V E I N T I U N O

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𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝟑: 𝐞𝐥 𝐯𝐞𝐧𝐞𝐧𝐨 𝐭𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧 𝐪𝐮𝐞𝐦𝐚

CARMÍN

Deje el celular en mi bolsa cuando abordamos el avión. Mi temper estaba al máximo y sabía que si veía a ese imbecil bipolar le golpearía a pesar de su maldito discurso de que no me podía perder.

¡Falacias!

Además me hizo pasar la vergüenza de la vida al insinuar que aquella chica era su hija. Bien jugado, pero yo sabía jugar mejor.

Luego de unas horas donde mi culo se adormeció en el vuelo, llegamos a Los Angeles y baje a refufuñones. El viaje en carro a casa fue rápido, y solté todo en la entrada antes de subir a lanzarme a mi cama para dormir.

No habíamos ni llegado de Brasil y ya mañana tendría que acompañar a papá para una última gala. Me arruinaba esto, pero ya en unos días entraría a mi ultimo año de escuela. ¡Por fin!

Abrí la puerta de mi habitación y me lancé a mi cama expulsando todo el aire caliente de mis pulmones. No iría a ver mi móvil, ni tampoco llamarlo ni pensar en el, pero estúpidamente ya lo estaba haciendo.

Abrí los ojos y me asuste al ver el techo. Pero luego sonreí como idiota ante aquello.

«¿Como?»

Había una imagen pegada al techo.

Una maldita imagen.

Pegada al maldito techo.

Era un póster, de una foto que con Kai. Donde ni uno de nuestros rostros se veía, pero seguía siendo muy hermosa. Éramos los dos en aquel evento incógnita. Yo con mi vestido rojo y el con su traje impecable y atractivo mientras sonreía.

Fue tomada de lejos—donde el me iba tirando de mi mano para cuando íbamos a la azotea—aunque nuestros rostros estaban tapados con los antifaces, sentí como se me apretaba el estómago al ver mi sonrisa dibujada en aquel póster.

El estómago se me apretó y mis mejillas dolían por la sonrisa que no había soltado. Había pasado de querer matarlo, a querer matarlo, pero a besos.

Debajo, en una orilla del póster, estaban escritas unas letras pequeñas plateadas.

«Tu veneno me quemó, víbora.»

Mi mandíbula llegaba al suelo, y me paré en la cama tratando de tocar el techo con la punta de mis dedos pero era imposible. Volví a lanzarme al colchón y pase minutos viendo la imagen sin palabras.

Tampoco sabía como se había vuelto a meter a mi habitación, ni como la pego, pero el simple hecho de mirarla me hizo sentir como una loca hormonal.

La bipolaridad en mi relucía, definitivamente.

════ ⋆ ✩ ⋆ ════

—¡No lo puedo creer!—Asfil gritaba cuando vio el póster del techo.

—Dios mío.—Faith estaba igual de impactada. Las dos se lanzaron a mi cama y observaron igual que yo la noche anterior.—Así que el cazador fue cazado.

—¿Que?—pregunté mordiendo mis dedos.

—¡Lo colaste! ¡Lo enculaste! ¡Lo enamoraste y todas las expresiones derivadas a aquello!—grito Asfil emocionada.—¡Enamoraste al diablo!

—Y te quemaste con el, querida.—continuó Faith.

—Yo no me he quemado con nada.—contesté tragando el nudo de mi garganta. No podía volver a caer en esa mierda, no por ahora.—No volveré a jugar con fuego.

Mi cruel obsesión《+21 》(borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora