Capitulo 26

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Bruno

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Bruno




Las peleas con mi padre solo parecían aumentar. No había día que no discutiéramos, ya sea por algo pequeño, que cualquiera creería una tontería o cosas en realidad serías.
Esta mañana, el motivo había sido retrasarme a la hora del desayuno. Esos simples cinco malditos minutos de retraso, significaron una eternidad para él y no dudo en echármelos en cara.

-Tengo tantas o más obligaciones que usted padre, por lo que creo que es normal que me retrase. Al menos así las personas saben que alguien si se esta encargando de ellas. -gruñí, llevando un vaso de jugo de naranjas a mi boca.

Desde el otro lado de la mesa podía sentir la mirada de mi madre sobre mi. Yo sabía que ella cuestionaba mi trato para con mi padre, pero ella no podía obligarme a no ver al verdadero ser malévolo en este hombre.
Ella estaba acostumbrada a fingir no ver la realidad, a mantenerse ciega a las atrocidades que este cometía, pero no por eso los demás haríamos lo mismo.

-Creo que deberías aprender a controlar tu vocabulario frente a tu padre, no olvides que también soy el alfa aquí y me debes respeto.

-El respeto se gana y no has hecho nada para que lo sienta. Al contrario, cada acción que veo solo me da asco. -respondí, logrando que mi padre terminara de perder la poca paciencia que le quedaba.

Se levantó, provocando que la silla en la que estaba sentado cayera hacia atrás con un fuerte golpe. Tomando entre sus manos, el plato de huevos revueltos, arrojándolo contra la pared.

-Estoy cansado de esto, estoy cansado de ti. Si tanto te molesta mi forma de actuar, puedes irte, que nada te detenga.

-No me voy a ir, no permitiré que la manada se vea perjudicada. Llegará el momento en que los lideraré y no volverán a sufrir, como lo hacen ahora.

-Hijo cállate, no sabes lo que estas diciendo -mi madre, siempre tratando de mediar entre ambos, no entendía que ya no había solución para nuestras diferencias.

Desde que descubrí los manejos oscuros de mi padre, me he enfrentado a él, consiguiendo así su rechazo.
Mi vida había sido un infierno desde aquel momento, viviendo en esta casa con un hombre al que odio, él que solo hace mi vida imposible y el que solo puede causarles dolor a los que lo rodean. Porque aunque ella tratara de disimularlo, ella no podía ocultar su enorme infelicidad.

-Esta vez no puedo hacerlo madre, lo siento, pero solo estoy hablando con la verdad. Ya no puedo seguir viendo todo lo que ocurre y quedarme con los brazos cruzados, pronto seré responsable por estas personas y daré todo de mi para asegurar su bienestar.

-¡De mi cuenta que nunca serás el alfa! ¡Solo bajo mi maldito cadáver lo serás! -igualé la mirada de desprecio que mi padre estaba dándome. Podía ser el hijo que él no quiso, pero él no era el padre perfecto tampoco.

-Si sigues como hasta ahora, ese día no esta muy lejos. -respondí, consiguiendo un grito ahogado de horror de mi madre y la primera reacción publica verdadera de mi padre.

Había dejado caer su barrera frente a mi madre, mi hermana y los empleados, quienes lo miraban atónitos, al verlo golpearme.
Por mi parte ya estaba acostumbrado, no era la primera vez que lo hacía. Por lo que limpie el hilo de sangre que caía de la comisura de mi boca.

Todo en mi quería devolverle este golpe, pero sabía que eso solo complicaría los planes.
Aunque a decir verdad, quería aprovechar y desquitar mis problemas con un golpe. El que intentará moldearme a su imagen, el que fuera un maldito con todo el mundo y sobretodo quería desquitar el mal humor que me producían los constantes rechazos de Nova.

Ya había dejado de ocultar lo que sentía, la quería a ella y en cuanto pudiera solucionar este problema de los ataques, trataría de encontrar una solución para ella.
Daría todo lo que tengo y más por conseguir la oportunidad de estar juntos.

-Espero que disfrutaras el golpe padre, porque será el último que te permitiré, ya no soy un niño. -Advertí, caminando hacía mi habitación.

Al entrar me encontré con Nova, quien al ver la sangre en mi rostro, se apresuró hacía mi .

-¡Por la Diosa Bruno! ¿Qué diablos te sucedió? -Se detuvo a escasos centímetros de mi y estiro la mano, como queriéndome tocar y arrepintiéndose antes de hacerlo.

-Mi padre. -Respondí, aunque era obvio que él era el responsable.

-¿Cómo fue capaz de hacerlo? ¿Te duele?

-No es nada Nova, solo un golpe.

-Pero estas sangrando, ¿Por qué te golpeó?

-Supongo que lo provoqué, pero no me arrepiento. De lo único que me arrepiento es de no haberle devuelto el golpe.

-No digas eso.

-Estoy cansado Nova, no soy su maldito juguete. Él cree que siempre me callaré y no es así, pero lo que más me molesta es que mi madre ve todo y prefiere fingir que nada ha pasado.

-Tranquilo Bruno.

-Ya estoy harto de ser lo que los demás esperan, también tengo mis pensamientos y mis sentimientos.

-Lo siento Bruno. -Cuando dijo aquello la miré, no entendía por qué lo decía.

-¿Por qué te estas disculpando Nova?

-Porque no puedo hacer nada para calmar el dolor que sientes.

No podía creer que ella se estuviera disculpando. Fue mi padre quien me golpeó, no ella. Pero aquí estaba, ofreciéndome algo que no debía.
¿Por qué me hacía esto? ¿Acaso no veía que solo me confundía?. Me acerca y me aleja, tampoco sé que rayos esperar de ella.

-Esto no es tu culpa, así que no te disculpes.

-Pero no es justo.

-Muchas cosas no son justas Nova, pero al parecer debo acostumbrarme a todas.

-Tienes razón, muchas cosas son injustas. -Acercó su mano y acarició el lugar donde mi padre me había golpeado. -Pero con el tiempo todo pasará y podrás ser feliz.

Ella no lo entendía, o mejor dicho, lo entendía y no le importaba. La quería a ella, no quería a otra.
Estaba listo para decírselo, para terminar de abrirle mis sentimientos. Pero al levantar mi cabeza, la encontré acercando su cara a la mía y cuando menos lo esperé, sentí el leve roce de sus labios.

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