CARMÍN
«¿Porque se demora tanto?»
Jugaba con mis pies colgando de la cama cuando traté de estabilizarlos en el suelo frío viendo la luz que ya estrellaba contra la habitación de Kaiden.
Era una habitación muy opaca y normal pero moderna. No se veían rastros de adiccion o de mujeres por ningún lado de aquella. Raro.
Tras tres intentos fallidos de levantarme, ya que me dolía como madres los muslos como si hubiera corrido una maratón completa, lo intenté hasta que pude. Agarré una camiseta de Kai y mis pantalones negros de la noche anterior.
Me quedaba bien aunque enorme la camiseta pero me conformaba. Me fui hasta su baño y traté de arreglar un poco el desastre que tenía en la cara. Traté de limpiarme lo mejor que pude las manchas de maquillaje y robe el cepillo de dientes del adonis sintiéndome como una niña traviesa.
Termine con un aspecto normal, no era mi mejor cara pero... espera, ¿eso era...?
«El demonio Kaiden Rouge y las consecuencias de estar con el.»
Mi cuerpo estaba rojo en especial mi cintura y mis nalgas, mi cuello con manchas moradas y mi labio inferopr con una pequeña herida de mordedura.
Le voy a arrancar los huevos.
Salí expulsando humo por las orejas cuando la puerta de la habitación se abrió y Kaiden entró cerrando en sus espaldas con una leve y casi inexistente expresión de pánico. Se iba agarrando la toalla de su cadera cuando paró en frente mío.
—Te tienes que ir.—habló de forma hostil mientras cerraba la puerta tapando la entrada con su cuerpo.—Ahora.
—¿Que?—pregunté mientras este se dirigió a su ropa.
—Quédate con mi camiseta, pero tienes que irte. Jamás tuviste que estar acá en un comienzo.—esbozó una mueca mientras se ponía camisa y pantalones negros.—Nadie debería venir aquí.
—Kai que...
—Tú papá está fuera.—aclaró cuando sentí que me palidecí de una forma impresionante, al igual que sentí la bilis en mi garganta. No... no podía estar pasando esto.—Sal apenas me vaya. Y olvida que conoces este lugar.
La vergüenza llegó a mis mejillas y las sentí calientes por sus palabras, aunque aquello cambió enseguida a rabia.
Una vez más era basura luego de ser usada, y aunque sabía que esto sería asi, se sentía igual de mal. Me dejaba usar, de una buena forma, pero tenía que valorarme.
—Bien.—solté. No agarré nada sintiéndome usada por el hombre más atractivo que había visto. Este solo se arreglaba hasta que ya estaba vestido.—No me llames más.
—¿Que? ¿Que mierda estás diciendo?
—No quiero ser usada por ti.—apreté mis manos con furia.—No puedes ir desechándome por ahí cuando quieres y como quieres.
Este se frustró por mis palabras. Y yo me tensé más al volver al pensamiento que mi padre estaba fuera. Literal me mataría a mi y a Kaiden si me veía aquí, y ni la excusa más remota me salvaría.
—Mierda.—maldijo por lo bajo.—No hacia eso.
—Ah. ¿No?—pregunte casi susurrando.—Genial. Tendrás que pedirle sexo a tu esposa. El trato se acabo.
Y era lo que tuve que haber hecho hace mucho.
—Carmín...
—Vamos. Salgo después de ti.—señale la puerta.—Tranquilo. Tú querido socio no me verá.
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Mi cruel obsesión《+21 》(borrador)
Romance"Como los drogadictos aman a las drogas, como los asesinos son adictos a sentir la sangre entre sus dedos, como los alcholicos dependen del licor. Así es como me siento alrededor tuyo, adicto y obsesionado por ti..." -Kaiden Rouge. *** Carmín Crivai...