Capítulo 6

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El no tan ansiado día había llegado.

Aquella noche iba a casarme con el Rey de Nyati, y pasaría a tener un reino entero entre mis inexpertas manos; un pensamiento que me estremecía en extremo, puesto a que la idea de gobernar era algo que había comenzado a aterrorizarme de manera indescriptible. Supuse que, en esos momentos, me había concentrado tanto en el hecho de que iba a contraer matrimonio con Seonghwa, que terminé olvidando por completo que dicha acción conllevaba una gran responsabilidad de la que aún no me sentía lo suficientemente capaz de cumplir; y el recordarlo me había chocado de forma abrupta.

No obstante, ¿qué más daba? No sólo era demasiado tarde para arrepentirme, sino que también estar allí había sido una decisión totalmente mía, con el objetivo de proteger a mi familia y a todo el Reino de Werans. Tenía que reunir coraje de nuevo, confiar más en mí misma y en mis capacidades, y enfrentar el duro camino que iba a ser estar al lado de un consorte que parecía que en cualquier momento podría estropear todo lo que hiciera.

Sabía que regir aquel territorio no sería algo simple por el hecho de tratarse de cuidar al pueblo y ayudar a mejorar sus vidas, mientras se buscaba evitar los conflictos bélicos, pero también era consciente de que, teniendo a cierto Rey a mi lado, las cosas serían aún más complicadas de lo planeado.

Necesitaba estar preparada en todo sentido.

—Relájese un poco, Su Alteza —susurró Hyeri, a la vez que me acomodaba el vestido de novia—. Parece estar muy tensa.

Le sonreí forzadamente a través del espejo.

—Creo que es natural estar tan nerviosa frente a algo tan importante como lo es el matrimonio —me defendí, aunque no debería haberlo hecho; ya que después de todo, ella estaba tratando de tranquilizarme—. Aún más sabiendo que reinaré Nyati siendo tan poco conocedora y careciendo de cualquier tipo de experiencia.

Mi Dama de Compañía soltó una pequeña risita, alejándose de mí para poder observarme mejor.

—Su Alteza, sé que es inevitable preocuparse por tales cosas, pues si estuviera en sus pies, yo también lo haría —empezó a decir, manteniendo un tono de voz bajo—. Sin embargo, hay algo que puedo asegurarle, y es que no estará sola. Tendrá a Su Majestad, quien hará lo posible para dirigir bien Nyati junto a usted.

La miré de reojo, dudosa.

—Este lugar es muy importante para Su Majestad, porque es su único hogar verdadero. Es muy joven, pero sabe lo que hace, por lo que no dudo que hará lo mejor para indicarle cómo llevar a cabo sus próximas obligaciones —continuó su breve discurso—. Además, usted es capaz de manejar todos los reinos que quiera. Su sangre real le respalda. Nació para esto.

De modo inevitable, levanté la comisura de los labios.

—Gracias por sus palabras, Hyeri. Son reconfortantes.

—Es un placer ayudarle, Su Alteza.

Respiré con profundidad, al mismo tiempo que algunas criadas peinaban mi cabello suelto, para luego recogerlo en un moño y colocarme una bonita y brillante corona de oro sobre la cabeza. Posteriormente, me colocaron un velo que caía a lo largo de mi espalda, estando así mi vestimenta ya lista.

Me miré en el espejo por última vez, sintiéndome satisfecha con el resultado final.

—Muchas gracias por su gran trabajo —dije, mientras Hyeri me ayudaba a ponerme unos grandes y relucientes pendientes de plata—. Realmente estoy muy agradecida por el esfuerzo que estuvieron haciendo para el día de hoy.

Cuando quisieron contestar, fueron interrumpidas por el Mayordomo Choi, quien apareció por la puerta de mis aposentos, viéndose extremadamente elegante, al haber estado utilizando un impecable traje negro y unos costosos zapatos del mismo color.

INFAMOUS | park seonghwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora