Siempre fuiste tú #2 Saga Amor Destinado

Capítulo 66: El traidor

Me despido de la niña con la que acabo de tener un sesión, hace apenas unas semanas llegó a la fundación y aún le cuesta confiar en los que trabajamos aquí. Fue secuestrada por un red de trata de menores para ser prostituida. Lo que a tenido que vivir a su corta edad, poca gente lo ha vivido en su vida. En la fundación ayudando a estos pequeños te das cuenta de cuan cruel y malvado puede ser el ser humano por pura ambición. Trato de tener fe en que su estadía aquí les pueda dar un poco de esperanza e ilusión para el futuro.

Me siento en la silla, aliso un poco las arrugas que han quedado en mi blusa de rayas azules. Esta mañana casi se me mancha con la mermelada, no pienso dejar que se arrugue con lo que me costó planchar.

Del tercer cajón saco una agenda, un pequeño obsequio que me regaló Tay poco antes de entrar a trabajar. Aquí apunto todas las visitas. Bien, no tengo nada hasta dentro de 20 minutos. Aprovecharé para ir hacerme un café y llamar a Aída, la abogada que me está ayudando en mi defensa.

Apoyada en la pared, espero a que el café se haga. Mientras tanto miro los mensajes. Emma y Martina nos mandan fotos de sus dos pequeñas, las dos interactúan un montón juntas. Me da que esas dos serán uña y carne como sus madres. En el grupo del gimnasio, María anuncia que hoy vuelve a las clases de body combat. Por fin, desde que se quedó embarazada tuvo que hacer reposo absoluto. Al parecer a ella y su pareja les costó mucho quedar en estado. Lo lograron justo cuando estaban por casarse tras años de relación. Debido a un embarazo de alto tieso, decidieron posponer la boda.

Victoria entra al Office, pone una caspulita en la cafetera, agarra un vaso, una cucharilla.

- Ay mira qué bien que te encuentro aquí. Quería hablar después contigo- se sirve media cucharadita de azúcar.

- De qué?- Pregunto removiendo mi café. Espero que no me entretenga mucho. Quiero llamar a Lidia, mi abogada.

- Quería pedirte un favor.- Asiento con un leve gemido.

- Claro, dime a ver si puedo ayudarte.

- Marco hoy no puede venir, un asunto familiar. En fin, ha dejado ejercicios para que hagan en el aula. Simplemente te tendrías que quedar con ellos y resolverles si tienen alguna duda. Lamento pedírtelo a tí pero eres la única que tiene esa hora libre. No te importa, verdad?

- Claro que no. Tenía pensado repasar unos expedientes, lo podré hacer igual.

- Muchísimas gracias de verdad. Marco me ha llamado a último momento y no sabía cómo solucionarlo.

- Le has llamado Marco?- pregunto curiosa. Ya es la segunda vez.

- Si, así se llama pero detesta que le llamen así. Siempre insiste en que le llamen Marcos.- ni que lo diga. Ni yo sabía que se llamaba así.- Hasta a sus padres les insiste cuando vienen aquí.  Detesta que la gente sepa que es hijo de los fundadores de todo esto.

- Es hijo de los señores Castello?- Mi jefa asiente.

Maldito traidor, mentirosa, manipulador, mal amigo! Como ha podido mentirme y engañarme de esta manera?  Yo le ofrecí mi amistad, confíe en él, creí que era una persona que venía de una família humilde, que se había ganado todo con el sudor de su frente. Y resulta que no, que es un niño rico y mentiroso que finge el papel de profesor generoso. Ya tenía razón Enzo, no es lo que aparenta. Donde más he leído algo parecido?, ahora que lo pienso

No sé ya me acordaré. De momento llamaré a Lidia. Lídia Requena es mi abogada, me la recomendó una compañera de aquí la fundación. Se está encargando de la defensa en el juicio contra mi persona.  Tanto ella como su equipo están trabajando muy duro. Nuestro principal argumento será demostrar que no tengo ninguna cuenta en un paraíso fiscal, mi autorización a usar la cuenta de Enzo y Turandot y como este siempre ha sido de carácter profesional.