Capítulo 20

904 115 69
                                    

El rubio, ante la falta de respuesta de mi parte, se acercó un poco más a mí, intentando lograr que lo mirara a los ojos.

—No sé qué sientes por mí, Sunhee —retomó la palabra, sonando un poco nervioso—. Y tal vez ni siquiera te imaginabas que estaba enamorado de ti, o tal vez sí lo llegaste a sospechar. Pero la verdad es que has tenido mi corazón por varios años, y siempre tuve miedo de decirlo porque no quería arruinar nuestra amistad, además de que estaba tu compromiso.

—Yunho —me animé a observarlo, todavía algo conmocionada por lo que estaba sucediendo—, yo...

Sin embargo, mientras me escuchaba hablar, el joven negó con la cabeza reiteradas veces.

—No estoy pidiendo que me des una respuesta ahora —me interrumpió, haciendo que me callara—. Quisiera que lo pensaras bien durante este tiempo que me quedaré en Nyati y que, cuando esté por irme dentro de tres días, me digas tu decisión.

Volví a dirigir mi vista sobre el piso, sintiéndome completamente nerviosa.

—¿Y qué es lo que pasaría según la respuesta que te dé? —le pregunté por lo bajo.

El chico soltó un suspiro, pensando en cómo responderme.

—Si eligieras darme una oportunidad, te llevaría conmigo a Tepira, esperaríamos la aprobación de tu divorcio y nos casaríamos, ya que si el Rey de Nyati es tan buen hombre como dices, te dejaría ir sin pensarlo más de una vez —estableció con seguridad, casi oyéndose desafiante—. Y si, por el contrario, escogieras quedarte aquí y continuar con tu matrimonio con el Rey del Nyati, lo entendería, pero no prometo que las cosas entre nosotros serían iguales que antes... me tomaría un tiempo sanar y olvidar mis sentimientos por ti.

Aunque sus palabras me dolían en extremo, comprendía totalmente su punto de vista: si me ponía a analizar la situación desde su lugar, no era sencillo fingir que nada había pasado en una amistad luego de haber sido rechazado al confesar su amor; y en mi caso, de hecho, habría necesitado distanciarme de la otra persona hasta haberme asegurado de que no sentía nada por ella y de que podía esforzarme por reconstruir nuestro lazo amistoso.

Sus sentimientos eran válidos, pero los míos también; y temía que, lamentablemente, fuera cual fuera la decisión que tomara, algo iba a terminar perdiendo, y la simple acción de pensarlo me destruía por dentro.

Sin duda alguna, me encontraba en aprietos, y no sabía muy bien qué hacer al respecto.

—Tengan una buena velada —pronunció el Mayordomo Choi, a la vez que chequeaba que todo estuviera en orden, para después hacer una reverencia.

Y, repentinamente, volví a la realidad.

Debido a lo que había pasado con Yunho, me había sumergido en mis pensamientos más que de costumbre, y terminé divagando tanto que el resto de la tarde pasó a una velocidad descomunal, y poco percibí sobre lo que había estado pasando a mi alrededor. Por ende, así fue cómo, cuando menos me lo había imaginado, la hora de cenar había llegado y me hallaba sentada en frente de Seonghwa, con el Príncipe de Tepira entre medio de ambos; pero, por supuesto, separados de él por distancias considerables.

—¿Qué tal ha sido su primer día aquí, Su Alteza? —cuestionó el Rey de Nyati, con el fin de iniciar una conversación, lo cual había sido inesperado de su parte, pues siempre prefería mantenerse en silencio frente a los extraños por su naturaleza introvertida.

Observé a Yunho de manera disimulada, quien no había quitado su vista del plato de comida que tenía delante de él.

—Ha sido muy tranquilo y acogedor porque he pasado la mayor parte del tiempo con Su Majestad —contestó amablemente el muchacho, dándome una mirada fugaz—. Pero no se preocupe. No la he distraído de cumplir con sus responsabilidades diarias.

INFAMOUS | park seonghwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora