V E I N T I S I E T E

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CARMÍN

—Ya chicas, pueden irse.

Karen dio término al quinto entrenamiento de la semana. Ya era viernes y mi cuerpo ardía por todo el esfuerzo que había estado ejerciendo—más la dieta blanda que ahora estábamos haciendo todas las gimnastas—para la competencia en dos semanas más.

Además, tuve que quedarme por lo menos los últimos cuatro días estudiando hasta la madrugada para los primeros exámenes que se me presentaron.

Me fue bien en cada uno de ellos, y saqué la nota mayor en el examen de economía y cálculo avanzado. Recordándome mi futuro de estudios en la universidad de businesses, para luego heredar Crivain,inc.

Disolví mis pensamientos y tomé un largo trago de agua mientras recuperaba la respiración luego de hacer mi individual de clavas.

Por otro lado, a Kaiden le he tenido que posponer cada invitación tentadora que me había hecho a su penthouse. Aunque no le diría—ya que le daria un fuerte golpe a su orgullo—mis exámenes eran más importantes que el sexo en estos momentos.

Bueno, no. Pero mi padre me mataría si por no estudiar me fuera mal en mis pruebas de mi último año escolar. Aunque si que me mataría si se entera de mi relación o lo que sea que tengo con Kaiden, su socio.

Me levanté y calcé mis zapatillas cuando mi móvil sonó. Lo saqué de mi sudadera y sonreí por inercia por el culpable.

KAIDEN: Paso por ti en dos horas.

Nada más. Tan detallista como siempre. Amoroso el hombre.

CARMÍN: ¿Me das contexto?

KAIDEN: Si que te daré, pero no el contexto...

Solté una carcajada por sus guarradas cuando Asfil se me unió abrazándome por el lado.

KAIDEN: Poca ropa, por favor, a menos que quieras que la rompa en dos.

Bloqueé la pantalla con un nuevo plan para mi viernes en la noche. Asfil lanzó un chillido cuando sentí mis mejillas ardiendo recordando mis últimos encuentros con Kai.

—Estas hasta la mierda, reina.—dijo burlándose de mi.—Te gusta. No, te encanta.

Y tenía razón. Por lo que no dije nada y As se rio mientras nos íbamos a su carro.

—Pero antes de dejar que Sr. Kai te lleve a su cueva por el resto del fin de semana, les prometí a los chicos juntarnos en la cafetería de Santa Monica. ¿Vienes?

Acepté y As le subió a tope a las canciones de Harry Styles que según ella eran una magnífica obra de arte hecha hombre.

Cantamos a todo pulmón Kiwi.

════ ⋆ ✩ ⋆ ════

—¡Hola, mis amores!

Asfil saludó a Dean, los gemelos, Daniel y a Vania, una chica de cabello rubio muy mona y amable que andaba con Christian (uno de los gemelos).

—Carmín, bueno verte otra vez.—dijo el pelirrojo Houston cuando sonreí y me ubique a su lado. Daniel de reojo solo miró hacia abajo. Me dolía que mi mejor amigo estuviera así conmigo.—No te había visto en los pasillos de la escuela, había querido hablarte hace días.

—Pues aquí me tienes.—dije de manera amable mientras una mesera nos tomaba los pedidos.

Mi mirada bajo a mis piernas en los leggings negros. Agarré lo sobrante de ellas y me encogí un poco. Hace unos días la entrenadora pensó que mi malla no iría a caberme como el año pasado porque había dejado de entrenar...

Mi cruel obsesión《+21 》(borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora