KAIDEN
No... esto estaba mal, muy mal.
¿Porque? Porque me acosté con la hija del socio de mis hoteles.
La miré ahí de lejos cuando entró a la gala exterior viéndola amarrada del brazo de Mercer Crivain. Me quede parado sorprendido por un medio segundo notando que Pax y Nick se me habían quedado mirando un poco confundidos al ver mi expresión de sorpresa. Pax guió su vista hacia donde yo estaba estupefacto sin despegarle los ojos de encima a la víbora de vestido rojo escotado dejando mucha piel a la vista. Mucha...
—Ay, diosito.—Pax se ahogó cuando a volteo hacia mi con sus ojos azules oscuros abiertos como par, pensó lo mismo que yo claramente. Nick estaba sonriente, aunque no tenía ni idea de que estaba pasando. Me preparé mentalmente para lo que fuera ella de él.
Y si, es su hija.
—Quédate acá, Annette.—le ordene a mi acompañante improvisada que estaba embutida en un vestido negro casi hasta el borde de su culo cuando asintió y se fue un poco más lejos, a donde quien sabe. Tal vez a coquetear a uno de los empresarios o tomarse una buena copa.
Pero ahí estaba ella. Igual de impresionada que yo, sabiendo perfectamente que los dos habíamos metido la pata. Mejor dicho, habíamos metido la pierna entera.
Me sorprendió verla sin ninguna pizca de maquillaje, o por lo menos un poco de negro en sus ojos, pero sus pecas seguían igual de siempre sin ser cubiertas con aquella piel tersa y radiante que llevaba. No era como el resto de chicas que había visto esta noche con cincuenta capaz de base, aunque no me mal entiendan, me gusta como se ven con o sin maquillaje, aunque verla así me saco de lugar; su belleza era natural y no se podía ignorar. Sus labios con un leve tono vino resaltándolos y su pelo alisado cayendo por sus hombros.
Me observo. Se dio el tiempo mientras su padre nos presentaba sin saber que ya le conocía, hasta sin ropa. Me mataría de seguro. Su hija de diecisiete años conmigo de veintidós. Además de ilegal, esto se me iría a hacer más difícil.
Me mantuve serio. Si algo había que hacer era cortar algo de raíz, o por lo menos disimular lo que más pudiera.
Mis planes de hacer reencuentros con ella se fueron por la borda. Y Annette entraba nuevamente al juego.
Se rascaba sus brazos tratando de apretárselos mientras nos miraba con cara súbitamente confundida pero cada vez que Mercer le veía ella sonreía patéticamente.
—¿Nos conocemos?—pregunte únicamente para ponerla el doble de nerviosa. Sonreí sarcásticamente mientras Pax me seguía la corriente. El ambiente seguía con su música de buen gusto junto a las mesas de negociantes y yo aquí, concentrado en sonrojar a alguien.
—No lo creo. Pero me recuerdas a esos gilipollas tercos y machitos de mi ciudad.—contestó sacándome de mis casillas. Uy, no le convenía mucho. Ya le aguante más de lo planeado y como había dicho, no soy un principe azul.
—Carmín... compórtate.—le contestó Mercer avergonzado de la terca de su hija. Esto estaba siendo divertido por el momento, solo por el momento pero prohibido.
—Un gusto.—estire mi mano macabramente acercándola a mi repentinamente para susurrarle cuando su padre se fue.—Víbora... compórtate, que yo tampoco tengo mucha paciencia con tus comentarios.
—Oh. Disculpa.—Pax salió de su impresión luego de perderse la lengua para no reír mi, me interrumpió el momento antes de que perdiera mis papeles.—perdón por no presentarme. Soy Pax Dashner y el es Nick Ferrare. Tú febes ser la hermosa, Carmín.
—Hola.—respondió simplemente estrechando su mano. Le reconoció tornando sus mejillas más rosadas de lo que estaban por mi, avergonzándose.
Me causo gracia hasta que note que miraba hacia atrás mío constantemente, no sabía si era para tocarme los cojones o por algo más, así que volteé. Vi a un niñato delgaducho junto a la hija de los Sharir. Ni sabía porque pero sus ojos parecieron llenarse de lágrimas y sus puños se apretaron al lado de su cuerpo cuando vio a Pax esperando una respuesta de su parte.
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Mi cruel obsesión《+21 》(borrador)
Romance"Como los drogadictos aman a las drogas, como los asesinos son adictos a sentir la sangre entre sus dedos, como los alcholicos dependen del licor. Así es como me siento alrededor tuyo, adicto y obsesionado por ti..." -Kaiden Rouge. *** Carmín Crivai...