T R E I N T A Y U N O

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KAIDEN

Me paré con las piernas un poco extrañas con ayuda de Demian, pero enseguida pude llevar el ritmo luego de casi una semana de recuperación sin descanso.

Me burlé ante la enfermera en su comienzo que dijo que las recuperaciones llevaban por lo menos dos semanas, pero el problema era que quería salir de aquí ahora, y también que odiaba ser dependiente de alguien. Así que desafié sus propios protocolos y en seis días estaba un 70% recuperado.

Fuera Demian con Kyle se dirigieron al carro y les seguí tomándome de vez en cuando del brazo de mi hermano por los dolores musculares constantes al igual que los tirones que sufría el tajo de mi torso.

Carmín y Pax no estaban aquí ya que el hace unas horas había llevado a víbora a su escuela. Y también me llevé la sorpresa de que Fran había venido pero como había dicho, no tenía la entrada permitida.

Ya me estaba jodiendo eso de renovar votos. Y tenía que hacer mi movida rápido.

Llegamos a mi apartamento más rápido de lo que pensé y Demian se despidió mientras que Kyle bajaba la maleta. Caminamos ambos hasta el elevador mientras este no paraba de decirme que se quedaría por lo menos unos días para corroborar que yo estuviera bien.

Acepté cuando fui a mi cuarto y encontré algo revuelta mi cama pero ignoré el hecho y me tiré. El olor de ella seguía ahí, y eso solo me recordaba como se me encogió el estómago ante sus palabras.

Ella no me podía querer, pero lo hacía. Y más que molestarme ya que siempre odie las muestras de afecto, esta me satisfacía. Me gustaba saber que pensaba en mi, que me quería solo a mi. Era tranquilizador, pero yo no era un principe azul, era el puto demonio. Y eso ella lo debía tener claro antes de aceptar cualquier cosa.

Por otro lado, según Pax, había averiguado que había pasado con Salem. El muy cobarde arrancó junto a Hades, pero aunque pareciera un suicidio, volvería a buscarle solo por traicionar nuestro trato.

Así eran las cosas. Sangre por sangre, y no más.

Por ahora, dejé relajarme y soltar mi cabeza contra la almohada. Seguía un poco aturdido, con la garganta y mis pulmones hechos mierda, y mi cabeza palpitante. El torso dolía en cada respiración pero nada que no pudiera manejar.

Pero tomé mis últimos esfuerzos para marcarle a víbora. Donde para mi decepción, no contestó.

Recordé que tenía su famosa competencia y cuando menos lo esperé me dejé caer en el sueño.

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—¡Ganó!

Me espanté un poco por el grito. Pero al adaptar mi vista vi a Pax viendo una tablet en el sofá de mi habitación recostado como si nada.

—Que mierda haces acá.—pregunté bostezando con dificultad.

—Ah, nada. Quería pasar a chequearte, pero estabas más ido que yo borracho.

Levanté las cejas y me paré para estirarme un poco. Tenía que moverme y no quedarme en cama para volver a mi estado normal lo antes posible.

—¿Y a que se deben los gritos?

—Ah, nada. Estaba viendo la competencia de las chicas.

Mi curiosidad salió disparada. Pero primero me acerqué a beber del vaso de agua con las pastillas que Kyle me había dejado seguramente, además de cambiarme los parches de la cirugía.

—Pasa eso.—le dije acercándome y me mostró la competencia ya terminada y transmitida en vivo.

En el podio de tercer lugar había una chica X, de segundo Asfil Dashner; la hermana de Pax, y primer lugar Electra.

Mi cruel obsesión《+21 》(borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora