V E I N T I O C H O

6.4K 323 116
                                    

(último capítulo de mini maratón: es hora de la verdad) (Pd 1, manos en la pantalla chic@s... ;) ) (y pd 2, agarren su estabilidad emocional con fuerza por favorrrr, los amo!)

KAIDEN

Me estaba encantando esto, y en exceso.

—Si te duele, dime.

Vi como el terror cruzo su rostro. Pero le calme acariciando sus muslos para luego levantarme de la cama. Agarré el iPod de la habitación y sonreí al escuchar la melodía I Sput a Spell on You de IZA.

Carmín respiraba agotada y eso era más que suficiente para sentirme orgulloso de mis actos.

Hace mucho no había hecho prácticas como esta, y más cuando hace meses dejé de follar con la que tuviera piernas y agujero por la misma chica que ahora estaba esperando mi siguiente jugada.

Que vas a hacer...

No le respondí. En cambio tomé la vela negra que estaba ahí por una razón mientras que al lado había una pequeña navaja inofensiva.

Nada que no te gustará.

Me acerqué y ya me sentía sudado por completo. Me había sacado la camiseta y mis zapatos, y estaba solo en mis vaqueros negros con mi polla amenazando con romperlo.

Palpé su abdomen plano, aunque se me hizo que estaba más delgada no dije nada. Delgada, con kilos demás, con lonjitas, como fuera me ponía de madres.

Pasé mis dedos por su cremosa piel y toque su sexo abriendo sus pliegues cuando dejé caer una gota de la cera derretida de la vela más arriba de su ombligo.

Se movió y jadeó ante seguramente la mezcla de temperaturas. Dejé caer más en su vientre y abrí más su sexo colando dos de mis dedos en ella.

Lo que estaba probando Carmín por primera vez era el juego de cera. Una práctica manejable, usada, erotica y muy estimulante del BDSM.

El fuego ya lo había apagado, por lo que solo quedaba la cera derretida, y vertí un poco al rededor de sus pechos mientras ella gemía por las sensaciones.

—Mierda...—jadeó de placer y dejé caer unas últimas gotas por su costado.

—¿Duele?—pregunté con sarcasmo. Negó con su cabeza mientras se mordía su labio.

Saqué mis dedos de ella y me dirigí a la mesa donde seguía la navaja inofensiva. La palpé y me aseguré que no tuviera filo para no lastimarla.

—No te asustes.—susurré y me acerqué un segundo para besarle su adictiva boca rosada.—Confía en mi.

Palabras delicadas si me preguntaban.

—Si confío.—respondió.

Mi pecho se infló pero dejé el pensamiento cuando puse mi mano donde había tirado le cera y arrastré lentamente la navaja retirándola. Suspiraba con cada contacto mientras raspaba todo de la vela.

El filo, el frío de la cuchilla, la piel caliente y la cera dura sobre el cuerpo de Carmín...

—Kai...

Continué con una tensión palpable entre los dos y ya lista, me estiré y retiré sus manos y pies pero no duró antes de que la volteara boca abajo y le nalgueara fuertemente dejándole una de ellas roja con mi palma dibujada.

Mi cruel obsesión《+21 》(borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora