Capítulo 1

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—Permítanme presentarlos...

Mi madre nos observaba, notándose entusiasmada, mientras yo intentaba comprender qué era lo que estaba sucediendo, y por qué todas las personas a nuestro alrededor clavaban sus miradas tan fijamente sobre nosotros, como si fuéramos los protagonistas de alguna obra de teatro.

—Sunhee, él es Seonghwa —mencionó la castaña, acercándome al susodicho, a quien se dirigió posteriormente—. Seonghwa, ella es Sunhee.

El niño frente a mí parecía estar muy nervioso. Sus ojos grises hacían lo posible por esquivar los míos, provocando que la incomodidad que ya se había instalado entre ambos se sintiera con más intensidad. Sin embargo, él no tardó en inclinarse mostrando su respeto, acción que rápidamente imité, tal como se me había enseñado.

—Estarán juntos en el futuro —aseguró mi progenitora, a la vez que sonreía de forma genuina—. Y serán muy felices.

Fue en ese preciso momento que entendí a qué se debía aquel alboroto del que los dos éramos el centro de atención: una vez que fuéramos lo suficientemente mayores, ese chico y yo nos íbamos a casar. Pero en aquel entonces no interpretaba el peso que cargaban las palabras de la mujer, ni sabía que mis conocimientos respecto al asunto del matrimonio eran muy vagos. Tenía sólo seis años, después de todo.

No obstante, esa fue la primera y última vez que se habló profundamente de ello y, de hecho, también la primera y última vez que vi a Seonghwa. Desde allí en adelante, había pasado casi catorce años, y parecía ser que aquellas nupcias no iban a suceder, pues ese tema de conversación ya había dejado de existir para mis padres desde mis trece años.

En efecto, la situación llegó al punto de que ni yo me acordaba de que estaba comprometida con alguien, si no fuera porque mi hermana mayor, Areum, me lo mencionaba cada tanto. Gracias a ella, sabía que la posible unión seguía vigente, aunque con el pasar del tiempo la idea comenzó a desagradarme en gran manera.

—El Príncipe de Nyati realmente no tiene sentimientos —escuché una vez decir a una de las criadas del palacio, cuando me encontraba caminando por uno de los anchos pasillos que lo conformaban—. Al parecer, asesinó a varios de sus súbditos.

Los rumores sobre Seonghwa se hacían cada vez más fuertes, y prefería ignorarlos, a pesar de que internamente no creía que fueran mentira. Y era que él, apenas a sus veintidós, era más temido que cualquier otra persona en los distintos reinos. Estaba demasiado segura de que alguna o varias razones debían de haber por detrás.

Así que, a fin de cuentas, lo mejor era no estar cerca de él. Claramente agradecía que nuestra unión no fuera a darse, pues era un chico poco fiable, pero me angustiaba el hecho de que era la única de las hijas de mi familia que seguía sin casarse.

Sí, sentía algo de envidia al ver a mis hermanas con sus esposos e hijos, luciendo felices en su máxima expresión. No me avergonzaba admitir que a eso aspiraba, aunque mis esperanzas se desvanecieron cuando caí en cuenta de que mi poco conveniente compromiso había dejado de existir, y de que mis padres no se veían muy interesados en buscar otra propuesta para reemplazarlo.

—¿En qué piensas tanto?

La voz de alguien me obligó a salir de mi propia burbuja de pensamientos. Al volver a la realidad, recordé que me encontraba en el enorme jardín del palacio, sentada sobre el abundante césped que decoraba gran parte de él. Casi de inmediato, dirigí mis ojos hacia el allegado ser, quien estaba tratando de acomodarse a mi lado.

—En la vida —le contesté con simpleza—. ¿Qué haces aquí?

Jongho me brindó una pequeña sonrisa.

INFAMOUS | park seonghwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora