Capítulo 5: El recuerdo de aquella noche.

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Me enjuago las manos tras haber limpiado todo el menaje usado durante el desayuno y me quito el delantal. Aliso las arrugas de mi camisa rosa empolvado. 

Veo como mi hermana corre de aquí allá en el pequeño pasillo del apartamento. Hoy tiene un examen muy importante. No quería desayunar, los nervios le suelen quitar el hambre, pero aquí una como buena hermana mayor la ha obligado a tomar su zumo de naranja y un par de tostadas.

- Camila. Ya me voy. Hoy llego tarde. Mi jefe quiere que cubra a una chica en el bar.

- Ya sabes que te quiero aquí para la cena. Mucha suerte en el examen.- Me acerco y la abrazo.- Voy a despertar a Mia.

- Dale un beso enorme de su tía.

Escucho la puerta de entrada cerrarse y me dirijo a la habitación de Mia. Sigue dormida, apago la pequeña luz quitamiedos. Una estrellita, le da seguridad en las noches. Esta tiernamente abrazada a su peluche. Me siento en su cama, verla dormir me produce tanta paz. Cada día para Mia es una lucha. Acaricio tiernamente su rostro y siento como esta extremadamente caliente.

Le quito el termómetro a mi pequeña aun dormida y efectivamente esta a 38,5 ºC. Es común que Mia tenga fiebre pero nunca suele ser tan alta debido a su enfermedad.

Dejo a mi hija durmiendo y me siento en el sofá junto a mi telefono y le mando un mensaje a mi jefe. Antes solía inventar varias excusas para justificar mi ausencia. Es extraño decirle  la verdad.

Aprovecho que Mia sigue dormida para poner una lavadora y sentarme a escribir un rato en mi novela. Tengo poco tiempo para hacerlo entre el cuidado de Mia y el trabajo. Ser madre es extremadamente demandante, es poco el tiempo que una encuentra para si misma y más siendo madre soltera. Pero no lo cambiaría por nada del mundo.

Recuerdo escribir desde que tengo uso de razón, siempre me gustó escuchar las historias de la gente, del pueblo. En verano y los fines de semana solía levantarme al alba e ir al puerto a escuchar las leyendas de los pescadores. Gracias a ello escribí algunos relatos y he llegado a ganar algún pequeño concurso de relatos. Escribir me relaja. Durante mi embarazo, debí tomar reposo un buen tiempo en cama, ese tiempo le dediqué a escribir un diario para Mia.

Miro el reloj que llevo en mi muñeca cuando escucho el timbre, no espero a nadie, Tay me ha dicho que llegará tarde y no tengo aviso de ningún paquete.

¿Qué hace él aquí? En mi casa, ¿cómo ha sabido dónde vivo?.

- Enzo. ¿Cómo..- antes que pueda seguir mi pregunta me corta.

- Emma me dió la dirección. Ventajas de ser familia.

- ¿Tú también lo sabes?

- La historia de esos dos viene de años. ¿Cómo está Mia?

- Dormida. He preferido dejarla durmiendo. Aunque ya lleva un buen rato. De hecho, creo que iré a despertarla.

- Te acompaño.Entramos a la habitación de Mia y me acerco a ella para despertarla. Mi pequeña rubia se levanta poco a poco y se frota sus ojitos. su rostro se ve palido y decaido a causa de la fiebre.

- Buenos días tesoro. 

- Mami. Tengo pupa.- Se toca en la zona lumbar.

- Tienes un poco de fiebre tesoro. Mami se queda contigo hoy a cuidarte. Mira quien ha venido a verte.- Enzo saluda a Mia con su mano

- Y yo voy a ayudar a tu mami y a jugar contigo.

- Quiero comer.- pide Mia

- ¿Qué te apetece?

- Sereales con lete.

Enzo toma a Mia en brazos y la lleva a la cocina. Esa imagen me emociona. Mia se parece bastante a mi, aunque tiene algún que otra cosa de Enzo. Tantas veces he imaginado esto. Padre e hija por las mañanas, dirigiéndose a desayunar.

- ¿Enzo, quieres tomar algo?

- Oh, un café.  Dónde está los cereales. Así te ayudo.

- En el segundo armario de arriba.- Enzo abre el armario y me mira dudoso de saber cuáles de los botes toma.- Hay varios tipos. Cuales toma ella?

- Los de colores con forma de estrella. Los otros no puede ni tomarlos. Es alérgica a los frutos secos.

- Ay, que casualidad. Yo también. En mi familia es hereditario, mi madre y mi tío también lo son. 

- Ya ves. Casualidades.

Serás estúpida Cami! Eso te pasa por relajarte. Enzo y Mia deben coincidir en lo mínimo posible. Cada casualidad o coincidencia es una pista más a un test de ADN, el enfado de Cristal y el fin del tratamiento de Mia. Con tu sueldo no vas  a poder pagar el tratamiento. 

Tras el desayuno, jugamos un rato con Mia al domino de animales, le encanta ese juego. La medicina que le he dado en el desayuno le ha sentado de maravilla.

Max se une de nuevo tras atender una llamada de su novia. Parece algo ofuscado.

- ¿Todo bien?

- Si. Temas de la boda. Cuando le propuse matrimonio a Cristal pensé que sería algo facil. una fecha, un traje y un vestido. Pero no hay que elegir hasta el acabado del papel  con el detalle con el que vamos a obsequiar a los invitados. Cristal esta obsesionada en tener lo mejor de lo mejor. Dice que en esa boda van a estar todas las miradas puestas y cualquier detalle va a ser mirado con lupa y nada se nos puede escapar. La verdad. a mi estás cosas me dan igual.

- Si yo me casará, solo me importaría la persona que tengo enfrente de mi para dar mis votos frente al altar. Me dan igual los detalles, invitados, repercusión. Si algún día me caso solo quiero ver a esa persona a los ojos y sentir que todo va  estar bien. Seguro que con Cristal sientes eso.

- No sé. Nunca me lo había planteado. Llevamos varios años siendo pareja, estamos bien, confiamos el uno en el otro, somos leales. Creí que era el momento de dar el paso y tocaba. 

Leal sobre todo que te ha puesto los cuernos con la mitad de la ciudad y me atrevería a decir más allá. Pero claro, Cristal tiene muy bien aprendido su papel de chica buena e inocente.

- Enzo. No soy nadie para decirte esto, pero parece que hables de un perro o de cuando le quité el pañal a Mia. Si te casas es por que quieres formar un proyecto de vida con esa persona, sientes que eres mejor persona cuando estás con ella, tu corazón late descontrolado, cada vez que estás cerca sientes que quieres salir corriendo y a la vez te da pavor alejarte por si no la vuelves a ver más.

Nuestras miradas se quedan clavadas uno con la otra. sus ojos sin tan bonitos, algo más oscuros que los míos. el ambiente en estos es extraño. Tengo un trato de confianza con Enzo, pero nada más lejos de lo laboral. Ya son cuatro años trabajando a su lados, más mis meses de practicas en la empresa antes de quedar embarazada.

- Solo una vez sentí eso. No recuerdo quien era. Tengo un recuerdo muy borroso de esa noche. Ella iba vestida de  un personaje de cómic, no recuerdo cual. Fue algo extraño. Recuerdo muy poco de esa noche. Pero ese olor a perfume de rosas, el tacto de su piel, su manera de besar. Nunca se me van a olvidar. Nunca la he vuelto a ver y dudo que lo haga.

Tengo que controlar a mi corazón a punto de desbocarse al escuchar las palabras que salen de sus labios. siempre creí que esa noche, pese a las bebidas, solo significó algo para mi y Enzo no recordaba nada. Desearía tanto gritarle, esa mujer soy yo, pero prometí por Mia no hacerlo jamás.  




Siempre fuiste tú #2 Saga Amor DestinadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora