Mi cruel obsesión《+21 》(borrador)

C I N C O

CARMÍN

—¿Me estás jodiendo verdad?—preguntó Asfil en la llamada de vídeo grupal que llevábamos. Faith, Asfil y yo mientras me miraba al espejo a punto de tratar de maquillarme. Mis manos me tiritaban levemente únicamente de nervios que corrían por mis venas pero logré disimularlo mientras me concentraba.

Había vuelto a la habitación con el sabor de Kai todavía en mi boca llamando por ser aumentado y por repetir lo que alguna vez hicimos. Sus manos fueron tan fuertes contra mi haciéndome jadear y perder la noción del tiempo o incluso olvidar que estábamos en un lugar público.

Sin darle el poder de mi, y gracias a mi terquedad, me fui dejándole con su problemita mientras me vine a mi habitación a refrescarme y empezar a prepararme para la gala. Porque ya eran las siete de la tarde y entre que me arreglara, duchara, me pusiera al día con mis mejores amigas me llevaría un par de horas.

Por otro lado estaba el cubano Juca. Podría usarlo, aunque suene asqueroso, para sacar a Kai de una vez de mi vista.

Había tomado mi plancha de pelo y mis maquillajes mientras me saque mi bañador húmedo de mi cuerpo para ponerme mi ropa interior de encaje rojo que me había comprado en Pink y una bata de baño que nos ofrecía el hotel por encima de este. Me senté entrecruzando mis piernas entre sí, frente al espejo enorme que tenía al lado del baño por enfrente del jacuzzi de la habitación. Conecte la plancha de pelo en el enchufe del lado cuando puse música ambiental con un pequeño parlante para después o arcarles por FaceTime a mis mejores amigas.

Y aquí estamos. Asfil con sus mejillas colorientas gracias a lo pálida que es con su pelo blanco alborotado y tomado en una coleta muy improvisada mientras que Faith asentía como una madre teniendo razón cuando la vi haciéndose una limonada en la cocina de su hogar también roja debido a que había llegado de su entrenamiento de atletismo.

Las conocía hace mucho, más de lo que podría señalar. A Faith la conocí en el preescolar y nuestros padres eran grandes amigos, viéndonos más en cenas de amigos o barbacoas que celebraban constantemente. Y por otra parte Asfil la conocí entrando a la escuela junto a Faith cuando nos pidió ayuda para teñir su pelo albino con tinta de lápiz, lo cual hicimos y un castigo del porte de un buque nos callo por haber derramado toda la tinta por la sala de clases.

De ahí eramos las tres contra el mundo. Igual con el tiempo todo había cambiado. Faith es una adicta al trabajo y a los estudios, aunque si se da el tiempo para nosotras y para su pasión en el atletismo. Asfil tiene su energía de siempre solo que ahora aceptó su cabello blanquecino por completo sin mencionar que se tiñó permanentemente sus cejas y pestañas de un color más oscuro para resaltarles sus hermosas facciones. Y yo por mi parte, soy un medio. Soy extrovertida, estudio lo necesario para mantener a margen mis calificaciones, amable y estaba en la selección de gimnasia rítmica de mi ciudad hace ya cinco años. Una intermediaria entre ellas dos aunque mi cabeza iba hecha mierda desde la última relación que tuve con Tom Grimm, un machito que recientemente se había ido a la universidad de Chicago. Gracias al cielo...

"Todo chico que te diga que quiere estar contigo que no sea más que cojer, te miente."

"Que odiosa, Carmín."

"¡Te lo merecías! Y ahora tendrás una marca de mi en tu cuerpo por el resto de tu vida."

Sus palabras me estremecieron mientras volvía a la realidad cuando Asfil todavía seguía con su boca en forma de una perfecta O y Faith ya se encontraba acostada en la hamaca de su terraza tomando su limonada para el calor del verano que recién estaba empezando.

En unos meses ya estaría pisando mi último año de secundaria y si me era sincera, me aterraba, pero más me aterraba era saber porque demonios Kai, el Adonis* que me había besado hace menos de unas horas y que si, que yo me había follado, estaba aquí en Miami.