D I E C I N U E V E

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CARMÍN

Las risas no cabían en mi y mi enojo del día anterior se difuminó al ver la expresión deformada en la cara de Kaiden.

—Debi haberte sacado una foto.—solté pequeñas risas al ver su rostro explicándole en detalle su borrachera.

Y de mi pequeña y inofensiva broma.

Fue un total irresponsable, pero al verle así sentí el pinchazo de culpabilidad al pensar que el me había cuidado el día que me drogaron sin razón. Me cubrió y no me dejo hasta que estuve bien.

Me tocaba responderle el favor, pero no sabía que un borracho fuera tan imbecil como el. O bueno, más de lo que era.

—Una foto sin ropa.—se bufó con su humorcito de siempre. El se había quitado su camiseta y estaba en la tumbona de al lado mío con sus pantalones cortos de baño negros. Sus abdominales se marcaban de forma perfecta contra el sol al igual que sus piernas, pectorales y brazos al sol.

Los brazos estallaban en venas, y pensamientos más privados y de otras partes de su anatomía se me vinieron a la mente.

Su barba había crecido un poco y por lo que recordaba del día anterior picaba al tocarla. Me gustaba si era sincera. Sus ojos grises celestes estaban tapados por las gafas de sol pero la vista de resto dejaba a muchas babeando.

Por mi parte, tenía el bikini nuevo que me había comprado y la camisa del adonis tapando mi espalda, y lo que quería ocultar de ella.

—¿Te gusta?—pregunté cuando vi que no podía sacar sus ojos de encima mío, en especial de mis senos—y solo me recosté al sol boca arriba.

—Gustar es poco.—contestó apretando su mandíbula. Se puso de lado y continuó con sus miradas.—Te verías mejor en mi cara, y no aquí donde todos...

—¿Donde todos...?—me divertí viéndole pero rodó sus ojos volviendo a la posición donde se le contraía el abdomen.

Me bufé. Seguía molesta pero luego de que descubriera mi broma, se me había difuminado un porcentaje. Ignore al gran dios griego a mi lado y traté de concentrarme en disfrutar la playa.

—Carmín.—volteó nuevamente como un niño pequeño insoportable y me tocó el vientre con su mano extendida al ver que no le contestaba.—¿Disfrutaste de mi habitación?

Me mordí el labio para no reír. Era la habitación más cómoda que pude llegar a usar y no me arrepentía de haber robado su tarjeta por imbecil.

—Víbora. No te enojes.—río nervioso a mi lado y ni puedo negar que me gustó la sensación.

—¿Porque debería estarlo?—jugué con su mente.

—Por...—titubeó cuando a nuestro lado llegó Fran con un plato de comida, haciendo que Kai sacar su mano caliente de mi. Lo miré con repulsión aunque moría por un bocado y tomé mi botella de agua.

—Toma bebe.—le entregó una hamburguesa y como buen giliplllas la aceptó tragándosela en nada.—¿Tu no iras a comer?

Se dirigía a mi y negué mientras me ponía mis gafas. No quería seguir socializando...

Me entretuve unos minutos donde Kaiden ignoraba a Fran y ella me lanzaba miradas de advertencia cuando se fue corriendo al mar para salvarse.

Irene llegó a mi lado, recortándonos contra el sol y fue nuestra sorpresa cuando el adonis salió del agua. Uy, señor... se veía más caliente de lo que era con las gotitas rebosando en su cuerpo dorado y su cabello ya negro y empapado.

—Ulala...—Irene lanzó de broma cuando me reí y vi como se acercaba a nosotras nuevamente. Fran se había ido apenas Kai la había ignorado.

Venía hacia mi, pero una cabellera platino se nos cruzó.

Mi cruel obsesión《+21 》(borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora