Capítulo 24

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El Príncipe de Tepira se acomodó el cuello de su elegante y sofisticado traje, para luego darle una última mirada al palacio que se hallaba en frente de él, pero que Seonghwa y yo teníamos a nuestras espaldas. Dirigí la vista hacia el suelo, mientras jugaba nerviosa con los dedos de mis manos y sentía cómo la pena recorría cada parte de mi cuerpo; sin embargo, debido al silencio sepulcral que había entre los presentes, fui capaz de percibir al blondo soltar un suspiro pesado que casi me incitó a imitar.

Jamás había imaginado que experimentaría tanta incomodidad en un ambiente en el que también se encontrara Yunho quien, prácticamente, solía ser la razón por la que podía estar segura y despreocupada en cualquier sitio en el que estuviéramos.

—Supongo que es hora de decirnos adiós.

En cuanto lo escuché pronunciar las que habían sido sus primeras palabras desde que nos habíamos reunido esa mañana, no tardé en despegar mis ojos de la superficie en la que estaba de pie y los ubiqué sobre el joven que tenía a tan sólo dos metros de distancia, el cual me observaba con cierto dolor en su expresión que ineludiblemente comenzaba a formar un nudo en mi garganta.

Analicé las facciones que hacían parte de aquel rostro que buena fama siempre le daban en cada banquete al que asistíamos juntos, y los recuerdos de esas noches empezaron a estrellarse contra mí con una brutalidad que intensificó la aflicción que estaba envolviendo mi frágil corazón: rememoré cómo solía invitarme a bailar, cómo siempre conseguía y guardaba los mejores bocadillos para mí, cómo me regalaba con frecuencia preciosos vestidos para que usara en aquellos festejos; por lo que no desperdicié ni un solo segundo de ese amanecer y examiné sus ojos café, su nariz recta y sus cabellos rubios, al mismo tiempo que los estudiaba para tenerlos lo más vívidos posible en mi memoria.

Ni siquiera sabía con exactitud por qué estaba reaccionando de esa manera tan desesperada y extraña. Era como si hubiera sentido una y otra vez que nunca más tendría la oportunidad de verlo, de tenerlo tan cerca como en aquel entonces, cuando se suponía que, en realidad, nos reuniríamos de nuevo en un futuro en el que las cosas entre nosotros volvían a ser como las de antes.

—No. Es hora de decirnos hasta pronto.

Aquellos vocablos pronunciados por mí no habían sido una afirmación, sino un intento de descubrir qué pensaba o pretendía el muchacho que aún no se atrevía a quitarme la mirada de encima: si él confirmaba o estaba de acuerdo con lo que le había dicho, quizás iba a poder estar más tranquila, en lugar de seguir maquinando negativamente en mi desastrosa cabeza que ya suficiente había tenido durante esa semana tan atípica y llena de sorpresas de todo tipo.

Frente a lo que establecí, el joven príncipe dudó en acercarse un poco más a mí, aunque lo acabó haciendo al avanzar varios pasos, todavía manteniendo una distancia considerable de mí que a la vez resultaba suficiente para que los demás no pudieran oír lo que estaba a punto de decirme.

—Sunhee... —empezó a formular en voz baja—. Debo sanar emocionalmente y eso no llevará sólo un par de meses.

Ante sus palabras, pude notar cómo mi corazón comenzaba a palpitar con gran fuerza contra mi débil pecho. Era la primera vez que él generaba ese tipo de reacción en mí, y había sido por ansiedad y tristeza, puesto que no estaba preparada para escuchar lo que tenía pensado aclararme tan sólo segundos después, pero que ciertamente ya me estaba imaginando.

—Mis sentimientos por ti son algo que llevo conmigo desde hace muchos años, y el armarme de valor para poder confesártelos y el hacerte la propuesta de venir a Tepira junto a mí tomaron casi la misma cantidad de tiempo —inició su explicación entre susurros—. Debo aprender a desacostumbrarme de tu presencia constante, a visualizar y aceptar un futuro en el que no eres parte de mi reino, a ser capaz de pararme frente a ti y no sentir la necesidad de abrazarte y besarte, a superar el impulso que siempre tengo de relacionar todo lo que es lindo contigo, a dejar de ser tan hostil con quien ahora es tu consorte.

INFAMOUS | park seonghwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora