V E I N T I S E I S

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KAIDEN

Joder. Verla así, con sus ojos brillantes de diferente color, oscuros, pupilas dilatadas, solo mirándome mientras se lamía sus apetecibles y rojos labios frente a mi polla. En sencillas palabras me hacía arder de deseo.

Era la imagen perfecta que mandaría enmarcar para ponerla en la pared más grande de mi penthouse.

Mi mano se deslizó con los nudillos por su mejilla hasta su cabello donde apreté y subí su cara obligándola todavía de rodillas frente a mi. No podía mover sus manos ni subirlas por el cinturón amarrado, sus pechos estaban presionados entre sí endureciéndomela cada vez más.

Llevé mi mano hacia mi polla y la liberé de mi bóxer que caía al suelo sin vergüenza. Mi ereccion notable y grande se ubicó en frente de ella que miraba expectante y la agarré mientras pasaba la corona por sus labios cerrados.

No alegó, no dijo nada. En cambio, abrió un poco más la boca y rodeó la punta con su lengua que me hizo tensarme, obligándome a concentrarme en no correrme ahí mismo con su vista.

Esta vez agarré de su nuca e introduje más hasta donde su boca lo permitió sin dejarla hablar, rechistar o alegar, aunque no pareciera que quisiera hacerlo. Sus ojos no se despegaban de los míos y me permitía follarle la garganta a mi gusto.

Mi polla chocó contra el fondo de su boca húmeda y cálida, y las lágrimas se vieron en los ojos de ella mientras mis caderas se lanzaban buscando más de su preciosa boca.

Sentía su maldita lengua cuando salía tocándome y saboreandome, mientras volvía a arremeter contra ella. Sus pechos rebotaban más abajo y noté como sus manos estaban apretadas en busca de calma.

Saqué un poco mi miembro de su boca permitiéndole decir una palabra antes de volver a hacerla mía o por lo menos para respirar.

—Me pone como no te imaginas verte a mi merced, cariño.

No dijo nada, en cambio, lamió la gota de líquido que salía de mi polla colgando para luego bajar y besarme toda mi longitud hasta los huevos.

—¿No te correras?—preguntó de la forma más lasciva que la había escuchado.—Me gusta tu sabor...

Y no aguante cuando se introdujo sola mi miembro en su apetecible y suave boca, llevando a la mierda mis planes de domarla o de darle una estupida lección de quien mandaba.

Pues estaba más que claro que ella se mandaba a sí misma y eso solo hacía que la deseara más y más. Era una mujer fuerte y decidida, no una que dependiera de un hombre. Si ella quería algo, lo iba a conseguir, sin duda.

Me tensé sintiendo como chupaba y succionaba mi polla que se endurecía cada vez más a pesar que estaba cerca de mi liberación. Un cosquilleo se junto en mi columna y mis huevos se tensaron sintiendo mi corona rozando con su cavidad.

—Nena...

Gruñí agarrándole del cabello cuando la corriente me recorrió los músculos y mi vientre se contrajo al soltar todo mi orgasmo en su boca. Se lo trago, todo. Y me dejó con la boca abierta, y con una nueva y lista ereccion.

—Dime que seré el único al que te arrodillaras de esta manera.

—Dime que seré la única que poseerá esto.—paso su lengua una vez más en mi polla.

—Lo serás.

—Entonces tú también serás el único.

Se lamió sus labios y me dio una sonrisa de superioridad. Esta mujer me estaba llevando a la misma locura.

Mi cruel obsesión《+21 》(borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora