Bruno
Nova estaba completamente fuera de sí, estaba tan molesta que no veía el lado bueno en esto. También me encontraba enfurecido con Nuria y con Luca, ambos de cierta manera me habían traicionado y jugado conmigo.
Luca por un lado era mi mejor amigo, como mi hermano, siempre habíamos estado el uno para el otro, apoyándonos cuando teníamos problemas y dándonos ánimos cuando creíamos que nos derrumbaríamos. Es por eso no que no podía entenderlo, esto y clavar un cuchillo en mi pecho, mientras ve como me desangro, es exactamente lo mismo. Él iba a tener que explicarme muy bien este asunto.Por el otro lado, estaba Nuria. Ella no era tan cercana como Luca, pero la consideraba alguien de confianza, una buena persona. Pero ahora, ahora lamentablemente entiendo el porque Nova no podía confiar en ella.
No iba a pedirle explicaciones, ella no tenía que dármelas, pero debería entender que desde ahora la confianza se había roto y que sería muy difícil o imposible que pudiera recuperarla.Al llegar a la casa, subí las viejas escaleras, con Nova aún sobre mi hombro . La verdad es que tenía un poco de miedo de que si la soltaba, se escapara nuevamente a la tienda de Nuria, con toda la intención de acabar lo que empezó.
—Ahora voy a bajarte Nova, pero debemos hablar, no corras. —advertí, poniéndola sobre sus pies.
—¿Cómo me pides eso cuando esa maldita estafadora nos hizo esto?
—Ya deja de llamarla estafadora, no lo es.
—¿Te estas poniendo de su maldito lado Bruno? —me miró y sus ojos eran dos pequeñas rendijas, que me advertían pensar mi respuesta.
—Solo estoy diciendo lo obvio, no la defiendo, ni me pongo de su lado. Ambos se portaron como unas malditas mierdas y aún deben explicarnos bien esto, pero Nuria ha demostrado que no es una estafadora, sino ¿Cómo nos engaño, haciéndonos creer que estabas muerta?
No solo eso, Nuria nos había ayudado en la batalla, aunque ahora entendía muy bien la razón. No lo había hecho por ser una buena samaritana, tampoco por el dinero, lo había hecho para mantener con vida a Luca: su compañero.
—Es que no lo puedo creer Bruno. ¿Cómo pudieron hacer algo así? Sufrí tanto…—me acerqué a ella y la envolví entre mis brazos.
—Ya no pienses en eso, mejor piensa en que estas viva, en que podrás abrazar a tus padres, abrazar a Mina y quedarte conmigo. Respóndeme algo Nova, ¿Me aceptaras como tu compañero?
Podría entenderla en caso de que se negará. Mis malditas malas decisiones pueden llevarme a perderla, pero debe saber que no hay manera en que la deje, haré todo lo posible por conquistarla.
Ella simplemente me observa, mientras sus labios tiemblan y se dibuja ligeramente una sonrisa.—¿Y tú que crees?
—No lo sé, pero necesito tu respuesta o podría volverme loco.
—Claro que te aceptaré. Demonios Bruno, no podía soportar la idea de que tuvieras que elegir a alguien más.
—No podía hacerlo, las comparaba contigo.
Tomé con una mano su barbilla y la levanté, uniendo nuestros labios en un beso que necesitaba tanto.
No era como el beso de hace días, ese fue un leve roce de labios que podría fácilmente no ser reconocido como beso, pero este, en este estaba dejando cada sentimiento que albergaba por ella.Lamí su labio inferior, mientras ella se aferraba con fuerza a mi nuca. Al parecer no era el único necesitado y me alegraba comprender la magnitud que esto nos proponía.
Podía aspirar a una relación, a un compromiso serio, a una vida juntos, si ella así lo quería.Pero tuvimos que separarnos, solo unos centímetros, necesitados de aire.
Comencé a acariciar su mejilla, mientras frotaba mi nariz contra la suya, como un pequeño cachorro reconociendo a su dueña.—No puedo decirte lo mucho que me alegra que estés viva. Puede que no me creas Nova, pero estaba listo para mover cielo y tierra con tal de que volvieras a mi.
—También me alegra estar viva, pero no me hagas pensar en ello porque de solo pensarlo hiervo. —Gruñó cerrando su puño con fuerza.
—Sé de algo que quizás pueda animarte. —reí entre dientes ante su mirada indignada. —No pienses mal, no hablo de eso, pero ¿No te gustaría acompañarme a despertar a Mina?
Con solo la mención de mi hermana, el rostro de Nova se iluminó como si estuviera mirando fuegos artificiales.
—Sí. Por favor Bruno, muero por abrazar a mi ratoncita y decirle que todo estará bien.
—Entonces vamos y le daremos varias alegrías. El verte bien, el poder abrazarte y el saber que ahora serán cuñadas. Ojala eso logre calmar un poco la tristeza que siente, me preocupa mucho, la verdad.
—Te ayudaré a sacarla adelante, veras que pronto volverá a sonreír.
Caminamos hacia la habitación de mi hermana, cogidos de la mano. Era extraño estar así con ella por fin, pero de todas maneras, dentro de mi el miedo a que todo sea un sueño no dejaba de existir.
Al llegar, abrí su puerta e ingrese a su habitación, observando todos los unicornios acomodados a los pies de la cama. Su fortaleza había regresado.—Mina, despierta que ya es tarde. —acaricie su cabello y escuché como gruñó una negativa.
—Ratoncito, arriba, ¿Desde cuando eres tan floja?
Escuchar la voz de Nova pareció alertar a mi hermana, ya que en ese momento se sentó en la cama y clavó su mirada en mi compañera.
La observaba, con miedo, dudas y hasta con un poco de desconfianza.—¿Nova? —preguntó con su voz adormecida.
—Hola, por fin pude volver. ¿Puedo abrazarte?
Mi hermana comenzó a asentir de manera ferviente y se arrojo a abrazar a Nova. Sus pequeños bracitos se aferraban con fuerza al cuello de mi compañera, como si esta pudiera volver a desaparecer en cualquier momento.
—¿Dónde estabas Nova? ¿Por qué te fuiste? Todos aquí decían que habías muerto, pero sabía que no era verdad. En serio, lo sabía.
—Me encantaría haber tenido tu confianza ratoncito, pero incluso yo creí que había muerto, de lo contrario no te hubiera dejado jamás. —La vi acariciar el cabello de Mina, mientras esta se calmaba. —Ahora no lo entenderías, pero lo bueno es que volvimos a estamos juntas y que no volveré a irme.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo, ahora somos familia. Te contaré un secreto, tu hermano y yo, somos compañeros.
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Rechazada
WerewolfHay dolores que matan, pero los hay más crueles, los que nos dejan la vida sin permitirnos jamás gozar de ella... Antonie L. Apollinarie Fée Portada hecha por @arealunicorn_ Muchas gracias❤❤ Obra registrada en Safe Creative.