KAIDEN
La cara de víbora estuvo épica. Y más cuando todo el mundo se calló de una manera tan profunda que me hizo sonreír con superioridad.
Esto era lo que quería y lo que tenía planeado.
¿Había perdido la cabeza haciendo esto?
Seguramente. No pensaba tener más relaciones o cualquier mierda amorosa, pero joder, Carmín me traía sin cordura y ya el mundo debía enterarse de aquello.
—Carmín.—la volví a llamar cuando espabiló y se paró con casi que sus piernas temblando.
Sus labios estaban entreabiertos, sus manos entrelazadas entre sí de manera nerviosa y solo quise comerle la boca cuando vi que estaba a punto de llorar. Venenosa sensible.
«Mi venenosa sensible.»
Mercer esta vez ya no estaba tan calmado o feliz. Y la verdad creo que me estaría pegando a hostias si no estuviera tan ocupado en su shock por la noticia.
De todas formas, Pax estaba al lado de el por lo mismo, para detenerlo si era necesario.
—¡¿Que te pasa?!—Fran vi que se venía pero enseguida los hombres la sacaron agarrándola.—¡Tú eres mío!
—Jamás fui tuyo, querida.—susurré por al lado del micrófono.
Vi que ambas chicas se tensaron, pero una venía y la otra de iba. Una a la que le haría de todo a todas horas, y a la otra que no le llegué ni a presentar a mi hermana pequeña.
—¡Tú!—le gritó a Carmin pero no dejé que siguiera antes de que la sacaran realmente.—¡Traidora!
Solté una pequeña sonrisa ladeada al verle subir unos pequeños escalones a víbora, con una falda rosa que solo me calentaba más y un suéter que estaba seguro que si no sacaba iría a demoler.
Se veía inocente. Lista para corromperla por alguien como yo.
Los ojos de diferente color de ella seguían bien abiertos, como si fuera una broma lo que dije en frente de todo el país, porque si, las cámaras proyectaban esto a todo el que se pudiera.
Estiré mi mano cuando estuvo lo suficientemente cerca y tiré de ella cuando llegó a mi pecho agarrándose de mis brazos y tratando de refugiarse de los flash.
Me acerqué a su mejilla y le besé ahí antes de susurrarle.
—Te dije que no sabías de lo que hablabas.—mordí su oreja secretamente antes de adaptar mis manos a la cintura y cadera de ella que estaba temblando.
—Yo... mi papá...
—Si tú corazón no es un lugar para cobardes, el mío tampoco, víbora.
Ella pareció cambiar el click al que siempre llevaba. Valiente, fuerte, capaz y dedicada a lo que siempre a querido. Esa la Carmín que tanto me gustaba ver, la que no tenía vergüenza de besarme y follarme como fuera, la que me reclamaba como suyo en cualquier ocasión o la que no tenía pelos en la lengua al mandarme a la mierda.
—Bien jugado, Rouge.—susurró esta vez más tranquila. Sabía que si me quería totalmente a su merced, ella debería enfrentar cosas y eso era su padre.
Metí la mano en mi bolsillo trasero y vi que sus ojos examinaron la caja burdeo que traía en la mano. La caja que le había ordenado a Kimberly que retirara en Swarovski, que costaba una millonada. Aunque cada maldito peso lo valía.
—Mueve tu cabello.—le pedí cuando me obedeció y saqué la cadena de oro blanco con el dije de una serpiente de diamantes pequeños.
La puse y la abroché viendo como ella bajaba la vista intentando no mirar a su padre por lo que la tomé de los hombros volteándola y la besé de nuevo.
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Mi cruel obsesión《+21 》(borrador)
Roman d'amour"Como los drogadictos aman a las drogas, como los asesinos son adictos a sentir la sangre entre sus dedos, como los alcholicos dependen del licor. Así es como me siento alrededor tuyo, adicto y obsesionado por ti..." -Kaiden Rouge. *** Carmín Crivai...