Capítulo 16

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—¿Está bien, Su Majestad?

Jinha me observaba, visiblemente consternada; mientras que Yerin, quien estaba a su lado, mordía nerviosamente su labio inferior, a la vez que intentaba descifrar la expresión en mi rostro.

—Claramente no lo está —contestó la joven, y le dio un trago a su café—. Anoche, durante la cena, ella no estaba así. Estoy segura de que pasó algo después, o tal vez hace un rato.

Justo en el blanco.

Esa mañana, había dejado a Seonghwa durmiendo en mis aposentos, por el simple hecho de que no tenía las agallas para interactuar con él luego del extraño episodio que habíamos vivido la noche anterior. Como necesitaba hablar del tema para poder aclarar mis pensamientos, terminé arrastrando a mi hermana para que desayunara conmigo, un poco demasiado temprano, pero sin la compañía de Areum, ya que estaba claro que ella odiaba al Rey de Nyati, y tampoco la de Jongho, porque no creía adecuado charlar con él sobre lo sucedido. No obstante, Yerin, al notar mi estado desorientado, logró encontrar a Jinha, quien había salido del pueblo –donde había pasado a vivir luego de abandonar el palacio– para verme, y la llevó a la habitación en la que estábamos.

Batí mi tacita de té con la pequeña cuchara que tenía entre mis manos, y cerré los ojos, al mismo tiempo que suspiraba y me sentía completamente rendida.

—Estoy acabada —pronuncié, y las jóvenes se alarmaron al oír mi voz después de haberme quedado callada por más de una hora—. Hundida. Confundida. Destruida.

Ambas se miraron entre sí, aún más perdidas de lo que yo ya estaba.

—El Rey de Nyati iba a besarme anoche, pero se arrepintió cuando casi sucedía —conté, y a mi hermana mayor se le cayó la cuchara de la mano—. Y el hecho no debería importarme tanto porque, después de todo, él no es la persona que me gusta. Aún así, ¿por qué no puedo parar de pensar en ello?

Yerin se acarició la barbilla, a la vez que formaba una media sonrisa en su rostro.

—Te confundió —contestó de inmediato, sonando bastante segura de sus palabras—. Estás confundida. Y no te sentirías así si te gustara otra persona, así que es evidente que él te atrae.

—Yerin, por favor —negué con la cabeza, sintiendo fastidio—. Alguien como él jamás me gustaría y lo sabes.

—¿Alguien como él? —preguntó irónicamente, y apartó la taza de café para poder apoyar sus brazos sobre la mesa—. ¿Alguien a quien le gusta el arte? ¿Que es políglota, culto, educado y atractivo?

Aparté la mirada, dirigiéndola hacia la ventana, a la vez que Yerin se inclinaba más hacia mí.

—Hasta hace un par de días asegurabas que no es el tipo de persona que todos creen que es, sin embargo, hoy hablas sobre él de forma peyorativa —afirmó, y yo mordí la parte interna de mis mejillas—. No sé a Jinha, pero a mí me suena a que estás intentando reprimir tus sentimientos. Y no creo que eso sea lo correcto.

—¿Siquiera escuchas lo que dices? —le cuestioné, mientras fruncía el ceño—. ¿Por qué me permitiría sentir algo por un hombre que tiene mala reputación?

—Porque si desde el principio te sientes confundida —dijo, y pasó a posar su dedo índice en la parte central de mi pecho—, es debido a que aquí dentro sabes cómo es él realmente. Y confío en que estás en lo correcto. Eres acertada en tus intuiciones.

—Pero...

La chica de cabellos castaños hizo un movimiento raro con sus manos, probablemente insinuando querer callarme de una vez por todas.

INFAMOUS | park seonghwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora