerza, su compañía y todo lo que la hacía especial.
Con mi padre nos mediamos, rodeábamos el espacio, haciendo al otro retroceder. Ambos esperábamos que el otro hiciera el primer movimiento, ver quien era capaz de comenzar, pero conociéndolo, solo lo haría si me daba la espalda.

Luca estaba parado frente a Ignacio, el beta de mi padre, quien lo observaba con una sonrisa de lado.
Nova nos miraba con preocupación, pero no debía preocuparse, estaba listo para esto. Para lo que sea.

Me agachó, listo para atacar al hombre que jodido tantas cosas en mi vida. Sé que es fuerte y que luchará con todo lo que tiene, pero él siempre me subestimó, me consideró débil, pero ahora se chocaría con la realidad.
Era como cuando tiras mucho del elástico, este finalmente termina por romperse y eso era lo que acaba de suceder, el elástico finalmente explotó, ya no había más que tirar.

Mi padre finalmente viene hacía mi, cargando su furia por haber frustrado su maldita alianza con Iñaki, pero lejos de encontrar la sumisión que él esperaba, se encuentra con mi resistencia.

RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora