Capitulo 4

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Nova

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Nova

Cuando abrí los ojos, me encontré en medio del bosque, justo en el lugar donde terminé abriéndole mi corazón a la naturaleza, el lugar donde luego me atacaron… ¡El ataque! De repente recordé que la sirena había sonado y cuando quise acordar los lobos me golpeaban.
¿Pero si lo habían hecho, por qué no tenía ni un solo rasguño? ¿Por qué no sentía dolor o estaba agonizando?  ¿Podría ser posible que acaso hubiera soñado todo esto? De ser así, estaba más loca de lo que creí, en vez de soñar algo bonito, sueño que me golpean. ¿Qué hay de malo conmigo?

Pero no solo conmigo, mientras miro a los lados, solo veo oscuridad. ¿Por qué nadie vino por mi? ¿Mis padres no se preocuparon? Del idiota de Bruno ya no esperaba nada, es más, de él no quería ni una maldita cosa, si desde ahora en adelante comenzaba a ignorarme, en serio se lo agradecería. Bastardo infeliz, desearía no volver a ver su maldito rostro petulante en mi vida.
De repente un par de búhos comenzaron a ulular, recordándome que me encontraba en mitad del maldito bosque yo sola, a merced de cualquier cosa, viva o muerta, que aquí se escondiera. Este pensamiento me hizo comenzar a moverme y cuando hablo de moverme, me refiero a correr, no hay manera que siga aquí sin sufrir un paro cardiaco.

Cuando las luces comienzan a verse en mi horizonte, disminuyo un poco mi paso, suspirando con tranquilidad.
Mi casa tiene todas las luces encendidas, lo que significa que mis padres aún están levantados, seguramente preocupados por mi tardanza. Aunque probablemente, si no se comunicaron con la familia del alfa, deben de creer que aún me encontraba allí.

Al entrar me sorprende encontrarlos a ambos llorando, cada uno sentado en el lado opuesto de la mesa. La botella de tequila a medio terminar, sobre la mesa, junto a dos vasos, es lo único haciéndoles compañía en su desahogo. Me pregunto qué los habrá llevado a ponerse de esta manera, ya que ellos jamás beben ni una gota de alcohol.
Sin dudarlo me acerco a ellos, tratando de llamar su atención, pero ambos siguen ignorando mi presencia.

¿Estarán acaso molestos conmigo? Si es así, puedo explicarles.

—¿Mamá que sucede? ¿Mamá? —ella sigue sin mirarme, a pesar de que estoy frente a ella. —¿Papá, tú si me dirás que anda mal? ¿Papá, también me ignoraras?

No podía creer que mis padres estuvieran tan molestos conmigo, al punto de no dirigirme ni una sola mirada. ¿Qué era eso tan grave que había hecho, como para merecer este trato?
Sí, me escape durante unas horas y al parecer me quede dormida en el bosque, pero ahora estaba aquí, tratando de que me disculparan.

—Papá, por favor no me hagas esto, prometo no volver a irme sin avisar, solo me quede dormida en el bosque, por favor mírame.  —Pero a pesar de mis intentos, ninguno de los dos levantaba la mirada del vaso frente a ellos.

Me acerqué a mamá poniendo una mano sobre su hombro, pero esa simple acción lo único que consiguió es que dejara escapar fuertes sollozos. Nunca había visto a mi madre tan mal, ella estaba destrozada y no sabía la razón, ya que se aferraban a la idea de fingir que no existía.
Verla llorar de esta manera, tan desgarrada, tan destrozada, solo hacía que un dolor enorme se formara en mi pecho. ¿Y si Bruno había hecho o dicho algo en mi contra? Lo mataría, sucio bastardo.

RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora