Capítulo 18: El diablo viste de rojo

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Esta niña hoy a decidido que hoy es un buen día para expresar su arte y sacarme de quicio. Primero he tenido que perseguirla por todo el piso para que se pusiera el vestido. Menos mal que la he peinado mientras desayunaba. Habría sido una gran odisea.

He aprovechado un rato en el que Mia estaba jugando en su habitación para sentarme y leer un buen libro. El sexto sentido de madre y el gran silencio me han alertado que algo no iba bien, y así ha sido. Aquí me tenéis limpiando como puedo el mural en la pared que ha pintado mi hija.

- Mia. Estás castigada sin tableta toda la semana.- La riño

- ¿Mami tas enfarada conmigo?- Me dice con mohín en sus labios.

- Claro que no tesoro. Mami te ha reñido por que sabes que no puedes pintar la pared. Si quieres pintar tienes tus blocks y la pizarra. Por eso mamá te lo ha comprado.

- Lo siento. No lo volveré hacer.

- Lo sé mi amor.

- Te quiero mucho mami.- Mi pequeña se aferra a mi pecho.

- Y yo a ti tesoro. Eres lo que mas amo en este mundo. - Beso su coronilla.

Nuestro abrazo se ve interrumpido por el sonido del timbre

- El timbre- Exclama Mia

- Debe ser la tía Emma. Ve a abrir.

- Tsiii.

Hoy es el gran día. Mis queridos amigos Jorge y Celia van a casarse. Y aquí entre nos, creo que Celia esta embarazada. Lleva algunas semanas un tanto cansada, aborrece ciertos alimentos en especial el huevo. Cuando estaba embarazada de Mia no podía ver el café y solo pensar en su aroma me entraban ganas de devolver.

Cepillo el cabello pelirrojo, me da una envidia el color tan bonito de pelo que tiene, en un moño bien alto y sencillo. Le he propuesto eso al ver el espectacular vestido con escote en la espalda que llevará mi amiga. Yo aprovecharé el conjunto de una falda y top azul cielo, que ya llevé hace un par de años en la boda de mi prima.

De mi cómoda tomo un pequeño espejo de visión aumentada y se lo entrego a Emma para que pueda ver el resultado de mi obra

- Eres toda una artista Cami. De verdad. Te has lucido. No sería capaz de hacer esto en años.-acaricia con las yemas de sus dedos su peinado.

- Gracias. Puedes quedarte con Mia mientras me arreglo.

- Claro.

- Si te pide la tableta o el móvil no se lo des. Esta castigada.

Entro a la ducha y dejo que el agua caiga sobre mi cuerpo sin mojar mi pelo rubio, lo enjabono y lo enjuago. Mi pelo esta limpio de ayer y para peinar es mejor que no esté limpio del mismo día.

Salgo de la ducha y seco mi cuerpo con una toalla y me aplico crema corporal. Escucho las risas de mi pequeña jugando con Emma. Agradezco que esté aquí y poder tomarme este tiempo para arreglarme, con ella habría sido algo difícil. Mia en general es un sol aunque como cualquier niña o niño de su edad nunca sabes cuando va a necesitar tu atención.

Abrocho la hebilla de la pulsera que adorna el zapato azul estampado a juego con el top y la falda, repaso mis labios en rojo carmín y guardo lo que necesito en una pequeña cartera de mano. Llevo otra bolsa con una chaqueta, zapatos planos, algo de comer y beber para Mi y algunas cosas para que pueda entretenerse si se aburre. Hay que ir preparada.

Salgo de mi habitación y voy al encuentro de Emma. Hace poco he escuchado el timbre, Enzo insistió en acompañarme. En un principio tendría que haber ido con Cristal pero al parecer hubo algunos problemas con el menú del famoso chef y volverá en un par de días. Para mi que quiere estar unos días más con su amante.

Siempre fuiste tú #2 Saga Amor DestinadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora