Capitulo 9

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Nova

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Nova


Con el pasar de los días, me había dedicado a alejarme de la casa de Bruno, pasaba la mayoría de mis días en mi antiguo cuarto, tratando de fingir que las cosas eran diferentes. Esto claramente no estaba funcionando, ya que era demasiado cruel, ver como mis padres sufrían y no poder consolarlos y decirles que estoy junto a ellos.
Esta situación me hacía ver que no podía seguir así, que a pesar de que la idea de ayudar a Bruno a alcanzar la supuesta "felicidad" ,que dudaba que él alguna vez pudiera alcanzar, no sea tan imposible.

No iba a quedarme toda la eternidad aquí, vagando a la espera de que quien maldijo al idiota de mi ex compañero se apiade de mi. Algo debía hacer y no podía seguir aferrándome a mi orgullo, ya que este me estancaría.
La idea de ser casamentera era una mierda, pero era lo único que tenía. Eso claro, si Nuria no nos había engañado.

Con ese pensamiento me levanté de mi vieja cama, aún cubierta con mi manta favorita color bordo, para encaminarme a casa de Bruno. No sabía bien que le diría, improvisaría en el momento, pero si yo lo ayudaba, él también debería darme algo a cambio.
En el camino, crucé a varios conocidos, me gustaría haber podido hablarles, pero para mi desgracia solo podía hablar con el futuro alfa, mi pesadilla aún en el más allá, que en realidad era más acá, porque no podía irme.

Al llegar, no fue difícil encontrarlo, estaba sentado en la oficina de su padre, junto a un montón de papeles. Muy bien, sea lo que sea, iba a tener que esperar, ahora él y yo, teníamos negocios que tratar.

-¿Ocupado Kesler? -pregunté cerrando la puerta tras de mi.

Como si fuera imposible para él creer que estaría aquí nuevamente, levantó su cabeza como un resorte y me miró sorprendido.

-¡Nova! Creí que habías conseguido pasar al más allá. -en su voz escuchaba sinceridad y pena, ambas cosas que en este momento no me importaban.

-No podría. ¿Olvidas que aunque te maldijeron a ti, seré yo quien lo pagué? -no quería sonar sarcástica y grosera, pero no podía evitar seguir molesta con él.

-Es que te has ido por dos semanas, los primeros días creí que necesitabas un poco de soledad y tiempo para pesar, pero como no volvías, me fue imposible no llegar a esa conclusión. -¿Acaso él seguía sintiéndose culpable? Esperaba que sí, eso me mostraría que tiene sentimientos detrás de esa fría fachada.

-Estaba en mi casa, necesitaba sentirme en familia, fingir que nada de esto paso y que aún estoy con vida, pero no funcionó. Veía cada día a mis padres tristes y aunque intentaba consolarlos, nada funcionaba, es por eso que vine contigo.

-No voy a creer que me extrañabas, pero puedo entender que necesitaras hablar con alguien.

-Bruno cállate. -le pedí tranquilamente, incluso me sorprendió lo serena que soné. - Estuve dándole vueltas a todo este asunto de ayudarte a encontrar a tu nueva luna.

-Te dije que no tienes que hacerlo, es una mierda que tengas que hacerlo, si estuviera en mis manos, no te daría esa tarea.

-Lo sé, pero no voy a quedarme siendo un fantasma por siempre, además ya te dije que no te quiero y el que pasáramos unos días hablando, no lo cambiará. -vi como su expresión se torció, pero él me había lastimado, no podía esperar que le mienta para inflar su ego. -Entonces si tengo que ayudarte lo haré, pero tú me darás algo a cambio.

-¿Qué cosa?

-Quiero que te disculpes genuinamente por lastimarme de la manera en que lo hiciste, no solo eso, quiero que durante este proceso hagas todo lo que te pida, sea bueno o malo, me lo debes.

-Nova, sé que te lastimé y no hay día en que no me arrepienta, pero no quiero que hagas algo como esto. Aunque no me quieras, yo te aprecio, siempre fuiste alguien importante en la familia. -Cosa que no le importó. -No me gusta la idea de que me busquen pareja, no quiero una. Acabo de perder a mi compañera, no estoy listo para conocer a alguien.

-Me ibas a rechazar Bruno.

-Eso ni yo lo sé, estaba dudando, pero la decisión nunca la tomé.

-No nos vayamos del tema, hoy no pelearé contigo, vine aquí para negociar. -suspiré y me senté en la silla frente al escritorio. -Mira puede que tú no quieras una compañera, pero yo no quiero ser un fantasma, ya me aburrí. Así que si no lo haces por ti, al menos hazlo por mi.

-¿Entiendes lo que me estas pidiendo Nova? ¿A lo que te estas exponiendo? No es buscarle una pareja a cualquier persona, soy tu compañero.

-Lo sé. ¿Qué quieres Bruno? Ayúdame, ponte un minuto en mi lugar y deja de ser tan malditamente egoísta, estoy viviendo un infierno.

-¿Puedo pensarlo?

-Sí, pero no te tomes una eternidad. -entonces miré los papeles sobre el escritorio. -¿En que estas trabajando ahora?

-Mejoras en la seguridad, pero ya sabes, debo esperar a que mi padre las autorice. -llevó su mano a su cabeza, despeinando un poco su cabello.

-Es raro que aún no haya regresado, han pasado dos semanas desde el ataque. ¿Saben si no le ha ocurrido nada? Tal vez tuvo un accidente, o también lo atacaron.

-De hecho he enviado a varios hombres a buscarlo, la verdad lo necesito aquí, son muchas las decisiones y no puedo concretarlas sin su autorización.

-Espero que este bien.

-Aunque no lo creas, extrañe un poco verte rondar por aquí. Pero me alegró la idea de que no tendrías que hacer lo que Nuria nos dijo, ni seguir pasando por esta situación horrible. En verdad creí que habías avanzado.

-Me hubiera gustado hacerlo, pero no puedo. Y creó que ahora me quedaré por aquí, debo reunir fuerzas para volver a ver a mis padres.

-Lo pensaré Nova, pero no me gusta la idea. Tú misma me lo dijiste, sería muy hipócrita de mi parte aceptarlo.

-Pero sería cruel que no lo hagas, más cuando soy yo quien te lo pide. Has esto por mi, me lo debes. Quieres pensarlo, piénsalo, pero no lo hagas de manera egoísta, considera mi situación actual también.

-Ya te dije que lo haré. -Entonces de la nada sonrió. ¿Qué rayos le causaba tanta gracia? -Eres bastante terca Novas Salas.

-Y tú un tonto. Anda sigue trabajando, porque las medidas de seguridad actuales, son una mierda. -me acomodé en la silla y me puse a observar los diferentes cuadros en la habitación.

No sabía como, pero debía convencerlo para que aceptara el trato, es algo que nos beneficiaría a ambos. Él tendría a su luna y yo me iría. Y esperaba que con esto, ganará unas malditas alas.








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